Flamenco: patrimonio completamente inmaterial de la humanidad

De hecho, el expediente que presentó el gobierno del entonces presidente de la Junta, José Antonio Griñán , incluía una lista de obligaciones que tienen que ser revisadas cada cierto tiempo por la Unesco, que se guarda la posibilidad de retirar esta declaración a un bien si se incumplen las medidas acordadas. En este sentido puede afirmarse que el flamenco es un género con suerte porque más de una década después la Junta de Andalucía no ha llevado a cabo prácticamente nada de lo prometido y la Unesco sólo ha enviado varios avisos, pero nunca ha llegado a consumar sus amenazas. Aquel informe aseguraba que en un plazo de dos años después de la designación la administración andaluza habría hecho un estudio socieconómico de este arte, habría entrevistado a los artistas históricos que aún vivían entonces para conservar sus testimonios y habría organizado un circuito por las universidades.

Además, Griñán anunció sólo unos minutos después de conocerse la declaración en Nairobi que , esto es literal, «antes de que finalice el año crearemos un grupo de trabajo para estudiar la inclusión del flamenco en el sistema educativo andaluz ». Fijó como fecha para consumarlo el año 2014. Pero esta medida, una de las principales que prometió la Junta a la Unesco para lograr la designación, aún no se ha ejecutado.

Sólo la actual consejera de Cultura, Patricia del Pozo , ha dado pasos en firme para cumplir los acuerdos de 2010 impulsando la Ley del Flamenco, donde se recogen todas las propuestas realizadas a la Unesco y se dedica un capítulo al proceso de inclusión del arte jondo en la enseñanza pública. Antes de su llegada nadie movió un dedo para desarrollar políticas relacionadas con la divulgación y protección del flamenco. De hecho el presupuesto público para esta materia descendió en algunos ejercicios con respecto a los años en los que el flamenco aún no era Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Actualmente el género atraviesa la crisis de la pandemia de forma especialmente acentuada, ya que hasta el momento los artistas ni siquiera tienen un epígrafe específico en la Seguridad Social para optar a subsidios en caso de desempleo. Varias figuras como Eva Yerbabuena, Arcángel, Marina Heredia, Dorantes, Rocío Márquez o Andrés Marín , entre otros muchos, se unieron para poner en marcha el primer sindicato flamenco con el objetivo de reivindicar derechos históricamente olvidados. Por primera vez se ha despertado esta sensibilidad entre los intérpretes y se han dado varios pasos para solucionar el limbo legal en el que se encontraban.

Todo esto estaba en los acuerdos con la Unesco, que once años después sigue esperando que Andalucía cumpla su parte del trato. El actual gobierno de la Junta tiene todo el trabajo por hacer y ha puesto los primeros ladrillos, pero hoy el flamenco soplará de nuevo las velas cumpliendo rigurosamente con la denominación que le otorgó la Unesco. El arte jondo es, efectivamente, Patrimonio completamente inmaterial . Porque no se ha materializado nada de lo que se firmó. Y como dice la soleá, el que firma es el que pierde.