Gairy, el tirano que creía en los ovnis

En esta lista de excentricidades también hubo lugar para los extraterrestres. Los introdujo Sir Eric M. Gairy, primer ministro en dos ocasiones de la diminuta isla caribeña de Granada (1958-1963 y 1967-1979). Su Gobierno estuvo marcado por la represión de sus milicias, conocidas como la «Pandilla Mangosta» y por la obsesión del mandatario con los ovnis, que trató de imponer a sus 100.000 conciudadanos. A los granadinos también les apabullaba con sus supuestos poderes psíquicos y les avisaba de que oponerse a él era oponerse a Dios

Gairy, quien también se hizo famoso por sus dotes de seducción, estaba especialmente influenciado por el « misterio del Triángulo de las Bermudas» y las desapariciones que en él sucedían, que atribuía a los ovnis.

En el 1977 decidió llevar su pasión por los ovnis ante la ONU, a la que se exigió crear una agencia para investigar el fenómeno ante el estupor del resto de países. Ante el organismo internacional el mandatario caribeño aseguró que tenía pruebas fehacientes de la existencia de una raza alienígena, lo que no impidió que Reino Unido maniobrara para frenar su propuesta.

Tras una de las reuniones explotó ante el escepticismo que causaban sus ideas: «Sé que los platillos volantes existen porque yo mismo vi uno hace tres años. Los diplomáticos de la ONU van a pensar que estoy loco por decir esto pero estoy convencido de que las personas del espacio exterior nos están estudiando o quizá que viven entre nosotros como terrícolas».

Gairy fue derrocado en 1979 por un golpe de estado. Mientras que las tropas rebeles tomaban el control de Granada él se encontraba dando un discurso en una conferencia auspiciada por Naciones Unidas sobre alienígenas.

Los más acérrimos defensores del fenómeno ovni aseguran incluso que la invasión por parte de EE UU de Granada en 1983 nada tuvo que ver con su interés por frenar el auge del comunismo en el Caribe. Lo que verdaderamente quería Reagan era hacerse con el cuerpo de un extraterrestre que Gairy había recuperado.