Para abastecerse de la luz que necesitan las plantas que crecen en el interior, los detenidos realizaron un enganche ilegal a la red que abastece al resto de vecinos de la urbanización, que sufrieron constantes apagones desde entonces. Un inspector de la compañía que abastece de energía a las casas aseguró a los que agentes que había riesgo de incendio y sobrecarga debido a la rudimentaria instalación.
Cuando los agentes obtuvieron pruebas indiciarias para que el juez autorizara la entrada en el chalet, como el continuo trasiego de clientes a la vivienda, los agentes accedieron al inmueble y localizaron en el sótano un vivero con más de 220 plantas de marihuana a punto de se recolectadas para su venta. «La plantación se encontraba perfectamente acondicionada contando con bombillas halógenas, pantallas reflectantes, así como de sistemas de climatización y ventilación eléctricos», señala la Guardia Civil en un comunicado remitido a los medios este lunes.
Los tres detenidos, de edades comprendidas entre los 32 y los 28 años, fueron detenidos y puestos a disposición judicial por un delito contra la salud pública, usurpación y defraudación de fluido eléctrico.
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