Personajes
Un sevillano gobierna el timón del buque escuela Juan Sebastián Elcano
Fernando Piña, con sólo 24 años, está viviendo una experiencia única navegando por todo el mundo en este espectacular navío
Fernando Piña a bordo del Juan Sebastián Elcano a la altura del estrecho de Magallanes
Hay pocas experiencias en el mundo que puedan ser equiparables a lo que supone cruzar el océano a bordo del buque escuela de la Armada española Juan Sebastián de Elcano. Todos los que han tenido la oportunidad de vivir este viaje aseguran que los deja ... marcados para siempre, constituyendo esta aventura uno de los momentos inolvidables de su vida. Una situación en la que se encuentra en la actualidad el utrerano Fernando Piña, quien con sólo 24 años forma parte de la tripulación de este navío cuya silueta es inconfundible y conocida en todo el mundo.
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Se trata de un viaje realmente especial, que comenzaba el pasado 24 de agosto en Cádiz, en un año además muy señalado, con la previsión de realizar diferentes homenajes a la vuelta al mundo que inició en 1520 Fernando de Magallanes y que culminó Juan Sebastián Elcano en 1522. Las previsiones han cambiado ya que la pandemia también está afectando de manera importante a la actividad habitual de este buque, ya que siguiendo los estrictos protocolos de seguridad, la tripulación no puede bajar a tierra en las numerosas escalas que se realizan a lo largo del mundo. En cualquier caso este inconveniente no está suponiendo ningún problema para el joven marino utrerano, quien explica que «simplemente estar en este buque escuela y surcar el océano es cumplir un sueño que había perseguido durante gran parte de mi vida».
A lo largo de la travesía de este buque escuela se han realizado homenajes al V Centenario de la primera vuelta al mundo
La tripulación de este auténtico gigante se compone de casi 250 personas, cumpliendo cada una de ellas una función fundamental para que la travesía en los mares se convierta en todo un éxito. En el caso del utrerano, su puesto se encuentra en el puente de mando donde está especializado en tareas de navegación, manejando el timón del barco e interpretando cartas de navegación y sistemas electrónicos que facilitan dicha tarea.
Piña en uno de los mástiles del navío
Más de cinco siglos separan el momento histórico en el que Juan Sebastián Elcano consiguió la proeza que significó dar por primera vez la vuelta al mundo uniendo los distintos océanos del viaje de este buque escuela, en el que a lo largo de su recorrido está habiendo bonitos gestos y homenajes a la que muchos consideran como la aventura más increíble de la humanidad. « Es realmente impensable que en aquellos tiempos, Magallanes y Elcano pudieran dar la vuelta al mundo con los barcos de los que disponían, sin poder usar adelantos tecnológicos como los que tenemos nosotros o simplemente sin poder tener la suficiente agua potable o cámaras frigoríficas para almacenar convenientemente los alimentos», explica el joven marinero utrerano.
Así, coincidiendo con la fecha en la que según los diarios de a bordo Fernando de Magallanes consiguió encontrar el paso entre el Atlántico y el Pacífico -el 21 de octubre- la tripulación del Juan Sebastián de Elcano realizó un bonito acto de homenaje , navegando junto al buque escuela chileno Esmeralda y disparando unas simbólicas salvas. Fernando Piña recuerda con mucho cariño estos días especiales, asegurando que «toda la zona del estrecho de Magallanes es espectacular, es lo más bonito que he visto en toda mi vida, es un paisaje completamente único».
La actividad frenética que se vive en el barco a lo largo de prácticamente todo el día también deja espacio para el tiempo libre, que normalmente los componentes de la tripulación ocupan haciendo ejercicio físico, viendo películas, hablando con la familia o disfrutando de juegos de mesa. Una tripulación en la que el acento sevillano está bien representado , ya que el propio utrerano comenta que tiene compañeros de Dos Hermanas, de Alcalá de Guadaíra y de Sevilla capital.
Los integrantes de la tripulación viven en el barco momentos inolvidables
Al utrerano le cuesta trabajo encontrar palabras para definir lo que supone esta aventura, y explica que «cruzar el océano en este barco es maravilloso, es algo que hay que vivir para poder explicarlo correctamente. Los paisajes que ves, disfrutar de las especies marinas que nadan junto al barco o contemplar los colores de los amaneceres y los atardeceres , que son únicos».
Un viaje muy especial que llegará a su término en el mes de julio, por lo que tanto a Fernando como a toda la tripulación de este emblemático buque, les quedan aún muchos mares por surcar, numerosas experiencias por disfrutar y un buen número de aventuras inolvidables para homenajear a aquellos auténticos héroes que hace nada más y nada menos que cinco siglos completaron la gesta que supuso dar la primera vuelta al mundo.
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