Calor
¿Cuáles son las temperaturas ideales para dormir bien en verano?
Las noches tropicales y tórridas de los meses estivales pueden hacer que nos cueste más conciliar el sueño y descansar
¿Te cuesta dormir? Así es el truco del calcetín de arroz para combatir el calor nocturno
P. T.
Sevilla
El intenso calor de algunas noches estivales puede provocar que personas que habitualmente no tienen problemas de insomnio tengan dificultades para conciliar el sueño, agravando el caso de aquellos a los que les cuesta dormir normalmente. Las altas temperaturas son un factor que incide ... directamente en nuestro descanso y así ocurre, de forma destacada en episodios como las olas de calor a las que ya nos hemos visto expuestos este verano.
De hecho, mientras más elevadas sean las temperaturas, no solo será más complicado que consigamos quedarnos dormidos, sino que nuestro sueño será menos profundo y más fragmentado, de forma que, al levantarnos por la mañana no nos sentiremos tan descansados y frescos como de costumbre.
Todos hemos notado lo duras que pueden llegar a ser las noches de calor en esta época. Ahora bien, ¿cuáles son las temperaturas a las que dormimos bien? ¿Dónde está el tope para poder conciliar el sueño y descansar en verano? Los expertos afirman que el margen entre los 18 y los 21 grados centígrados es el ideal para poder dormir profundamente y con un sueño de calidad.
Entre esos niveles nuestro cuerpo se encuentra a unos valores idóneos para la producción de melatonina, la hormona del sueño. Es decir, a partir de los 22 grados las noches se le pueden hacer cuesta arriba a nuestro organismo en su propósito de descansar, tal y como señala la Sociedad Española del Sueño (SES).
Las temperaturas extremas, ya sean muy cálidas como muy frías, provocan que disminuya el tiempo total de sueño. La fase de sueño REM, que consistuye el 25 % del ciclo total y es el momento en que soñamos, es la más sensible a esta clase de alteraciones.
Consejos para dormir mejor en verano
Para que dormir en las calurosas noches del verano no sea misión imposible, hay una serie de consejos que podemos poner en práctica. Estos ayudarán al menos a aliviar un poco la sensación de bochorno, contribuyendo a que nuestro descanso sea lo mejor posible.
— No abrir las ventanas ni levantar las persianas de la habitación hasta que caiga la noche para que no entre tanto calor diurno.
— Ducharse con agua templada en vez de con agua fría antes de dormir, de forma que el cuerpo no tenga que hacer tanto esfuerzo para regular la temperatura, generándonos más calor.
— Dormir con ropa ligera, holgada y fresca, así como usar sábanas transpirables en la cama. Todo ello aliviará la sensación de ahogo y fatiga.
— Dormir a la menor altura posible, colocando un colchón en el suelo o durmiendo en la planta más baja de la casa. El calor tiende a subir y el frío a bajar, por lo que la parte menos elevada de la habitación será la más fresca.
— No hacer cenas muy copiosas ni tomar cafeína en las tres horas anteriores al momento en que vayamos a acostarnos.
— Beber agua constantemente y mantenernos hidratados durante todo el día y también antes de irnos a dormir.
Además, existe un truco infalible con el que refrescarnos de forma sencilla, rápida y barata en las noches más sofocantes del verano.
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