Muere el pintor y galerista sevillano Fausto Velázquez

Así, abunda que era un «pintor, galerista y mecenas, director de teatro, profesor, amante de su pueblo, en el que en la década de los setenta fundó y dirigió el Teatro Algabeño, que llegó a fusionarse con el Teatro Lebrijano en un caso inédito de alternativas a los dictados de la capital y de la Corte». Entre otros apuntes de su trayectoria, también recuerda que organizó en la Torre de los Guzmanes una exposición de grabados con firmas como Carmen Laffón, Paco Cortijo, Félix de Cárdenas, Paco Reina o Rolando Campos.

«La Algaba siempre lo recordará, y así lo haremos cada vez que se nombre al Centro cultural Pintor Fausto Velázquez, que se inauguró en diciembre de 2018 con una exposición itinerante de este artista local y universal que ha demostrado que se puede ser profeta en su tierra», pone de relieve el Ayuntamiento.

El diputado provincial de Cultura y Ciudadanía, Casimiro F.Linares, ha destacado a Velázquez como «uno de los agentes culturales más importantes de la contemporaneidad hispalense«. »La Diputación de Sevilla siempre fue tu casa, la casa a la que con gesto humilde y sincero brindaste tus últimos deseos de afecto y generosidad«, añade el político socialista, quien traslada un »fuerte abrazo para su familia, amigos y para el pueblo de La Algaba«.

Velázquez es uno de los más singulares y relevantes autores del panorama plástico andaluz. Sevillano de La Algaba, ha demostrado, a lo largo de más de 30 años vinculado al mundo de las artes, la docencia y la gestión cultural, su total devoción por el insondable y caleidoscópico universo de la creación.

Formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, inició su andadura en el ámbito teatral como director del Teatro Algabeño, a la vez que daba forma a sus primeros grabados en compañía de amigos como Francisco Cortijo, Félix de Cárdenas o Paco Reina. De forma casi paralela inició su faceta docente como profesor de dibujo en varios centros andaluces.

En 1976 se inició en la edición de obra gráfica y fundó el taller de grabado que dio origen a la Galería de Arte Fausto Velázquez, cuya actividad perduró hasta mediados de los años 90. Tras su cierre, regresó a la pintura. Maestro del retrato, íntimo y eficaz, basaba buena parte de su obra en la fidelidad y rotunda corrección de un dibujo nítido, de claros perfiles y poderosa robustez.