Locus amoenus
La Carbonería Social Club
Ry Cooder se hizo famoso gracias a «Buenavista Social Club» (1999), pero el primer latido de aquella reunión de soneros tuvo lugar en La Carbonería en 1994, gracias a Santiago Auserón, Jesús Cosano y el equipo de la antigua Fundación Luis Cernuda
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Iniciar sesiónRecuerdo que asistí al estreno de la película «Buenavista Social Club» (1999) en Los Ángeles, acompañado de Mario Vargas Llosa, José Miguel Oviedo y Efraín Kristal, y que salimos huaracheando del cine. Mis amigos estaban deslumbrados, porque ignoraban la existencia de aquellos viejos maestros, supuestamente ... reunidos por el guitarrista Ry Cooder, quien se presentaba como el músico que los había rescatado del olvido y del anonimato. De hecho, antes de «Buenavista Social Club», artistas cubanos exiliados como Celia Cruz, Bebo Valdés e Israel López «Cachao» eran mucho más conocidos y populares que Omara Portuondo, Eliades Ochoa o Compay Segundo, pero mis amigos se sorprendieron mucho más cuando les conté que en Sevilla conocíamos de sobra a la mayoría de troveros del documental, gracias a las dos primeras ediciones de los Encuentros del Son Cubano y el Flamenco, que la diputación de Sevilla organizó en 1994 y 1995.
Vaya por delante mi respeto a Ry Cooder y su productora, pues «Buenavista Social Club» fue un fenómeno mundial; pero aquel maravilloso documental jamás habría existido sin la curiosidad musical y la clarividencia escénica de Santiago Auserón, Jesús Cosano y el equipo de la antigua Fundación Luis Cernuda de la Diputación de Sevilla, por donde brujuleaban Chus Cantero, Alberto Marina y José María Mellado, entre otros sospechosos habituales. Todo comenzó en 1992, cuando Santiago Auserón recopiló en un doble elepé de vinilo -«Semilla del Son»- algunos de los temas canónicos de la música popular cubana, tomados de sus grabaciones originales. El impacto de aquel disco fue tan extraordinario, que de inmediato empezó a cocinarse la idea de reunir en Sevilla a los artistas todavía activos de «Semilla del Son».
Así llegamos al verano de 1994, fecha de la primera edición del Encuentro del Son Cubano y el Flamenco, cuando La Carbonería se convirtió en la sucursal sevillana del club social Buenavista de La Habana, pues acogió a Faustino Oramas «El Guyabero», al conjunto «Los Naranjos», a la agrupación «Septeto Spirituano» y sobre todo a don Máximo Francisco Repilado Muñoz, más conocido como «Compay Segundo» y que además interpretó «Chan Chan», su tema más conocido. Por lo tanto, cinco años antes del estreno de la película «Buenavista Social Club», «Compay Segundo» hizo bailar al personal de Utrera, Lebrija y El Coronil con 87 años en lo alto del DNI. Es más, en la segunda edición del Encuentro del Son Cubano y el Flamenco de 1995, «Compay Segundo» regresó con más fuerzas y un año más, para actuar tres noches seguidas en Camas, Utrera y La Rinconada, por encima de los 35 grados centígrados y sin contar el calor de las luces de los escenarios.
El éxito de los viejos troveros en Sevilla, propició la grabación de la «Antología de Francisco Repilado, Compay Segundo» (1995), producida por Santiago Auserón en Madrid, donde coincidieron con Ry Cooder, Pancho Amat, Luz Casal y Carlos Núñez en otro estudio madrileño. Ry Cooder quedó fascinado con la antología de «Compay Segundo» y todo lo demás fue cayendo por su propio peso. Por supuesto que Ry Cooder siempre habría sido abducido por el son cubano y el talento de «Compay», pero el encaje de todas esas coincidencias nunca se habría producido sin la alineación austral -que no astral- de Auserón, Cosano y «Compay» en La Carbonería. ¿Cuántos podrían presumir de haber presenciado aquella celebración «jonda sonera» en la calle Levíes?
Mientras caminaba por Olvera Street en Los Ángeles, cantiñeando «Chan Chan» con Vargas Llosa, Oviedo y Efraín Kristal, no pude evitar el recuerdo de La Carbonería en 1994 y de La Rinconada en 1995, cuando «Compay Segundo y sus muchachos» me instilaron las primeras sensaciones de «Buenavista Social Club» antes del estreno de la película. Y es que el continente americano -de norte a sur- es un compendio de epifanías sevillanas.
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