La zarzuela 'Sol de Sevilla' del maestro Padilla revivirá un siglo después

En el acto celebrado en el Maestranza hace unas semanas donde se anunció este nuevo proyecto estuvo presente la sobrina del músico, Eugenia Montero Padilla, que entregó la partitura original de la zarzuela para que se pueda iniciar el proceso de producción. Esta comenta a ABC que «para mí es mágico que la directora del Teatro de la Zarzuela, Isamay Benavente, que es andaluza, se interesara por esta obra al igual que Javier Menéndez, director del Maestranza, y que los dos teatros se hayan unido para hacer esta coproducción».

La descendiente de este gran músico comenta, además, que 'Sol de Sevilla' se ha representado por Buenos Aires y por París, «pero en todo este tiempo no se había vuelto a hacer en España». Asimismo, asegura que «Padilla vivió muchos años en París, por eso es muy bonito que dos grandes teatros de Madrid y Sevilla se unan para llevar a cabo este espectáculo». La notoriedad de el maestro de canciones inmortales como 'Valencia' o 'La violetera' fue tal que la Unesco declaró su música de Interés Internacional el 22 de junio de 1989, un día justo después de la celebración del Día Europeo de la Música.

El primer acto de la zarzuela -cuyo libreto es de José Andrés de la Prada- transcurre el Domingo de Ramos. Aparecen vendedores de romero, de ramas de olivo, de dulces, etc. El segundo acto se desarrolla entre el Jueves y el Viernes Santo. El tercero se ambienta en plena Feria de Abril. En esta parte se bailan sevillanas corraleras y destaca también la importancia de lo coreográfico. Según Eugenia Montero Padilla, «esta zarzuela cuenta una historia de amor y celos a partir de una serie de equívocos hasta que todo acaba con un final feliz». También la sobrina del músico dice que se muestra «una imagen muy devota de la Semana Santa de Sevilla». De hecho, en el segundo acto se canta una saeta. La historia pasa de la alegría inicial del Domingo de Ramos a la devoción que se vive en la Madrugada. «Esa parte de la Semana Santa sigue también los problemas de la pareja central, Sol y Curro, cuyo romance se rompe momentáneamente. Hay celos de él y un desvío de ella. Todas esas malinterpretaciones se aclaran en el tercer acto», dice Montero Padilla.

El tono festivo y de alegría del primer acto se aprecia también en la aparición de una taberna a la que entran los mismos que celebran el Domingo de Ramos, algo que le da ciertos tintes cómicos a la obra. «Pero en la obra se representa más la devoción y está también la emoción de la saeta del segundo acto», asegura la sobrina del músico.

Añade esta que no conoce toda la música de la partitura, sólo la composición 'Andaluza', «que es un tema muy de Padilla», y la 'Canción de la guitarra española'. «Esta último tuvo mucho éxito en Buenos Aires. Era el tema que cantaba Curro y se repitió cinco veces en Buenos Aires y en España creo que tres».

Es curioso también saber que la madre de José Padilla, Carmen Sánchez Esteban, pasó la Semana Santa de 1889 en Sevilla en un estado de embarazo ya muy avanzado. El hijo nacería poco después, el 23 de mayo, en Almería. «Se trataba de una mujer muy avanzada para su tiempo», afirma Eugenia Montero Padilla, quien añade que esta pertenecía a una familia de músicos. «Era muy devota y aprovechó su estancia en Sevilla esa Semana Santa para pedir que su hijo naciera sano y fuerte. Tras acabar la Semana Santa -el 22 de abril fue Domingo de Resurrección-, se quedó en Sevilla unos días. De ahí se va a Almería, de donde era ella, y allí nació su hijo».

ABC publicó sobre el estreno de 'Sol de Sevilla' en 1924: «El público distinguidísimo que tarde y noche llenó ayer el Teatro de la Zarzuela exteriorizó su entusiasmo, dedicando ruidosas y prolongadas ovaciones». Además, el crítico añadió: «Toda la música de 'Sol de Sevilla', inspirada, de factura elegante, de sabor español, se adapta al ambiente y al objeto de la obra; y de la obra destacan un coro, que se repitió, y un cuarteto, coreado, en el primer acto; el preludio del segundo, todas las páginas de este acto, eminentemente musical, entre los que sobresalen el número de los 'nazarenos', que se bisó, y la romanza de tenor que Santiago Morell tuvo que cantar tres veces, obligado por las unánimes aclamaciones del auditorio, y un coro de manolas en el tercero, y la romanza de Curro que el Sr. Lledó dijo con sumo gusto».

En el año 2020, la Seminci de Valladolid estrenó el documental 'Descubriendo a José Padilla', que dirigieron Susana Guardiola y Marta Figueras. En esa película se destacaban muchos aspectos desconocidos de la vida de este músico que triunfó en Estados Unidos, Argentina y en países europeos como Inglaterra y Francia. Este músico compuso zarzuelas, operetas y también numerosas bandas sonoras. Además, muchos músicos y escritores han admirado al maestro nacido en Almería. Ese es el caso de Maurice Ravel, quien puso 'La violetera' como ejemplo de obra maestra en sus clases en París de Armonía y Composición. Llegó a decir: «Hubiera dado mi mano derecha por componer 'La violetera'». En 1928, cuando iniciaba el 'Bolero', escribe: «Quiero hacer algo al estilo Padilla». También lo elogiaron otros músicos como Arthur Honnegger. Incluso el escritor William Soroyan escribe en una de sus novelas: «Me llamo Wesley Jackson, tengo 19 años y mi canción favorita es 'Valencia'».

La popularidad de José Padilla era tan grande que Charles Chaplin se 'apropió' de la canción 'La violetera' y la usó sin el permiso del maestro para su película 'Luces de la ciudad' (1931). A este respecto, la sobrina del compositor dice que «Chaplin usó esta música sin el permiso de Padilla y la hizo suya. La presentó en los créditos como creación suya. Mi tío estaba en Londres dando unos conciertos cuando se estrena 'Luces de la ciudad'. Al enterarse de que usaron 'La violetera' como música creada por Chaplin dijo: 'Para gitano, yo'. Le puso un pleito a Chaplin, a quien le gustaba mucho la música de Padilla. Tras el estreno se hizo una fiesta en el Hotel Carlton de Londres y Chaplin la inauguró bailando 'La violetera'. Al final Padilla ganó el pleito en junio de 1934 y fue reconocida su autoría».