cine
Un libro rescata del olvido la película 'Oro vil', western pionero español estrenado en 1942
Miguel Olid y Víctor Matellano han investigado en este filme que dirigió el jienense Eduardo García Maroto
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Sevilla
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Iniciar sesiónEn el año 1942 se estrenó la película 'Oro vil', un western dirigido por el jienense Eduardo García Maroto (1903-1989) que no tuvo demasiado éxito en su momento, pero que fue el primer filme de este género rodado en España. Los ... investigadores Miguel Olid y Víctor Matellano acaban de publicar el libro 'Oro vil. Western pionero español' (Pigmalión), donde desvelan algunas de las anécdotas que rodearon al rodaje de esta producción cuyo director tuvo incluso que ponerse provisionalmente a los mandos del rodaje de 'Raza' «por imperativo».
Cuenta Miguel Olid que la primera noticia que tuvo de este cineasta andaluz fue en el Festival de Torremolinos en 1989. «Allí nos repartieron a la gente de la prensa unas memorias de García Maroto», dice. Pocos años después, este investigador escribió un libro sobre la actriz sevillana Antoñita Colomé, que había participado en el filme 'Mi fantástica esposa', de García Maroto, «que me gustó mucho y me sorprendió. Era una comedia de 1944 en donde ella llevaba la iniciativa. Después supe que estaban haciendo un documental sobre él. Publiqué en El País un reportaje ahondando en la relación de García Maroto con el cine americano, ya que participó en las grandes producciones de Hollywood que se rodaron en España en los 50 y 60».
Posteriormente, cuando Olid iba a hacer su tesis doctoral le propuso al profesor Rafael Utrera centrarse en la figura de García Maroto, director cuyas comedias rodadas en los años 30 habían influido en un joven Luis García Berlanga, «como este último confesó en alguna ocasión», asegura. A partir de ahí, Miguel Olid se interesó por 'Oro vil', película maldita actualmente desaparecida. Sin embargo, el investigador sevillano encontró el guion. El otro autor del libro, Víctor Matellano, le propuso editarlo y así se gestó esta obra.
En 2015, Miguel Olid fue comisario de la exposición 'Eduardo García Maroto y el cine americano', que se organizó en el Festival de Málaga. Cuando su etapa como director finalizó se recicló como director de producción y ahí colaboró en muchas producciones hollywoodiense. «Como director comenzó haciendo cortos en los que parodiaba géneros y algunos tan cinematográfico como son los westerns, el cine de gangster y aventura. Que García Maroto llegara al western no era nada descabellado, dada su relación con el cine americano», afirma este experto en cine. Además, empezó su carrera como ayudante de cámara y a veces hacía pequeños cameos, llegando a interpretar en una ocasión a un galán que hacía de vaquero, por lo que había ciertos antecedentes con el western en su trayectoria.
Preguntado por si 'Oro vil' tuvo problemas con la censura de su época, Olid dice que García Maroto se metió con algunas personas en la compra de unos estudios. «Como alguien se echó para atrás -subraya este investigador-, vieron que una buena forma para recaudar dinero era haciendo un western para conectar con el público. En sus memorias, él se lamentó de que no hubiera podido enfocar este western como una parodia, en vez de haber hecho una historia seria. Pero aunque él hubiera querido hacer una parodia no le hubieran dejado». A eso hay que unir que a partir de la dictadura franquista a García Maroto le prohibieron hacer ese cine paródico que fue tan popular en los años 30. «Dicho cine paródico no lo volvió a hacer hasta que rodó en 1954 su última película, 'Tres eran tres'. Ahí parodió al cine de terror -algo que ya había hecho en los 30-, al cine folclórico y al western».
Cuando Eduardo García Maroto estaba haciendo 'Oro vil', 'La diligencia' (1939) -película de John Ford que revolucionó el western y que significó «un antes y un después» dentro de este género- no se había estrenado en España. «Como Maroto no conocía aún 'La diligencia', 'Oro vil' fue una película mucho más deudora del western primitivo en ese sentido», sostiene Olid.
Mientras estaba rodando 'Oro vil' en el madrileño paisaje de La Pedriza, en Manzanares El Real, un día llegó un motorista de la policía con el fin de llevarse de forma inmediata al director a Madrid. El equipo temía que el realizador se había metido en algún asunto político, ya que anteriormente había tenido encontronazos con la censura del régimen dictatorial. Al final tuvo que ponerse «por imperativo» provisionalmente a los mandos del rodaje de 'Raza', la película de exaltación del ideario nacional-católico del régimen franquista.
Miguel Olid no ha encontrado hasta la fecha ninguna copia de 'Oro vil'. En su momento se tiraron diez copias de la película. «Hace poco un periodista del Diario Sur, Francisco Griñán, nos comentó que este western se estrenó en Málaga en abril de 1943. La película debió de tener éxito porque estuvo un mes y medio o dos meses en las carteleras de los cines de verano de Málaga. El público debió de responder con interés a esta película. Igual en un remoto cine o en un sótano aparece una copia. Ojalá llegue en buen estado, porque si las películas no se conservan en buenas condiciones de temperatura y humedad se acaban convirtieno en polvo».
Lo que sí encontró este investigador fue el guion original de la película, además de abundante material gráfico, ya que se conservan muchas fotografías del rodaje. A partir de aquí el espectador se puede hacer idea de cómo fue el filme gracias a la planificación, los actores y el decorado. Según Olid, «ocurre algo parecido con la gran película de Eduardo García Maroto, 'La hija del penal' (1936), que según la crítica era una comedia divertidísima y muy ingeniosa. Incluso hubo algunos que señalaron que había hecho un nuevo género dentro de la comedia, ya que el guion era muy surrealista y había sido escrito por Miguel Mihura. Ese filme también se perdió, pero se estrenó fuera de España a diferencia de 'Oro vil' y llegó a países como Cuba y México. No pierdo nunca la esperanza de que puedan aparecer copias de 'Oro vil' y de 'La hija del penal'».
García Maroto trabajó luego como director de producción en grandes películas rodadas en España en los años 50 y 60 como 'Orgullo y pasión', 'Salomón y la reina de Saba', 'Espartaco', 'Patton' o 'Los siete magníficos'. Sostiene este escritor que «tuvo muchos problemas con la censura porque no le dejaban hacer las comedias paródicas. La censura le dio una baja calificación a 'Tres eran tres'. Eso supuso la despedida de Maroto como director porque fue la ruina de su cooperativa». En ese sentido, el jienense siempre fue un adelantado a su época y lo demostró en detalles como esta cooperativa donde también estaba Fernando Fernán Gómez. Igualmente fue precursor del cine infantil e intentó adaptar El Quijote, pero no había apoyos en España. «Maroto consiguió una cosa muy importante, ya que logró poco a poco que los profesionales españoles ascendieran de categoría en estos rodajes americanos, así pasaron de ayudantes a jefes de equipo. En 'Patton' dos españoles consiguieron por primera vez un Oscar, uno de ellos fue Gil Parrondo. Ganarse la confianza del personal del cine americano fue una de las mayores contribuciones de Maroto al cine en España».
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