Alarma en China por la propagación de la nueva neumonía antes del Año Nuevo Lunar

En Wuhan, la ciudad del centro del país donde comenzó el brote, las autoridades han descubierto 136 nuevos casos y han certificado otra muerte, la tercera ya, según informa el periódico «South China Morning Post». Además, y por primera vez, se han confirmado nuevas infecciones en otras ciudades de China: dos en Pekín y una en Shenzhen, fronteriza con Hong Kong, donde más de 70 personas siguen en cuarentena. A ellos se suman otros cuatro infectados en el extranjero : uno en Corea del Sur diagnosticado este lunes, dos de turistas chinos en Tailandia y otro de un emigrante también de esta nacionalidad en Japón. En total, son ya más de 200 casos confirmados, nueve en estado crítico, y más de 700 en observación por haber estado en contacto con ellos.

Todos procedían de Wuhan, la ciudad donde se sospecha que estalló el brote en el mercado de animales y pescado de Huanan, que ha sido cerrado al público y está siendo analizado por los inspectores médicos. Allí se ha encontrado un nuevo coronavirus, llamado 2019-nCoV por la Organización Mundial de la Salud, relacionado con otros de trágico recuerdo: el ya mencionado SARS y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), que se cobró más de 850 vidas en 2012.

En el mercado de Huanan trabajaban o compraban muchos de los infectados. Pero hay otros que jamás habían ido allí , lo que hace sospechar que puedan producirse contagios de humano a humano. «Una fuente animal parece el más que probable origen de este nuevo coronavirus (2019-nCoV), con algunas limitadas transmisiones de humano a humano ocurridas en estrecho contacto», advertía este fin de semana la OMS en Twitter. A tenor de sus expertos, «a medida que haya más casos identificados y análisis hechos, tendremos una idea más clara de la gravedad de la enfermedad y sus patrones de transmisión». Aunque la OMS todavía no recomienda restricciones a los viajes o al comercio, sí está ayudando ya a algunos países a prepararse contra una posible epidemia.

Para evitar su propagación, aeropuertos y estaciones de tren de Chin a y otros países han aumentado los controles de temperatura sobre los viajeros, especialmente si proceden de Wuhan. Además, a partir de ahora se tomará la temperatura a todas las personas que salgan de esta ciudad, que tiene once millones de habitantes. El problema es que esta semana empiezan las vacaciones por el Año Nuevo Lunar, las más importantes de China, y se prevén unos 3.000 millones de desplazamientos en un periodo de 40 días. Muchos de ellos, sobre todo los de los emigrantes rurales que trabajan en la grandes ciudades, serán en tren, que tiene a Wuhan como un importante nudo de comunicaciones en el centro del país.

En máxima alerta, las autoridades recomiendan a los viajeros tomar precauciones como llevar máscaras y acudir a un hospital si tienen problemas respiratorios o sufren fiebre y fatiga. Pero, teniendo en cuenta la experiencia del SARS, se teme que el régimen de Pekín vuelva a ocultar el verdadero alcance de la enfermedad o no se muestre tan trasparente como debiera, lo que aumenta el miedo psicológico a otra epidemia global.