«Hemos estado con los fallecidos como si fuéramos su familia; he visto a políticos llorar ante los muertos»

«Cuando ingresas en el Ejército piensas que estás preparado para ver horrores de la guerra , pero cuando ves que los que caen son todos tuyos, el golpe y las sensaciones son completamente diferentes a cuando estás en un conflicto bélico, nadie está realmente preparado para afrontar esta situación », explica con la satisfacción del deber cumplido.

Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más terribles de la pandemia del coronavirus a la que se está enfrentando España en su conjunto se centra en el hecho de que muchos enfermos han fallecido sin la posibilidad de que sus seres queridos se despidieran de ellos, muriendo en algunos casos en la más absoluta soledad. Pero hay un grupo personas liderados por un utrerano que lo han dado todo para que ninguna de los fallecidos estuvieras realmente solos.

Un problema que han afrontado con valentía tanto los profesionales sanitarios como los cuerpos de seguridad, entre los que destaca el Ejército , que se ha hecho cargo de las instalaciones que han servido como morgues en Madrid , ante la saturación de todas las infraestructuras.

El utrerano José María Martín Corrochano , es comandante, Jefe de operaciones del Regimiento de Apoyo e Intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), adscrito a las unidades de la Base de El Goloso en Madrid y, ante esta situación excepcional, se ha encargado en las últimas semanas de la coordinación de tres de las morgues que se han instalado en la capital de España para acoger al ingente número de fallecidos.

En concreto, Corrochano ha llevado a cabo todo tipo de labores en las instalaciones mortuorias instaladas en el Palacio de Hielo, el Instituto de Medicina Legal y en el Campus de la Justicia de Valdebebas, de las cuales ya sólo permanece abierta la última de las tres, de hecho el propio Ministerio de Defensa ha decidido que los efectivos de las Fuerzas Armadas dejen de trasladar fallecidos a las morgues habilitadas en Madrid, un labor que han llevado a cabo con humanidad y eficacia en las últimas semanas.

Desde el primer día en el que comenzaron a llegar los féretros a estos lugares —en total estas instalaciones han acogido a más de 1.700 fallecidos —, el comandante utrerano, al frente de un equipo de 150 hombres y mujeres, ha prestado servicios casi interminables —comenzando a las 6 de la mañana y terminando muchos días más allá de las 2 de la madrugada—, con el objetivo siempre en su ánimo de que n inguno de los fallecidos «permaneciera ni un solo instante en soledad, ya que consideramos que todos los que allí descansaban eran soldados de España , y no se deja solo a un soldado». Así, ha sido una labor dura pero necesaria, con el objetivo de que los familiares de estos fallecidos supieran en todo momento que no iban a estar solos.

«Hemos tratado de estar con los fallecidos como si fuéramos su familia , cada uno de los fallecidos ha sido un trocito de nuestro corazón que nos han arrancado, eran nuestra gente», explica emocionado Corrochano a ABC de Sevilla.

Una labor que demuestra la pasta de la que está hecho este utrerano, cuando explica que «ya que los familiares no pueden velarles, nosotros hacíamos ese acompañamiento , de día y de noche. Los veíamos como soldados caídos nuestros, y no dejamos nunca solo a un soldado».

A lo largo de las últimas semanas, son innumerables las imágenes que ha podido presenciar en primera persona este recio comandante, asegurando que «estoy orgulloso de todos los políticos con los que me ha tocado trabajar en este periodo, he visto cómo políticos de todas las tendencias se emocionaban y lloraban desconsoladamente delante de los cuerpos de los fallecidos, sin cámaras, con una emoción desbordada y verdadera».

Este utrerano cuenta con una trayectoria de casi 40 años a sus espaldas en el Ejército , ya que ha sido Caballero Legionario Paracaidista, y ha participado en conflictos bélicos como las dos guerras de Irak y en la guerra de Bosnia , concretamente de esta última contienda regresó herido a consecuencia del lanzamiento en el frente de una granada.

Curiosamente, el trozo de metralla del que le protegió el chaleco antibalas que llevaba, fue regalado como ofrenda y en señal de agradecimiento a la Virgen de Consolación, patrona de Utrera, de la que José María es muy devoto.

Martín Corrochano es la punta de lanza de cientos de españoles que pertenecen a diferentes sectores de la sociedad como la sanidad o las fuerzas de seguridad, que están demostrando una valía incalculable en momentos tan delicados como los que estamos atravesando en la actualidad y que han dado un paso adelante imprescindible para ayudar a la ciudadanía en su conjunto.