Toro Albalá busca un socio extranjero para comercializar mil botas de vinagre de 50 años

«Antiguamente el vino se avinagraba mucho por falta de tecnología. Por esa razón, Toro Albalá tiene cien botas de vinagre de hace cincuenta años. La bodega tuvo la visión de que en el futuro se comercializaría un vinagre de calidad y hace 25 años decidió apostar por ello y creó otras 900 botas de vinagre», explica Francisco Muñoz, gerente de esta bodega ubicada en Aguilar de la Frontera y fundada en 1922 por el agricultor José María Toro Albalá.

«Buscamos un socio que nos permita acceder a redes de distribución en el extranjero con el fin de comercializar esos vinagres a nivel internacional», manifiesta Muñoz, quien indica que en tiendas gourmet de Corea del Sur, Australia o Estados Unidos venden a 120 euros la botella de 25 centilitros de vinagre de 25 años de Toro Albalá y a 230 euros, el vinagre de 50 años.

«Se trata de un vinagre de alta calidad que no sólo se usa para las ensaladas, sino en carnes, salsas o helados», explican fuentes de esta bodega, cuyos caldos están en lo más alto del ranking de vinos de Robert Parker, considerado una autoridad en el mundo del vino.

«Nos dirigimos a un mercado elitista que busca un producto genuino y muy bien presentado, algo que le permita al importador obtener un margen alto», declara Muñoz, quien recuerda que acaban de recibir en Nueva York el primer premio mundial al estuche más bonito para el vinagre de 25 y 50 años. «Nuestros vinos y vinagres son artículos de lujo -dice- y p ara mejorar su presentación hemos contratado a una de las cinco mejores empresas de diseño gráfico de Europa, Series Nemo».

«Nuestro vinagre no sólo se usa no sólo para ensaladas, sino para hacer helados, carnes o salsas», indica el gerente de Bodegas Toro Abalá, que en 2020 facturó 2 millones de euros, con un ebitda de 380.000 euros . «La compañía arroja beneficios porque exportamos mucho y vendemos caro. Las exportaciones están creciendo y ahora representan el 70% de nuestros ingresos», informa el gerente de esta bodega de la Denominación de Montilla Moriles.

«En 2013, nuestro vino Don Pedro Ximenez (PX) Convento Selección 1946, fue catalogado por la revista Wine Advocate como "uno de los mejores vinos de la Historia con 100 puntos". Nuestros principales clientes en vinos están en Francia, Italia o Hong Kong, donde vendemos botellas de Pedro Ximenez a 500 euros y vinos generosos a 100 euros la botella . En Hong Konk vendemos a cadenas de hoteles de súper lujo con restaurantes con estrella Michelín botellas de seis litros de vino dulce con 50 años a 2.600 euros cada una. Envejemos los vinos muchos años y le damos un valor añadido», explica.

La historia de la bodega se remonta a 1922, cuando José María Toro Albalá «tuvo la genial idea de guardar vinos viejos para la creación de joyas enológicas destinadas a los paladares más exigentes. Una filosofía -dice la empresa- que supo implantar en los valores familiares y que aún se conserva, y que fue considerada una hazaña, teniendo en cuenta la situacion de la epoca. Eso ha servido para que los vinos de Toro Abala esten en las mejores mesas de todo el planeta».

En los años 60 se produce en esta bodega un cambio generacional de la mano del sobrino del fundador, el enólogo Antonio Sánchez , quien es hoy su propietario. A partir de entonces, Sánchez, que se había formado en escuelas europeas, apostó por recuperar los tesoros de crianza y las tradiciones en el mundo del vino.