Nacho Vegas: «Hace tiempo que el indie dejó de ser alternativa a nada»

«La verdad es que llevamos mucho tiempo con ganas de volver a Sevilla, pero nunca nos terminaban de cuadrar las fechas. Finalmente hemos podido cerrar este concierto en Malandar , que es una sala que conocemos y nos gusta mucho», explica el autor de «La gran broma final» , tema que a buen seguro sonará hoy en la calle Torneo.

Aristócrata primigenio del ahora manoseado universo indie , detrás de su sombría y lúgubre figura de rostro afilado cual retrato del mismísimo Greco, se agazapa un ser sencillo y complejo a la vez, sensible y rebelde , un hombre que asume con honor y resignación sus derrotas más personales, pero que es capaz de no bajar los brazos en pos de las causas comunes. Diferentes caras de un artista maravillosamente poliédrico.

Perfiles que brillan en sus letras como si de una llama en la oscuridad se tratara gracias a una conciencia en constante estado de ebullición y a punto de estallar por culpa del desamor, las injusticias sociales, el consumismo o la felicidad impuesta e impostada . Sentimientos de desazón que sirven como cañamazo para sus enormes canciones siempre cargadas de alto voltaje literario. Desgarros vitales musicados que llevan 20 años emocionando a indies y rockeros.

Sobre la vigencia del concepto indie, Vegas tiene ciertas reservas: «Es un término que se ha devaluado con el tiempo», dice. «Yo vengo de ahí, nunca renegué de eso, pero es cierto que cuando empezó el movimiento indie a finales de los noventa se llamó así porque verdaderamente había una escena de sellos independientes, de salas que apostaban por bandas independientes . En mi opinión creo que estuvo demasiado imbuida por el individualismo y fue creciendo hasta convertirse en algo muy diferente a lo que fue en sus comienzos. Actualmente tiene que ver más con unas referencias estéticas que con una escena excesivamente cohesionada».

«De hecho, al principio recuerdo que hablábamos de música indie pero también hablábamos de música alternativa . Ese concepto se ha perdido, ahora el indie debería ser la alternativa al mainstream, pero lo cierto es que también es mainstream , así que no es alternativa de nada», concluye.

El de Gijón presentará «Violética» , su última colección de 18 canciones. Un disco de carácter continuista que corrobora una vez más su constante estado de gracia a la hora de componer , y en el que vuelve a deambular por los márgenes del sistema y el amor. Dos temas bien diferentes que cohabitan en armonía el universo Vegas.

El disco está muy influenciado por la figura de la cantautora chilena Violeta Parra . «Más allá del guiño en el título y que incluye una versión de «Maldigo del alto cielo» (en la que colabora Christina Rosenvinge) , nunca planteamos este trabajo como un disco homenaje, pero sí es cierto que quería rendirle una especie de tributo por el gran influjo que tiene en lo que yo hago, a pesar de que luego la música sea bien diferente».

«Violeta ha sido muy importante para mí en los últimos años, una especie de faro, una mujer de la que aprendí la manera en que se acercó a la música popular desde diferentes perspectivas, su mirada a la vanguardia y a la vez hacia lo tradicional; sus canciones desgarradoras y vitales pero también con una marcada dimensión social ; y sobre todo cómo jugaba con el lenguaje. De hecho, el título del disco es un guiño a una de sus canciones en las que todos los sustantivos y adjetivos los transformaba en esdrújulos, y por eso esdrujulicé su nombre».

Uno de los temas más controvertidos y reivindicativos del disco es «Ideología» , Vegas lo explica: «Cuando vivimos rodeados de una ideología hegemónica como la de ahora y que se ve reflejada en todos los ámbitos de la vida, al final lo que nos queda es nuestra conciencia y la posibilidad de expandirla de manera colectiva para luchar precisamente contra ellos. Por eso es imprescindible ver la conciencia como algo que hay que mantener y cuidar como un tesoro ».

El artista pone un ejemplo de lo mencionado anteriormente: «Antes hablábamos de escuchar música, sin embargo de un tiempo a esta parte (7 u 8 años) se usa la expresión `consumir música´ , luego vendrá lo de consumir literatura… Eso es peligroso, porque el lenguaje no es inocente en absoluto, siempre que hablamos estamos resignificando muchos conceptos».

Aunque en los últimos tiempos coquetea seriamente con la canción protesta, Nacho Vegas ha granjeado su importante reputación gracias a imponentes canciones que narran historias propias , que respiran verdad por sus poros: «El hombre que casi conoció a Michi Panero» , «Me he perdido» o la escalofriante «El Ángel Simón».

«Para conseguir transmitir una verdad a la hora de escribir, que al fin y al cabo es el objetivo, creo que siempre hay que poner una distancia entre tú y la realidad , no puedes simplemente hablar de la realidad pura y dura, hay que establecer una mínima distancia, porque incluso puede ocurrir que esa distancia transforme la realidad en ficción, y esa ficción tenga mucho más de verdad que la realidad pura y dura», describe el cantautor asturiano.

No obstante, hay veces en que se traspasa esa barrera y se escribe a flor de piel, dando como resultado obras como la mencionada «El Ángel Simón» , una suerte de carta despechada dedicada a su progenitor ya fallecido, que pese a ser publicada hace justo 20 años sigue estremeciendo por la dureza y la sinceridad que transmite. «En este caso creo que me acerqué justo lo más que se podía hacer. Era una cuenta pendiente que tenía que saldar , mi padre había fallecido hacía ya unos cinco años y era un momento en el que necesitaba cantar las cosas que había ido anotando en un cuaderno», confiesa.

«Fue una grata sorpresa cuando la publiqué en mi primer disco. No me esperaba que fuera de las canciones que más gustaran, porque se trata de un tema larguísimo (más de siete minutos), sin estribillo, con una melodía bastante insinuada, casi recitada. Me hizo ilusión que la gente le diera importancia a la canción porque quiere decir que también le dan importancia a las letras, algo en lo que siempre he puesto muchísimo cuidado».

Pese a ser una de sus canciones más demandadas, apenas la interpreta en directo. «Aunque siempre me la piden en las giras, la dejé de tocar porque es de esas canciones que no se pueden cantar de manera mecánica, requiere una mentalización y un estado de ánimo específico , aunque no descarto volver a recuperarla en el futuro».

La cante o no, el de esta noche promete ser un gran concierto de rock, género en el que el propio artista prefiere encasillarse. «Me dedico a hacer y cantar canciones, por tanto soy un cantautor, pero creo que la música que hago se puede considerar rock , porque es un género con un saco en el que entran un montón de influencias, desde la música más popular hasta la más vanguardista».