Sheila Cremaschi: «Hay que contribuir a crearle a la sociedad un pensamiento crítico»

—¿Qué le llevó a celebrar Hay Fórum en Sevilla y a darle continuidad con esta segunda edición?

—Dos cosas. La primera, que organizamos Hay Alhambra y me enamoré de Andalucía, y siempre he estado pensando volver a Andalucía. Y la segunda es mi obsesión por preguntarme cuál es el objetivo de la cultura, para qué sirve. Sevilla en el 29 es el ejemplo perfecto de cómo un hecho cultural como es una Exposición Iberoamericana cambia el mapa de la ciudad, la imagen internacional de la ciudad y también la cultura como transformación social. Eso es lo que justifica que una se levante todos los días a trabajar.

—¿Por qué cree que es tan importante en esta época el pensamiento crítico?

—Cada día es más importante. Nosotros tenemos el tema de las redes sociales, donde no hay un editor responsable. Hay que contribuir a crearle a la sociedad un pensamiento crítico. Todos los que vienen a Hay Fórum Sevilla van a promover una reflexión. Si lo logramos, pondremos un granito de arena para crear algo que hace tanta falta como es el pensamiento crítico. Con todo el respeto, hay que educar al ciudadano en estas cuestiones.

—Con tantas redes sociales no tenemos tiempo ni para reflexionar, ¿no?

—No tenemos tiempo para reflexionar, pero tampoco tenemos tiempo, lo cual es peor aún. Un día leí que Carolina Herrera había dicho que el verdadero lujo actualmente es el tiempo. Hemos llegado a una aceleración en todo el tiempo que dedicamos a la reflexión y a la lectura. Si logramos que la gente venga a Hay Fórum, va a salir enriquecida. Además, este año van a venir estrellas. La mayoría de ellas no ha estado en España. Stephen Frears ya estuvo en Sevilla en 2010 y adora esta ciudad, pero otros muchos no han venido. Por ejemplo, vamos a contar con la arquitecto Yvonne Farrell, ganadora del Premio Pritzker de Arquitectura. Ella es socio del estudio irlandés Grafton y le interesa mucho venir a Sevilla por la belleza del sitio y también por la transformación urbanística que vivió la ciudad en la Exposición del 29. Eso es muy atractivo para los arquitectos y pensadores. También vendrá un prestigioso urbanista británico, Greg Clark, que es uno de los más famosos expertos y ha asesorado a trescientas ciudades en el mundo y al Gobierno británico. Igualmente estará el arquitecto holandés Reinier de Graaf, que es socio de OMA, uno de los estudios más importantes del mundo. Todas las actividades de arquitectura, urbanismo y arte las vamos a organizar en la Fundación Valentín de Madariaga, antiguo pabellón de Estados Unidos en el 29. Curiosamente hemos invitado al artista sevillano Miki Leal, que está exponiendo ahora en la Fundación Madariaga.

—Esta misma semana han anunciado que concederán 250 becas a alumnos de la Universidad de Sevilla. 

—Efectivamente. Aparte de esas becas con la Universidad, vamos a conceder unas 250 becas a la Cámara de Comercio y otras 200 al Colegio de Arquitectos de Sevilla.

—Stephen Frears es uno de los cineastas más prestigiosos del mundo. 

—Sí. Lo primero es que es un genio. Como director de cine ha creado escuela, pero también hace televisión. Acaba de hacer una serie de televisión, 'State of the Union', que es una de las más vistas en Estados Unidos y en Reino Unido y que está pasando ahora Movistar. Nosotros emitiremos un capítulo. Cada uno dura diez minutos. Cuenta la historia de unas parejas que están en crisis matrimonial y que quedan en un bar antes de ir a ver a un psiquiatra o consejero matrimonial. El que escribe los guiones es Nick Hornby y es muy bueno. También tuvo un gran éxito con la serie 'British Scandal'. Stephen Frears demuestra que no está dejando de experimentar porque la televisión tiene otro lenguaje y eso es un riesgo. El Rey lo acaba de nombrar caballero de la Orden del Imperio Británico. Vamos a pasar tres películas suyas: 'Mi hermosa lavandería', 'Las amistades peligrosas' y 'The Queen'. 'Mi hermosa lavandería' la rodó sin apenas presupuesto, pero sigue totalmente vigente y retrata de forma magistral la Inglaterra de Margaret Thatcher y el conflicto entre los paquistaníes y los británicos. Todas las películas que he visto de este director siguen de plena actualidad.

—También la literatura volverá a estar muy presente en Hay Fórum con una velada de narración oral y elogio del cuento que los académicos de la Real Academia Española José María Merino y Luis Mateo Díez (Premio Cervantes 2023) llevarán a cabo junto al escritor Juan Pedro Aparicio.

