Una jornada caótica en la AP-4 Sevilla-Cádiz por un atasco kilométrico: «Hemos estado parados cuatro horas»

Hay que remontarse al domingo para entender lo que ocurrió ayer. El 6 de agosto un camión de mercancías salió ardiendo a la altura del kilómetro 42 de la AP-4 en sentido Cádiz. Ya hubo atascos por ello en dicha jornada pero todo pareció quedar solucionado. Nada más lejos de la realidad, ya que 24 horas después se produjeron retenciones kilométricas durante gran parte del lunes. Tal fue el caos que, para recorrer la distancia que hay entre Los Palacios y Villafranca y Las Cabezas de San Juan, unos 20 kilómetros, se tardó una media de entre tres y cuatro horas. Una situación desesperante que se produjo debido a los trabajos para retirar los restos del vehículo siniestrado.

A primera hora de la jornada ya se podían ver a los primeros coches parados. El motivo, el carril derecho de la zona afectada estaba cerrado para intentar retirar el camión. Los kilómetros de retenciones fueron aumentando a la misma velocidad que las llamadas a los servicios de emergencia, de ahí que se decidiera abrir de nuevo el carril a las cuatro de la tarde. Pero de nuevo hubo que cerrarlo a las 17.00 horas para recoger los últimos restos de la mercancía que transportaba el camión. Cruz Roja activó un plan de ayuda y envió a voluntarios desde Cádiz para dar agua y tratar a las personas afectadas por la ola de calor, mientras que también realizó diferentes tareas Protección Civil de Los Palacios. No fue hasta las 20.00 cuando por fin el tráfico volvió a ser fluido y quedó atrás una experiencia desesperante para muchos de los que se vieron inmersos en este atasco.

«Ha sido algo inaudito». Así se expresaba Juan tras tardar más de cinco horas en ir de Sevilla a Conil, trayecto que hace cada verano cuando coge las vacaciones: «Salí de casa a las 11.00 y no he llegado hasta las 16.00 aunque, más allá del tiempo transcurrido, lo peor ha sido estar parados. Han sido unas tres horas para hacer poco más de 20 kilómetros». En la misma línea se manifestaba Marta, quien echó de menos tardar hora y media a Sanlúcar de Barrameda en los días que hay más tráfico: «No puedo entender cómo durante horas no hay respuesta de nadie, ni de Tráfico, ni de la Guardia Civil, ni de nadie. Ha sido un caos. Encima, en plena ola de calor. Veías cómo otros coches se iban quedando sin gasolina y averiando por los parones y las altas temperaturas».

Pero, sin duda, lo peor fue que hubo personas que tuvieron que ser atendidas, como indicaba Marina: «La gente se iba bajando de sus coches y algunos sufrieron golpes de calor, desvanecimientos y ataques de ansiedad. Era desesperante la situación, así que es entendible que algunas personas, sobre todo niños y mayores, no se encontraran bien. Yo nunca había visto algo igual. Hasta que no sobrepasamos el vehículo incendiado, no empezamos a circular con fluidez, pero es que mi coche estuvo prácticamente cuatro horas parado para hacer un tramo tan pequeño como ir de Los Palacios a Las Cabezas».