cultura
César Suárez: «Paco de Lucía tenía varias facetas y muchos fantasmas como él decía»
El escritor y periodista madrileño publica 'El enigma Paco de Lucía' (Lumen), una biografía que resalta el lado más íntimo del artista
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Iniciar sesiónLa inmensa figura de Paco de Lucía ha permitido que en el décimo aniversario de su muerte haya salido publicada una biografía que resalta el lado más íntimo del gran maestro del flamenco. Se trata de 'El enigma Paco de Lucía' (Lumen), un ... excelente trabajo que firma el escritor y periodista César Suárez (Madrid, 1975).
—¿Cómo surgió el proyecto de este libro?
—La idea nació porque Paco de Lucía es un personaje que me había causado siempre inquietud y admiración, y quería saber más. En 2021, trabajando para la revista Telva, donde soy jefe de la sección de cultura, hubo un homenaje en el Teatro Real. Fueron gente de su sexteto, familiares, grandes artistas como Miguel Poveda, etc. Me di cuenta de que Paco como persona había calado en ellos mucho más que del lado estético y artístico. Era alguien que les emocionaba y que tenían muy presente. Quise construir un relato de Paco con un enfoque narrativo que no fuera la típica biografía. Quería que él fuera el cicerone privilegiado para llevar de la mano a quien más desconozca el mundo del flamenco.
—Cuando se afronta hacer una biografía sobre este genio del flamenco, ¿la responsabilidad es aún mucho más grande?
—Sí, claro. Estás pisando un terreno serio: yo no sé música ni toco la guitarra. Soy aficionado al flamenco, pero no erudito. Eso lo torno en ventaja al mostrar la mirada de quien descubre algo maravilloso. Eso lo cuento y lo traduzco a quien ya sabe. La frase que abre el libro es la de Manolo Sanlúcar y retrata muy bien el espíritu de esta obra: «Paco encanta a quien no sabe y vuelve loco a quien sabe». No hay quien no conozca temas como 'Entre dos aguas'.
—Esta no es una biografía al uso porque tanto la crítica como los lectores están destacando el retrato íntimo que se hace de este maestro de la guitarra.
—Sí, lo primero es que quería escribir un libro como a mí me gustaría que me lo contaran. Para mí las mejores biografías no son las lineales, sino las que dan saltos temporales. Es más interesante esparcir las piezas del puzle. Era un hombre complejo con una dualidad contradictoria. Daba una imagen exterior al público y en sus conciertos como de persona algo distante. Luego se quitaba el disfraz de Paco de Lucía, como él decía, y era él mismo. Estaba considerado como el Señor de los Anillos del flamenco. A su vez siempre estaba angustiado por esa gran búsqueda que tenía y por ese ansia de perfección que siempre le acompañó. Tenía muchas inquietudes además de la música, como la naturaleza, la ciencia o la jardinería. Me interesaba retratar al ser humano. He hablado con familiares y amigos y mi conclusión es que era una persona extraordinaria por su humanidad y su capacidad de ponerse en la piel del otro. En el mundo del flamenco nunca nadie había pasado esos límites y era como una estrella del pop.
—El libro lo ha presentado recientemente en el Instituto Cervantes de Nueva York con Curro y Antonio Sánchez, hijo y sobrino del artista. ¿Cómo fue la experiencia?
—Me di cuenta de lo que lo quieren y lo admiran allí. Cuando he viajado por otras parte del mundo ha pasado igual. Curro y Antonio Sánchez estuvieron y la experiencia fue fabulosa. Era por el ciclo Paco de Lucía Legacy. En el mismo hotel donde me hospedé me encontré con Chano Domínguez, Jorge Pardo y Carles Benavent. Curro Sánchez rodó el documental 'La búsqueda' y Antonio Sánchez lo acompañó en la última gira. La aceptación del libro fue muy emotiva. Estaban artistas como Carmen Linares. Paco estuvo muy presente en todos esos actos. Todo el mundo contaba anécdotas y bromas suyas.
—La familia de Paco de Lucía ha estado encima de este proyecto y su libro ha recibido el elogio de Casilda Sánchez Varela.
—Casilda fue mi primer contacto con Paco de Lucía y su familia. Ella es periodista y fue compañera en Telva un tiempo. Cuando quise hacer el proyecto hablé con los tres hermanos: Casilda, Lucía y Curro. Conocí también a la madre de ellos y primera esposa de Paco, Casilda Varela, y a su segunda esposa, Gabriela Canseco. Igualmente contacté con Manolo Nieto, que pertenecía a la Banda del Tío Pringue, formada por amigos de Paco. Él me mostró videos de esos veranos de Paco de Lucía en México donde le encantaba pescar. En esos veranos se separaba de esa guitarra que amaba pero que también le angustiaba.
