cultura
Las obras fundamentales que no hay que perderse de la exposición de los Bécquer del Museo de Bellas Artes
La muestra 'Los Bécquer, un linaje de artistas' reúne hasta el próximo 15 de marzo 150 creaciones entre pinturas, dibujos, acuarelas y litografías
El Museo de Bellas Artes reúne a la saga Bécquer al completo por primera vez en Sevilla con 30 de las 150 obras recién restauradas
'La cruz del campo', de Joaquín Domínguez Bécquer
El Museo de Bellas Artes de Sevilla acaba de inaugurar el pasado lunes la que es sin duda su gran exposición del año, 'Los Bécquer, un linaje de artistas'. Se trata no sólo de un acercamiento al universo creativo de esta gran ... saga a través de 150 obras entre pinturas, dibujos, acuarelas y litografías, sino que supone también un magnífico retrato de la evolución que vivió la capital hispalense entre la década de los años treinta y la de los años setenta del siglo XIX. Todo ello visto a través de la mirada de cuatro artistas irrepetibles: José Domínguez Bécquer, Joaquín Domínguez Bécquer, Valeriano Domínguez Bécquer y Gustavo Adolfo Bécquer.
Manuel Piñanes García-Olías es el comisario de la exposición. Este licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Sevilla es anticuario pero, sobre todo, un profundo conocedor de la obra de los Bécquer. De hecho, aunque no pudo realizar su tesis doctoral sobre Joaquín Domínguez Bécquer, en el año 2014 publicó el libro 'Joaquín Domínguez Bécquer, el guardián del Alcázar' (Ayuntamiento de Sevilla) en colaboración con Jesús Rubio, que había hecho una monografía sobre José Bécquer. Ambos también escriben sendos textos en el catálogo de la muestra. Además, Piñanes es un destacado coleccionista de arte y posee acuarelas, litografías y óleos.Para esta muestra ha prestado de hecho cerca de una treintena de obras.
Cuenta el comisario que «hacía mucho que no se organizaba una exposición sobre pintura romántica sevillana en el Bellas Artes, por eso queríamos hacer algo sobre obras y pintores, incluyendo la vertiente menos conocida de Gustavo Adolfo Bécquer como dibujante». Tras idearse un primer proyecto para una muestra, la directora del Bellas Artes, Valme Muñoz, lo retomó hace un año. «Ella quiso que fuera la exposición central del año. Nos pusimos a trabajar para hacer las listas de cuadros y de las restantes obras susceptibles de ser expuestas. Debo destacar que muchas de estas piezas pertenecen a colecciones particulares porque se dispersaron y estos coleccionistas se han mostrado muy colaboradores en casi todos los casos. También han facilitado las cosas instituciones como el Museo del Prado, el Museo de San Telmo de San Sebastián, el Museo del Romanticismo o el Bonnat-Helleu de Bayona, por citar algunos. No me puedo olvidar tampoco de todo el equipo del Museo de Bellas Artes de Sevilla, destacando no sólo el papel de su directora, sino la coordinación de Ignacio Cano y Blanca Muruve, la gran labor del equipo de restauración y la coordinación editorial del catálogo a cargo de Virginia Marqués».
El último cuadro de José Domínguez Bécquer
Este experto en arte destaca la vertiente de José Bécquer (Sevilla, 1805-1841) como acuarelista, «que luego se desarrolla en estampas que hemos expuesto en casi su totalidad. Murió muy joven y su pintura se dispersó muy rápido. Las obras de los Bécquer están casi todas en colecciones particulares y no son fáciles de localizar. Ha habido unas cinco que no hemos podido localizar». Del iniciador de este linaje de artistas, Piñanes destaca especialmente 'Baile en una venta', que pertenece a la Colección Abelló. «Es de un tamaño mediano para lo que son los cuadros de este pintor. Detrás del lienzo hay una etiqueta de la época que indica que fue el último cuadro que hizo antes de morir. Está pintado en 1840 y él murió en 1841 con 36 años».
'Baile en una venta' de José Domínguez Bécquer pertenece a la Colección Abelló
En cuanto a su primo hermano, Joaquín Domínguez Bécquer (Sevilla, 1816-1879), este fue el más longevo de la saga porque vivió 62 años. El comisario de la muestra subraya tres escenas de Sevilla muy notables dentro de su producción. Se trata de los óleos 'Plaza de la Real Maestranza de Sevilla' (1855), 'La Cruz del Campo' (1854) y 'La plaza de San Francisco en Sevilla al paso de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Pasión' (1853). «Esas tres pinturas ofrecen una visión de Sevilla muy hermosa y me encantan porque reflejan muy bien el cielo de la ciudad. La verdad es que de Joaquín hemos traído cosas muy buenas como su 'Autorretrato vestido de cazador' porque es un poco diferente a los demás».
Respecto a Valeriano Domínguez Bécquer (Sevilla, 1833-Madrid, 1870), que murió con 36 años, aparte del famoso 'Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer' (h. 1862), que ha sido restaurado especialmente para la ocasión por el Museo de Bellas Artes de Sevilla, este anticuario valora en especial las escenas de costumbres que el artista pintó en el Moncayo. En ese sentido, se pueden mencionar lienzos como 'El presente. Fiesta mayor en Moncayo (Aragón), la víspera del santo patrono' (1866)' -que pertenece al Museo del Prado- o 'Interior de una casa de un pueblo de Aragón, cuando la familia se reúne por la tarde para tomar el chocolate', que es del Prado, pero se encuentra depositado en el Bellas Artes. «Son pinturas soberbias de la etapa de madurez de Valeriano. Eso indica que, si hubiera vivido un poco más, habría evolucionado quizás hacia el realismo, dejando los ropajes del romanticismo, algo que no deja de ser más que una hipótesis que manejamos. No sabemos hacia dónde hubiera llegado de haber vivido más de 36 años», sostiene Piñanes.
Esta muestra también refleja el gran valor de Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 1836-Madrid, 1870) como dibujante, faceta que ha quedado eclipsada por su breve pero trascendental carrera literaria. Jesús Rubio escribió un libro sobre el Gustavo Adolfo artista. Sólo se conocen dibujos de Bécquer a lápiz y plumilla, no se conservan pinturas. En la muestra se puede ver un dibujo de un gitano que pertenece a Piñanes y otro humorístico. «Casi todos los dibujos de Gustavo Adolfo se encuentran en álbumes. No eran dibujos públicos o visibles. En el siglo XIX, las señoras recibían en sus casas a los artistas y estos les dejaban pequeños detalles, que ellas incluían en sus álbumes de amigos. Los dos que exponemos aquí -el primero está fechado entre 1855 y 1865 y el segundo, entre 1858 y 1870- pertenecieron a Julia Espín y vienen de la Biblioteca Nacional. Hay otro álbum con dibujos de Bécquer que se vendió en Durán Arte y Subastas en Madrid hace unos veinte años. Lo compró un coleccionista particular y ahora mismo no sabemos dónde está», dice Manuel Piñanes.
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