—Eso tiene una historia. En el primer Hay Festival que organicé en Segovia en 2006 contacté con ellos. Participaban los tres que están aquí, más un cuarto que no podrá estar con nosotros porque ya murió, Antonio Pereira. Eran cuatro caballeros que narraban historias que se contaban en las noches de invierno en las zonas rurales del León profundo. Se lo conté al duque de Segorbe y él me habló también de la importancia de los cuentos orales rurales en Extremadura y Andalucía. Los cuatro tuvieron un éxito tremendo y les pregunté que por qué no lo organizábamos también en el festival Hay-on-Wye de Gales. Ahí no se traducen los actos porque todos son en inglés, no como en Hay Fórum Sevilla, que todo va a tener traducción simultánea. Por aquel entonces, Juan Pedro Aparicio era director del Instituto Cervantes de Londres. Entonces se buscaron a tres actores que representaban los cuentos que los escritores contaban. Se buscaron a tres actores jóvenes de la televisión británica y en 48 horas habíamos vendido 600 entradas para verlos. Le he pedido a un poeta sevillano, Braulio Ortiz, que introduzca y que explique lo que es el filandón, que son estos cuentos de pastores.

—Tampoco faltará el flamenco. 

—Efectivamente. Le hemos pedido al director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes, que organizara una actividad y él ha invitado al cantaor Nano de Jerez. Ambos tendrán una conversación sobre flamenco. Cuando la gente se ha enterado de que va a venir Nano de Jerez me han comentado que es uno de los artistas flamencos más genuinos. Yo no entiendo de flamenco, pero la elección de Alberto ha sido muy buena.

—El periodismo va a contar con tres grandes protagonistas como son Pepa Bueno, Carlos Franganillo y Rafa Latorre.

—Tengo muy buenos asesores para el festival y en este caso me asesoró muy bien Teodoro León Gross, que es quien va a moderar la mesa redonda. Yo me busco a los que saben y pregunto, por eso me salen tan bien los festivales. Teo me dijo que podríamos contar con un medio gráfico como El País, representada por Pepa Bueno. También con un periodista de televisión, en este caso Carlos Franganillo. Y eso lo completamos con un periodista de radio, Rafa Latorre. Va a ser una mesa muy buena.

—¿Qué cree que va a aportar el economista surcoreano Ha-Joon Chang?

—Nunca ha ido a un festival ni había venido a España. Está en contra de todo, algo muy interesante. En el libro con el que va a venir -'Economía comestible' (Debate, 2023)- critica todo lo de la alimentación. Lo estudié y está en contra de todo: del liberalismo, del no liberalismo y de otras cosas. Es un pensamiento surcoreano y está como una estrella porque es muy famoso en el extranjero. El centro económico del mundo se ha desplazado hacia esa zona.

—Y todo lo que están haciendo en Hay Fórum tiene puesto el punto de mira en la celebración del centenario de la Exposición Iberoamericana del 29. 

—Siempre estamos mirando para allá. Cuando en una ciudad pasa algo tan potente como fue esa exposición, es muy interesante seguir presentando puntos de vista diferentes. Este año contaremos con urbanistas, arquitectos, este economista surcoreano. Además, contamos con María Dueñas, que nos va a hablar sobre todos sus libros y de los países en los que los ha ambientado, como Marruecos. También presentamos todo lo contrario a lo que es una ciudad, ya que estarán presentes los escritores que harán el filandón, que son los cuentos orales más pegados a la tierra.

—La labor que están haciendo como fundación en Hay Festival fue reconocida en 2020 cuando les concedieron el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

—Tuve la suerte de recibir este premio. Fue muy raro porque nos lo otorgaron justo cuando había estallado el Covid. Fue muy interesante porque no había público en esa edición. Estábamos sólo los ganadores, la Familia Real y las autoridades, como la entonces presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet. No había nadie más, por eso fue una edición muy especial. Fue también cuando se le entregó el premio póstumo a Ennio Morricone, que recogió su hijo. Estábamos tan pocos que tuvimos la oportunidad de hablar muchísimo con los miembros de la Familia Real. Conversamos con los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, que fueron muy amables, y también con la Reina Sofía. Igualmente lo hicimos con las princesas, que por entonces eran muy chiquitas. Fue todo muy íntimo. Cuando llevas tantos años luchando por algo, te compensa. Me di cuenta de la importancia del premio porque comencé a recibir felicitaciones de China, de la India y de muchos países en donde habíamos estado con el festival. Es un premio con una gran trascendencia internacional.

—Además, los Princesa de Asturias están reconociendo a grandes escritores que no han ganado el Nobel como Murakami.

—Sí, yo le propuse a él. Todos los años propongo a personas que luego pueden ganar o no el premio. Hago unas listas proponiendo a muchas personas y te das cuenta de que hay unos candidatos espectaculares.

—Va camino de los 21 años al frente del Hay Festival. ¿Qué supone esto para usted?

—Yo empecé en Buenos Aires cuando estaba en la Universidad y fundé mi propio teatro, el Café Mozart, dedicado a la música clásica. Era muy amiga de una orquesta de cámara de allí y un miembro me dijo que Astor Piazzolla le había escrito a Rostropovic, que estaba actuando en el Teatro Colón, un cuarteto, 'Le grand tango'. Como regalo querían tocárselo en mi teatro. Le dije que sí. Hubo unas colas enormes de gente. Esa noche decidí cerrar el teatro y regalarlo porque la inflación era tan bestial que con todo el dinero que habíamos ganado en el bar no se podían reponer las bebidas al día siguiente. Vi que cada vez era peor y entonces pensé regalar el teatro. Unos años más tarde trasladaron a mi marido a España por temas de trabajo y ya nos establecimos aquí. El que vive aquí no puede entender la inseguridad tan grande que hay en mi país, que está sufriendo una crisis tras otra.