«Luis Landero fue guitarrista y conoció a Paco de Lucía y a Casilda Varela. Conoció bien la ebullición de los tablaos»
César Suárez
Escritor
—También un gran escritor y amante del flamenco, Luis Landero, ha destacado este libro.
—Luis Landero es de los mejores escritores que tenemos y es un gran amante del flamenco. Él fue guitarrista y conoció a Paco de Lucía y a Casilda Varela. Conoció bien esa ebullición en los tablaos. Landero destaca la amenidad de la narración y el ritmo del libro, que era lo que quería más que contar muchas anécdotas sorprendentes. Sobre todo quería que estuviera muy bien contado y que se relatara casi como una novela.
—¿Qué cosas aporta este libro que no estuvieran en otras biografías como la clásica de Juan José Téllez o la más reciente de Manuel Alonso Escacena?
—Creo que aporta sobre todo ese punto de vista original y ese arrojo de alguien que se acerca a Paco de Lucía desde el desconocimiento. En el flamenco sobra erudición, pero bajo mi punto de vista falta cercanía. Hay mucha gente que no distingue una soleá de una seguiriya. Yo quería descubrir las múltiples caras que presenta Paco de Lucía. Era un hombre con varias facetas y con fantasmas como él decía. Por eso es tan interesante y tan largo en profundidad. También era un gran intelectual. Era un flamenco citando Ortega y Gasset y Erich Fromm o hablaba en inglés con Ravi Shankar. Tuvo un carácter rebelde y se enfrentó a estructuras de las que era difícil de salir.
—¿Cómo cree que disfrutó más Paco de Lucía, tocando en el escenario con músicos como Chick Corea, John McLaughin y Al Di Meola o pasando los veranos en la playa del Carmen de México con 'los cabales' de La Banda del Tío Pringue?
—Yo creo que aunque él decía lo que le hacía sufrir la guitarra, era lo que más le gustaba. En alguna entrevista dice que todo ese sufrimiento y el tormento de la guitarra iba a hacer que lo dejara. Pero también contaba que disfrutó a veces mucho en el escenario con gente como Chick Corea, McLaughin y Al Di Meola. Está la anécdota de cuando le preguntó a Larry Coryell cómo se improvisaba y él le dijo que todos estaban siguiéndole a él. Hay muchos divos con individualidades que les aíslan del resto, pero Paco siempre estuvo muy ligado a sus músicos y a su gente. Por eso disfrutaba de esas juergas con La Banda del Tío Pringue. Ahí no tenía que preocuparse por quiénes iban a criticarle. Ahí era cuando contaba chistes, pescaban, cocinaban o se tomaban una botella de ron con sus amigos. Con Camarón disfrutaba también muchísimo. Hay unas fotos que les hace Pepe Lamarca donde los dos se están riendo. Él con Camarón disfrutó mucho. Ellos se querían mucho, después tuvieron un distanciamiento y hubo un malentendido. Pero sobre todo hablo de su amistad. No sólo en el grado de compartir aficiones o momentos juntos. Ellos eran muy tímidos y apenas hablaban, pero disfrutaban comunicándose con la música. Paco para Camarón era como un hermano mayor y Camarón para Paco era el mesías, sobre todo por esa afinación salvaje que tenía.
—Hace poco publicamos en ABC un reportaje sobre la faceta de Paco de Lucía como lector voraz.
—Sí, yo puse a Israel Viana con Gabriela Canseco para que hiciera ese reportaje. A Paco le gustaba mucho leer a Murakami. 'De que hablo cuando hablo de correr' le encantaba. Era un libro que tenía muy subrayado y que le gustaba mucho. De eso hablo en el capítulo 'De qué hablo cuando hablo de la guitarra'. Era una persona inquieta y con una curiosidad insaciable por aprender. Igual aprendía a manejar Pro Tools para producir su propia música que realizaba labores de albañilería, como hizo en su casa de Toledo. A su hijo Diego le dijo que como lector era un gran león. Leía todo en ebook y Gabriela Canseco lo conserva. Dejó el libro de cuentos terror de Dickens -'Para leer al anochecer'- como última lectura. Releyó las historias nacionales de Galdós. También leía a autores de novela negra como Donna Leon. Era muy heterodoxo y con una mente muy abierta.
—Diez años después de la muerte de Paco de Lucía, ¿qué es lo que más destacaría del gran legado que ha dejado este músico?
—Él no era de dejar mensajes, pero si hay algo que se pueda leer en su legado es la amplitud de horizontes para el resto de músicos, ya fueran flamencos o no. Abrió muchísimos caminos que quedan por explorar. Le quitó peso a la música y la plasmó como algo para disfrutar. En el sentido intelectual destacó por ese afán de curiosidad y de inquietud. Los músicos que lo escucharon o lo siguieron han recibido una influencia enorme. En este último año lo he escuchado en muchas entrevistas y no te cansas nunca. Te das cuenta de los enormes matices que tiene su música, como las 'Variaciones Goldberg' de Bach.
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