«La Peste» vuelve a una Sevilla menos lúgubre y más colorida

El equipo de producción invitó a varios periodistas a visitar las instalaciones donde se preparan los decorados y el vestuario , así como al rodaje en uno de los escenarios que para esta segunda temporada se han hecho en aún más grande de lo que ya lo fuera en la primera. Rafael Cobos , el showrunner de la serie, ha señalado que, aunque pensaban que no podían hacer una serie más a lo grande de lo que ya lo hicieron con la primera temporada, finalmente sí que será más grande .

Uno de los escenarios escogidos en esta ocasión para representar las calles de Sevilla capital es el Monasterio de Consolación en Utrera . Allí se ha construido una calle que vale por dos, ya que en esta ocasión han construido edificios móviles que transforman el espacio de una de las «calles nobles» a una calle una zona humilde. Junto a este escenario repiten el de ciudades como Carmona, Osuna o Sevilla capital cuyas casas palacio tienen bastante protagonismo.

El ambiente que se respira en el Monasterio de Consolación es el de una gran familia . Es la hora de la comida y se puede ver como los figurantes abandonan el siglo XVI durante unos momentos para almorzar, aunque mantienen su indumentaria por lo que se pueden ver a monjas, grandes damas y soldados de la época comiendo con utensilios muy posteriores, bebiendo refrescos, fumando o consultando su móvil. El buen rollo es palpable, los actores principales no dudan en comer con el resto del equipo con quienes comparten risas. Los actores que repiten, Pablo Molinero , Sergio Castellanos y Patricia López Arnáiz no dudan en calificar al equipo ya como una familia con los que pasan grandes momentos tanto dentro como fuera del rodaje . En este punto también se encuentran encantados con el ambiente encontrado en Sevilla las incorporaciones, Federico Aguado , Luis Callejo y Estefanía de los Santos .

La anécdota del encuentro con los medios la han protagonizado Alberto Rodríguez , que en esta ocasión solo dirigirá los episodios uno y dos, Patricia López Arnáiz y Luis Callejo que se han hecho con un pomelo de uno de los árboles del claustro de convento, asombrados por su forma y tamaño, y han jugado con él mientras los medios les hacían fotos y vídeos.

No solo en el set de rodaje se respira la compenetración del equipo. También en las naves de vestuario y arte se entienden a la perfección. En vestuario el figurinista Fernando García , que repite tras la primera temporada, y la jefa de vestuario, Lourdes Fuentes, van completando la explicación el uno del otro y dejan ver la confianza que tienen en el equipo del taller y de ambientación. Tampoco dudan en alabar el trabajo del departamento de arte , dirigido Pepe Domínguez del Olmo , encargado de toda la parte de decoración y ambientación incluidas las armas que completan la indumentaria de algunos de los actores.

En esta nueva temporada los tiempos oscuros y la enfermedad quedan atrás y esto será visible tanto en el personaje de Mateo (Pablo Molinero) como en el vestuario y los decorados. Sevilla dejará atrás la peste y comenzará a ser la ciudad luminosa y colorida pero aún no como la conocemos, sus calles seguirán siendo estrechas y sucias, pero no tanto como durante la epidemia. La ropa, sobre todo la de los nobles y los ricos, será más colorida, incluyendo la de Teresa (Patricia López Arnáiz) que dejará el luto atrás para enfundarse en los más lujosos vestidos.

La historia partirá con Mateo en el Nuevo Mundo donde recibe una llamada de auxilio de Valerio que está en problemas con la Garduña , el hampa sevillana. Por su parte Teresa y Eugenia (Cecilia Gómez) tratarán de sacar a las prostitutas de la calle y darles un mejor futuro, cosa que también enfurecerá a la mafia. Rafa Cobos promete más acción y aventura en esta segunda temporada donde ya conocemos a la gran protagonista de la serie, Sevilla.