Manuel Pareja-Obregón, 90 años del poeta que no quiso ser cantor

Su abuelo por parte de padre fue el VII Conde de la Camorra. Por parte de madre, el torero Espartero. Y él, entre tanto, le dio nobleza a la música popular andaluza, llevándola asimismo a un público masivo. Colaboró con Rafael de León y Manuel Quiroga y compuso para los artistas de mayor enjundia: los Hermanos Reyes, Rocío Jurado, Chiquetete… Así, la 'Salve a la Virgen del Rocío', esa del Olé, las 'Sevillanas de la Reina', 'Que también es de Sevilla', 'A la Puerta de Toledo', 'La historia de una amapola', 'Se amaron los caballos', 'Contigo me equivoqué', 'Perdónala' y 'Cantinero de Cuba' son de su autoría, como tantas otras canciones. En total, más de 3.000.

Detuvo la seguidilla. Le paró el tiempo y la arrojó hacia un edén de armonía. La filtró por el camino de sus dedos en las teclas, por una sensibilidad extraordinaria dispuesta a ocupar paisajes y contornos. Les otorgó otro sentido narrativo hasta dar, como resultado, con toda una escuela que traza hilos entre su ciudad y El Rompido, pero que a su paso retrata también Andalucía y el mundo. Entre los discípulos de esta sevillana moderna que instaura, destacan, además de su hijo Arturo Pareja-Obregón, otros creadores e intérpretes como Feliciano y Juan Rafael Pérez-Vera. No obstante, casi la totalidad de la música que se produce en este terreno desde su irrupción a mediados del siglo XX tiene, en alguna medida, su sello.

«El fin del poeta es hacer que otros triunfen», dijo en una ocasión. Por eso alumbró los pentagramas desde la sombra. Tuvieron que ser los otros los que le insistieran para que grabara en solitario discos como 'Sevillanas antológicas' y 'Fandangos de cámara', además de su participación en la película 'Sevillanas', de Carlos Saura, en la que bailan Matilde Coral, Rafael el Negro y Rocío García Corrales. Bohemio de pro, hizo lo más difícil: crear lo que desde su invención se denominó clásico.

Flamencólicos, melómanos y musicántropos del mundo, la discografía de Jorge Pardo es una de las más abultadas de los artistas actuales. Él es una pieza esencial en el flamenco contemporáneo. Con 'Mi sonido, mi metal', después de discos como 'Huellas' y su penúltimo 'Trance sketches', nos hace entrega de una de sus mejores piezas. Asume la jondura ecléctica que desde su encuentro con Paco de Lucía anda desarrollando con la flauta al volver a sus credenciales en forma de tangos de Granada. Lo hace como punto de partida en 'Anda y mira'. Lo rítmico marca el camino de una armonía sorpresiva y doliente. El vibráfono de Ton Risco se cuela sin avisar, arrancando así una sucesión de ecos y laberintos de gran expresividad. Son poéticos estos trazos al incluir incluso recitados, algo que si se elimina no importa. También al encontrarlos con la música electrónica, un recurso último que en estas dosis leves intensifica lo emocional del instrumento. El resultado, una lograda experimentación.

'Idensidad' es plástica y oriental. Canta el saxo junto a la voz de Bego Salazar en 'Otoño', versión de una composición ochentera que por momentos evoca a la granaína. Flamenco y jazz se abrazan, igual que hace cuarenta años, pero en una nueva dimensión. La fiesta por bulerías con zapateados a Chick Corea clava la bandera final. La meta, por tanto, es la misma de siempre: no solo probar, sino emocionar. Cantar y bailar. Disfrutar con la extrañeza de 'SeiS', una progresión de trece minutos en la que tantea con el sonido en diferentes planos, incluye percusiones y guitarras, juega a la reiteración de la melodía y la difumina inmediatamente después entre rasgueos y loops. Pero cerrar con el arte sin aditivos que nutre toda la propuesta. Esto es, terminar por el principio. Una tendencia en la obra de un músico fundamental.

Málaga respira flamenco desde que el 29 de abril empezara su Bienal, Argentina continúa hoy el ciclo Jueves Flamencos en la Fundación Cajasol con la presentación de 'Impulsos' a las ocho y media de la tarde en la Sala Chicarreros y diferentes espacios de Sevilla acogen el circuito que organiza la Unión de Peñas Flamencas a través del ICAS. Este último comenzó en abril y se prolongará hasta el 16 de junio. La primavera, en ese sentido, trae una agenda cargada de recitales y espectáculos en la mayoría de las provincias andaluzas.

La Bienal de Málaga, por su parte, se prolongará hasta el 26 de mayo. En esta VI edición podrá disfrutarse en los escenarios de la trilogía sobre la guitarra de la bailaora Rocío Molina con Rafael Riqueni el día 7 de mayo en el teatro municipal de Torrox, del intimismo de Mayte Martín el 8 en el auditorio Felipe VI de Estepona y del encuentro entre José de la Tomasa y Virginia Gámez en la iglesia de Santa María la Mayor, en Antequera, el 16. También, gracias al ciclo 'Cositas que nadie sabe', maestros como Fosforito, Serranito y Merche Esmeralda realizarán entrevistas con público que serán retransmitidas vía streaming.

Finalmente, en Sevilla, las peñas dejan propuestas altamente atractivas. Diego El Cabrillero, un veterano cantaor de Utrera que no se prodiga demasiado, canta con Antonio Moya al toque este viernes 5 de mayo en la peña del Cerro del Águila. El Quincalla, El Chozas, El Lele de Camas y Marcelo Sousa son otros de los cantaores que actúan en esta programación que nos permite adentrarnos en un arte que no tiene cabida en otros aforos.