'El Milagrito', una guerra familiar bien engrasada

La segunda generación de los fundadores del popular desengrasante sevillano está enzarzada desde hace años en una agria batalla legal, en la que han entrado en liza otras marcas de evocación celestial: 'Mano de Santo' y 'Mi ahorrito divino'

Una nueva demanda por el uso de marca en un nuevo quitagrasas de bajo coste enfrenta a los hermanos

Miguel Castro, tercera generación, muestra dos botes de desengrasante con apariencia similar ABC

Miguel Bladimiro Castro Jiménez desarrolló en los años 80 del siglo XX la fórmula de «El Milagrito», el popular quitagrasas sevillano publicitado con el eslogan sonoro «y mancha que te quito». Había estado familiarizado desde niño con los productos químicos de la droguería de ... su madre, que por entonces se vendían al peso, y su idea inicial fue empaquetarlos en bolsas de papel. Así fue como nació la empresa familiar registrada como Fabrienvaf Nuca en una casa del barrio sevillano del Cerro del Águila, que de esta primera sede se trasladó a unas nuevas instalaciones en Gelves cuando se convirtió en fabricante.

El negocio creció y llegó a ofrecer un catálogo de 300 referencias, entre ellas el desengrasante, que se lanzó al mercado con la marca «Nuca Max». Según relatan los herederos del fundador, fueron los consumidores de Huelva los que empezaron a llamarlo «El Milagrito» y de ahí ha llegado a su nombre actual, «Nuca Max el Milagrito». La fórmula contiene cinco ingredientes mezclados en la proporción justa para que no sea corrosivo y pueda utilizarse como quitagrasas en cualquier material, sea suelos, acero inoxidable, plásticos, cristales o ropa. Ese es el gran secreto del desengrasante de la botella fucsia.

En el año 2000, María Castro Molera y dos de sus cuatro hermanos tomaron el relevo en la empresa familiar sin mucho acierto. «En 2005 me quedé sola, y aunque también tuve ganas de abandonar, decidí seguir para que no se perdiera el legado de mi padre dándole la vuelta al negocio. Aposté por un solo producto, el desengrasante, y le dediqué todo mi esfuerzo y los pocos recursos disponibles, cambiando el color del envase, la etiqueta… Fue un acierto». Así se lo explicó a este periódico la actual administradora única de la sociedad familiar, de la que finalmente se desvincularon tres de los cinco hermanos. Los dos que continuaron al frente, María y Miguel, que trabajó como director de ventas hasta su despido en agosto de 2018, protagonizan desde hace años una guerra familiar por la marca que ha llegado a los tribunales mercantiles.

Miguel y María Castro Molera muestran botes de sus respectivos desengrasantes, 'Mano de Santo« y »El Milagrito« ABC

La salida de Miguel Castro de la dirección de la empresa fue traumática y tuvo que dirimirse en el juzgado laboral como despido improcedente indemnizado con 70.000 euros. Antes de este episodio la fábrica se había trasladado a Dos Hermanas —primero al polígono El Parral y, tras una nueva ampliación, a Carretera La Isla. El éxito de ventas había desbordado la capacidad de la planta, que empezó a trabajar a tres turnos las 24 horas para poder atender los pedidos. A partir de 2018 se cuadruplicó la producción de «El Milagrito», hasta llegar a 80.000 litros diarios con un proceso totalmente automatizado. En los últimos cinco años, las ventas anuales de la marca han crecido más de un 60% y este año alcanzarán los 5 millones de euros.

Las ventas anuales de 'El Milagrito' han crecido más de un 60% en cinco años y se acercan a los 5 millones

Tras el fallecimiento de Don Miguel Vladimiro se realizó la adjudicación de herencia y la liquidación de gananciales. Actualmente, las acciones de Fabrienvaf Nuca pertenecen a los cinco hermanos, descendientes del fundador, y a su madre. Ésta posee el 30%, mientras que otro 30%, perteneciente al progenitor, está aún sin repartir entre los cinco hijos (6% cada uno). Por su parte, la gerente y administradora, María Castro Molera, ostenta el 32% ya que había comprado su parte a los hermanos que salieron de la compañía, más su correspondiente 6% de nuda propiedad en proindiviso de la participación del padre. Su hermano Miguel posee un 8% del capital y el 6% aún pendiente de reparto, según datos aportados por Industrias Castro Molera (ICM). Esta compañía creada por Miguel Castro tiene su propia andadura como fabricante de productos de limpieza. Así, tras su despido, Miguel Castro lanzó en 2018 un desengrasante con la marca «Mano de Santo», emulando las propiedades milagrosas del desengrasante original.

Este movimiento desató la guerra familiar. María Castro denunció a su hermano Miguel por competencia desleal y vulneración de la Ley de Secretos Industriales acusándolo de sacar al mercado un producto muy similar al El Milagrito incluso en la forma y color del envase, y perdió este pleito en el juzgado mercantil.

Compra de marca registrada

El siguiente giro de guion es digno de una película de enredo. Fabrienvaf Nuca , es decir 'El Milagrito', ha comprado la marca 'Jabón Mano de Santo' a una empresa de productos de limpieza para lavanderías industriales de Castellón que la tenía registrada desde 2005 y que había impugnado el registro de la marca sevillana. ¿Con qué propósito? Según Miguel Castro, que aporta un correo electrónico remitido por María Castro, la intención es comenzar a usar esta marca para el lanzamiento de un limpiador desengrasante de bajo coste y de igual formato que confunda al consumidor. Alega que «la enemistad familiar» hacia el propietario de Industrias Castro (ICM) «es pública y notoria» y denuncia una actitud de «persecución».

Con estos antecedentes. ICM ha presentado una demanda ante el Juzgado Mercantil de Granada de Marcas, Patentes y Protección Jurídica del Diseño industrial, en la que pide «el cese del uso que viene haciendo la empresa de El Milagrito de la marca 'Jabón Mano de Santo' para la comercialización de un desengrasante de uso doméstico. Alega que el envase del producto »es una burda copia« y sostiene que la finalidad de María es someter a Miguel «al chantaje» «provocando una confusión en el mercado lanzando un producto de bajo coste e ínfima calidad que se pueda relacionar con ICM».

María Castro niega estas acusaciones, afirma que la compra de la marca 'Jabón Mano de Santo' por parte de Fabrienvaf «es totalmente lícita» y que no obedece a ningún fin comercial sino «estratégico». La gerente de 'El Milagrito' asegura que su intención «en estos momentos» es ofrecérsela a su hermano a cambio de sus participaciones en el capital de 'El Milagrito'; desmiente categóricamente el lanzamiento de un desengrasante de bajo coste 'Jabón Mano de Santo«; y acusa a su hermano de difundir un »bulo interesado para desprestigiar nuestra imagen y conseguir publicidad gratuita«.

Por ahora, lo que sí sacó al mercado el pasado 1 de julio Fabrienvaf Nuca es un nuevo quitagrasas de bote amarillo denominado «Mi Ahorrito Divino», más económico que 'El Milagrito', para cubrir la demanda de los consumidores castigados por la crisis actual de precios. ¿Cuál será el próximo paso?

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