Verano
Esta es la razón por la que no debes darte una ducha fría antes de dormir en verano
Refrescarnos por la noche antes de acostarnos es tentador, pero el efecto del agua fría sobre nuestro cuerpo es contraproducente
¿Te cuesta dormir? Así es el truco del calcetín de arroz para combatir el calor nocturno
P. T.
Sevilla
Noche cálida de verano. No corre ni una pequeña ráfaga de aire fresco. Todo apunta a que va a ser complicado dormir sin aire acondicionado. Intentamos buscar una solución, y optamos por darnos una ducha de agua bien fría antes de dormir para irnos ... frescos a la cama.
Puede que este sea el guion de muchas de las noches de las olas de calor que llevamos este período estival, pero, por extraño que parezca, no resulta eficaz, sino más bien al contrario.
Aunque sea una de las opciones más tentadoras en los días más calurosos en los que oscurece y seguimos a 30 grados, con previsiones de mínimas por encima de los 22 grados (como aún está previsto que ocurra en nuestro país), ducharse con agua fría por la noche puede provocar que pasemos aún más calor y nos cueste más dormir.
El cuerpo regula la temperatura
Esto se debe a que nuestro cuerpo necesita enfriarse para poder conciliar el sueño, expulsando el calor que tenemos. Si nos damos una ducha de agua fría, nuestro organismo percibirá que el agua está más fría que el cuerpo, por lo que comenzará a generar más calor para regularse.
Por el contrario, si nos duchamos con agua templada antes de acostarnos, los vasos sanguíneos se abrirán y dilatarán, de tal forma que el organismo expulsará el calor sobrante. Así conseguiremos que el cuerpo se enfríe y sea más sencillo que nos durmamos.
Una temperatura corporal adecuada es fundamental a la hora de producir melatonina, la hormona del sueño. Lo idóneo para que esto se produzca es que los termómetros en nuestro lugar de descanso alcancen unos valores de entre 18 y 21 grados centígrados de forma natural.
Después de las sucesivas olas de calor que llevamos este verano, es posible que nuestro nivel de sueño se haya resentido. Este consejo puede ayudar a recuperar el tan necesario descanso, cuya ausencia afecta tanto a la salud física como al estado de ánimo.
También puede funcionar dormir a baja altura, ya que el calor suele subir y el frío bajar. Por eso, la parte menos elevada de la habitación en la que durmamos será la menos calurosa. Y, si no podemos soportar las altas temperaturas, siempre nos quedará el infalible truco del calcetín de arroz.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete