Coronavirus
Un discreto matrimonio turco, los verdaderos descubridores de la vacuna de Pfizer
La pareja de inmigrantes turcos creó de la nada el laboratorio BioNTech, el socio alemán de la compañía estadounidense
Ugur Sahin se mudó con su madre desde Turquía para vivir con su padre, que trabajaba en la fábrica de Ford en Colonia, cuando tenía cuatro años. Además del fútbol, le interesaban los libros de divulgación científica y estudió medicina en la Universidad ... de Colonia . Su doctorado «cum laude» en 1992 versó sobre inmunoterapia para células tumorales y comenzó a trabajar en medicina interna, hematología y oncología en el Hospital Universitario de Colonia y en el de Saarland en Homburg, donde integró un grupo de trabajo sobre el método Serex para identificar antígenos. Fue allí donde conoció a la que después se convertiría en su esposa, Özlem Türeci , quien cursaba su último año de estudios. El día de su boda, en 2002, trabajaron en el laboratorio hasta la hora de ir al juzgado y regresaron de nuevo al trabajo después de la ceremonia civil.
La investigación médica y la oncología se convirtieron en una pasión compartida. Türeci , hija de un médico turco que había emigrado a Alemania, compartía la pasión de Ugur por el sistema inmunológico como un aliado potencial en la lucha contra el cáncer y juntos trataron de abordar la estructura genética única de cada tumor .
En 2000 y 2001, Ugur trabajó en el Hospital Universitario de Zúrich. No había fondos suficientes para los trabajos que quería abordar y la pareja inició una faceta de emprendedores, fundando Ganymed Pharmaceuticals , cuyo objetivo era desarrollar anticuerpos que combatan el cáncer.
Es en ese momento cuando entra en contacto con Rolf Zinkernagel y Hans Hengartner, quienes financiarían y se convertirían en miembros del consejo científico asesor de BioNTech, fundada en 2008, para buscar una gama mucho más amplia de herramientas de inmunoterapia contra el cáncer. Eso incluía ARNm, una sustancia mensajera versátil para enviar instrucciones genéticas a las células .
Sahin solía ir a las reuniones de negocios en jeans, con mochila a la espalda y el casco para la bicicleta bajo el brazo. Oezlem prefería seguir en el laboratorio que acudir a esas reuniones, hasta que, en enero, repararon en un artículo sobre un nuevo brote de coronavirus en Wuhan y se les ocurrió que la distancia entre medicamentos de ARNm contra el cáncer y una vacuna viral basada en ARNm no era tanta.
BioNTech asignó rápidamente 500 empleados para trabajar en varios compuestos posibles y logró ganar al gigante farmacéutico Pfizer y al chino Fosun como socios en marzo. Ayer anunciaron que su vacuna es eficaz en un 95% y el anuncio fue recibido como la salvación del mundo .
Antes de las subidas en bolsa que provocó la buena noticia, el 18% de las acciones que la pareja posee de BioNTech ya valían 21.000 millones de dólares. «Pero eso a ellos no les importa», dice Matthias Theobald, colega y profesor de oncología de Maguncia, « es una pareja muy discreta y humilde a la que no importan las apariencias ni la riqueza, pero con una ambición enorme : cambiar la medicina de nuestro siglo».
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