Ruta Quetzal / Día 1
Un legado más antiguo que los Incas
Aunque el Machupichu y sus moradores son los más conocidos en Perú, esta civilización bebió de otras anteriores cuyos restos se pueden visitar en el Museo Larco de Lima
PATRICIA BIOSCA
Cuando alguien viaja a Perú, una de las preguntas más recurrentes es la de «¿Y visitarás Machupichu?». Sin embargo la zona cuenta con una historia que abarca más de 4.000 años y diferentes civilizaciones que dejaron un legado parecido al de los Incas, pero ... que es más desconocido por el gran público. Por eso, este 2014 la Ruta BBVA, que sigue en busca de las «Fuentes del Amazonas » quiere enseñar a sus 203 participantes de más de una veintena de países los secretos y las anteriores culturas que poblaron Perú antes de la llegada de los Europeos, como los mochica, los nazca o los chimú.
Pero el primero que se dio cuenta -aún sin saberlo- de la riqueza de estas tierras fue Rafael Larco Hoyle, quien en 1928 fundó un museo con las diferentes piezas que iba encontrado en distintos yacimientos arqueológicos. Sin saber a qué época pertenecían, Larco las fue recolectando hasta llegar a unas 45.000 que ahora mismo se atesoran y que pueden ser visitados en el centro de la capital peruana. Ahora catalogadas en diferentes civilizaciones, las piezas del museo permiten hacer un viaje en el tiempo desde culturas anteriores a los inca , como los mochica, que construyeron grandes templos en el siglo I y se asenaron durante varios cientos de años en el norte de Perú. Paralelamente, la cultura Nazca creció en la parte sur del país, donde dejó vistosos objetos, mucho más coloridos que sus coetáneos mochicas, pero que guardan gran similitud en cuanto a símbolos. Y por último, la cultura chimú, que relevó a los mochicas en su territorio, siendo una de las civilizaciones más extensas antes del periodo Inca.
Hay coincidencias que indican -y que son visibles en las piezas del museo de la capital de restos precolombinos- que todas estas culturas tuvieron contacto entre sí, como la adoración de los mismos animales sagrado s. Así, la serpiente representa al inframundo, al universo de los muertos, que se entierran en la tierra; el jaguar representa al ser humano, ya que camina como él por encima de los campos; y el búho, que puede volar y se acerca al cielo o mundo superior, habitado por los dioses (además de poder ver en la oscuridad). Estas civilizaciones, que prestan mucha atención a esta distinción entre planos (inferior, medio y superior) según pudieron aprender los ruteros 2014, también poseen alguna divinidad que puede caminar entre los tres estamentos, o seres inferiores pero que también tienen esa capacidad, como los perros o los monos (de hecho se han encontrado restos de estos animales en las tumbas de personalidades de la época).
En las distintas salas se puede conocer desde decoración de los templos donde vivían sus sacerdotes, tallas de cerámica con descriptivos dibujos (como carecían de lengua escrita, se comunicaban a través de viñetas y personajes), vasijas y recipientes donde contenían la «chicha» (bebida de maíz fermentado) y sustancias alucinógenas que utilizaban para entrar en trance y predecir asuntos como la lluvia o las sequías. Como civilizaciones que giraban en torno a la muerte, estos ritos estaban muy presentes en sus vidas cotidianas. Así, en la exposición se pueden observar desde mantos funerarios hasta completos ajuares de sol y plata encontrados en las tumbas más importantes descubiertas. De hecho, el tema de la muerte estaba tan relacionado con su vida cotidiana que también entraba dentro de la reproducción: se creía que cuando un ser humano fallecía, su cuerpo pasaba a fecundar la tierra. Por eso se representaban personas fallecidas con penes erectos y anormalmente grandes que también se pueden ver en la muestra.
Pero sin duda, lo que más llamará la atención del visitante será las dos salas con varias estanterías completas de cabezas, vasijas y cuencos de cerámica que completan la colección de 45.000 piezas del museo Larco, donde las culturas precolombinas se unen en hileras de historia en piezas que el «aprendiz» de arqueólogo tardará en recorrer. Una cita indispensable al pasar por Perú y conocer que, más allá de los Incas y Machupichu, la cultura de esta zona abarca miles de años y de secretos aún escondidos bajo sus arenas y que la expedición de la Ruta BBVA 2014 sigue afanándose en encontrar.
Un legado más antiguo que los Incas
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