El sabor único de una de las tiendas más madrugadoras de toda la provincia de Sevilla

Poco a poco, en casi todas las poblaciones de la provincia de Sevilla, estas tiendas han ido echando el cierre. Muchas de ellas cerraron sus puertas por la ausencia de clientes, otras a causa del cambio en las costumbres de los compradores y algunas lo hicieron porque no encontraron relevo generacional. Por todo ello, llama la atención, como contra viento y marea, cada día a las 5 de la mañana, Eduardo Romero y Dolores Márquez, suben la persiana del despacho 'Comestibles Romero Márquez', que desde hace casi tres décadas es una auténtica referencia en la localidad de Castilblanco de los Arroyos. Los quesos, el pan casero recién hecho y las mejores chacinas ibéricas, son las cartas de presentación de este negocio, que sin lugar a dudas es uno de los más madrugadores de toda la provincia de Sevilla.

Un despacho que con el paso del tiempo se ha terminado convirtiendo en uno de los emblemas más queridos del municipio, y que también es muy conocido por los exquisitos bocadillos 'al gusto' que prepara, que han sido degustados por famosos como Rocío Jurado y José Ortega Cano, Mario Conde, Jesús Quintero o Juan Antonio Ruiz Espartaco. Por este lugar pasan también con frecuencia para avituallarse muchas personas que están haciendo el Camino de Santiago, ya que Castilblanco de los Arroyos es un punto de parada importante en la ruta que transita por la vía de la plata en dirección a tierras gallegas.

Cuando abrió sus puertas este coqueto local, en el que los amantes de la buena mesa disfrutan contemplando las maravillosas chacinas que pueblan el mostrador, existían varios despachos de este estilo en el municipio, pero poco a poco fueron echando el cierre todos, hasta quedarse como el único representante de una estirpe en extinción.

Lo primero que llega al despacho es el pan, un producto por el que es famoso Castilblanco de los Arroyos, por lo que es el propio Eduardo Romero el que explica que «es una de nuestras mejores bazas, el pan, que ahora traemos de la panadería de Neyra, un negocio familiar fundado en 1897, entre los más antiguos de los que siguen abiertos».

Y es que una de las principales características que hacen único a este tipo de negocios es la contundente apuesta que hacen por los productores locales y por los productos de proximidad, esos que se elaboran de manera artesana en el pueblo y alrededores, y que suponen el mantenimiento de muchos puestos de trabajo. Así, otros de los productos que se venden con mucha frecuencia en este local son los cortadillos de cidra, los barquitos y las palmeras de huevo y de chocolate, que se elaboran en otra de las panaderías que permanecen abiertas en la localidad, la panadería de la familia Viera.

«Vendemos chorizo dulce, picante y blanco de Almadén de la Plata, morcilla serrana para la comida, de cebolla o achorizada, y salchichón, morcón, lomitos o caña de lomo», explica Eduardo, quien también precisa como los quesos vienen de pueblos del entorno y la miel de la cooperativa de Castilblanco. «Podríamos tener mieles de otros proveedores a precios más ajustados, pero estamos comprometidos con nuestros apicultores que hace años pusieron en marcha una cooperativa para dar salida a la miel, aquí la máxima es que si a ellos les va bien, también nos irá bien a nosotros, y en lo poco o lo mucho que podamos arrimar el hombro tratamos de estar», apunta.

Con el paso de los años y el trato cercano que es la base de este tipo de negocios, el despacho se ha terminado convirtiendo en un lugar de encuentro vecinal, donde los habitantes de Castilblanco de los Arroyos comparten ratos de charla. «La relación en este mostrador siempre es cercana y la venta está acompañada de una conversación que a todos nos sirve de desahogo y nos ayuda, y de un interés por la otra persona, con cercanía y en muchos casos, con mucho afecto», asegura Eduardo.

Hubo un tiempo en el que la personalidad de Sevilla y sus pueblos se podía conocer de manera profunda en este tipo de despachos, en los que se marcaba el ritmo del día a día. Un tiempo que poco a poco fue terminando y que fue sustituido por la poca personalidad de los grandes supermercados y los bazares orientales. Un modelo por el que siguen apostando algunos románticos como los responsables de 'Comestibles Romero Márquez', un lugar en el que se puede aspirar aún el aroma propio de otras décadas, todo ello a las puertas de la Sierra Morena sevillana, en un entorno natural privilegiado.