Eloy Martínez de la Pera: «La relación que transformó la moda en el siglo XX fue la de Givenchy con Audrey Hepburn»

Sobre el tema 'El arte, transformador del entorno', Sofía Barroso ha dicho que «Sevilla como ciudad de futuro yo la veo maravillosa, debe seguir el camino de Bilbao, que es un lugar de encuentro. Como la arquitectura, el arte y una buena gestión puede cambiar las ciudades». Eloy Martínez de la Pera ha añadido que «apostar por la cultura es mucho más que apostar por la cultura». Este ha continuado diciendo que «la cultura, desde Rembrandt hasta un musical de 'El rey león', enriquece una ciudad. Gracias a la cultura, por ejemplo Madrid hoy es un polo de atracción. Esto está ocurriendo también en Marsella, una ciudad deprimida que ha apostado por hacer que los barrios se regeneren gracias a construir pequeños museos en los barrios. Y ahora la ciudad es diferente».

Este comisario de exposiciones ha subrayado que «apostar por el arte para cambiar la fisonomía de una ciudad y con ella, la mentalidad de las personas que las habitan, es un win-win donde salimos ganando todos. Somos un país muy poco generoso con el mecenazgo. Aceptamos las donaciones con reticencias, no como en América, que les ponen el nombre del mecenas a una sala de un museo o a una colección. ¿Por qué en España no somos generosos con los que antes han sido generosos? Esto desincentiva el mecenazgo». Sofía Barroso ha dicho con respecto a este tema que «hasta que no tengamos una ley de mecenazgo en España esto no será posible. En el Museo del Prado hay una donación de un coleccionista catalán, la Fundación Cambó que no aparece en un solo cartel. Tenemos que aprovechar este boom de gente maravillosa que está viniendo a España buscando contenedores para sus colecciones y que sirva para impulsar de una vez una buena Ley de Mecenazgo».

A continuación, el presentador del evento, Felipe Lozano, le ha preguntado a Eloy Martínez de la Pera por su relación con la moda, ya que es un destacado especialista en Balenciaga y comisario de la exposición 'La moda en la Casa de Alba' junto a Lorenzo Caprile. De la Pera ha dicho que «la relación que transformó la moda del siglo XX fue la de Givenchy con Audrey Hepburn. Igual que la del siglo XIX fue la de Eugenia de Montijo con Charles Frederick Worth, el padre de la alta costura. Trascender a través de la moda es algo que consiguen muy pocas personas. Y estás dos mujeres lo consiguieron». Este experto ha añadido que «la moda también es transformadora de las ciudades. El ejemplo es la moda que Eugenia de Montijo impone en París: llena sus trajes de encaje y la ciudad de Caláis multiplica sus fábricas y su población, gracias a la industria del encaje que estaba allí. Cómo la moda es una herramienta transformadora de las ciudades y las mentes es algo de lo que no se habla demasiado».

El lenguaje de la arquitectura ha sido el tema central de la última sesión del día en el Hay Fórum Sevilla, con el arquitecto holandés Reinier de Graaf como estrella invitada, a quien la urbanista estadounidense Martha Thorne ha presentado como un especialista en «desenmascarar los mitos de la arquitectura y quitar de en medio tonterías y palabras de moda». «Sostenibilidad», «habitabilidad» o «bienestar» han sido algunos de los conceptos que De Graaf ha comenzado por desmontar, apuntando a los «conflictos de intereses» y contradicciones que se generan entre la economía y la construcción de las ciudades. La mirada crítica del holandés se proyecta sobre sus libros, como 'Architect-Verb', una obra que rastrea la historia de los términos que dominan el discurso arquitectónico actual.

Arquitecto y socio del prestigioso despacho holandés OMA (Office for Metropolitan Architecture), De Graaf siempre ha elegido desafiar las normas comunes y superar los límites. «Nuestra profesión es una de las más antiguas de la humanidad y a pesar de esto, o quizás precisamente por esto, está sujeta a los caprichos pasajeros que proyectamos sobre ella», ha dicho el holandés, quien ha cuestionado los «delirios de grandeza» de algunos arquitectos.

Con una mente perspicaz y penetrante, siempre cuestiona el papel de los arquitectos en nuestras sociedades, que cambian rápidamente, y por qué la relevancia de la profesión está en peligro. «El autodelirio artístico» es muy peligroso para los arquitectos. «Hay una brecha extraña entre lo importante que tú piensas que es tu trabajo y lo ciego que estás», sostiene De Graaf.

El arquitecto holandés ha continuado diciendo que «deberíamos prohibir la palabra sostenibilidad, pero no porque esté en contra. Es como cuando conoces a alguien y te dice diez veces que no es racista, piensas automáticamente que lo es. Pues cuando la gente usa la palabra sostenibilidad un trillón de veces, pienso que no es sostenible. La palabra sostenibilidad está impidiendo la sostenibilidad. La sostenibilidad se ha convertido en una forma de postureo virtual de una industria que está aterrorizada por el cambio y que no sabe resolver el dilema. Porque, si queremos ser sostenibles, tenemos que dejar de construir», ha concluido.