Viaja en paliativos a Sevilla desde Madrid para visitar al Gran Poder: «Juan necesitaba despedirse y cerrar su ciclo»

Pero, este 'último viaje' puede ser más ameno si se hace junto al grupo de profesionales de cuidados paliativos. Encargados de acompañar, estar presentes, escuchar y conocer las necesidades tanto físicas como emocionales de los pacientes de enfermedades avanzadas sin cura.

A veces el deseo del paciente se puede cumplir en las propias instalaciones del centro, pero hay otros que sueñan con viajar, volver a ver a familiares y amigos o comer en el bar de su antigua ciudad. Esta, de hecho, es la premisa de la historia de Juan, un paciente oncológico.

Juan, nacido en Sevilla, está ingresado en el Hospital Universitario Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes (Madrid) desde el pasado mes de mayo. A los profesionales de la unidad de cuidados paliativos les trasladó en reiteradas ocasiones su sueño: «con el dinero que tengo ahorrado quiero hacer un viaje a Sevilla, despedirme de mi tierra, ver a mis familiares y amigos».

La responsable de esta unidad Araceli Sánchez ha sido la encargada de dar voz a esta historia en la Cadena Ser. En su relato ha añadido que Juan les contaba emocionado los sitios que quería visitar en Sevilla.

Pero, como en todas las buenas historias, siempre sucede algo que impide al protagonista cumplir su deseo: una complicación grave en su enfermedad le hizo perder la movilidad de sus piernas.

Ante este imprevisto, que le obligaba a estar en cama o sentado en un sillón asistido, el equipo de cuidados paliativos decidió contactar con la fundación 'Ambulancia del deseo' para poder realizar el viaje y cumplir el sueño de Juan.

Gracias a la financiación de esta fundación y al compromiso de Araceli y Ernesto, otro enfermero que le acompañó en el viaje, Juan pudo finalmente cumplir su sueño: viajar a Sevilla el día 24 de junio de 2025.

Araceli cuenta que en el viaje de ida y vuelta en ambulancia abundaba la alegría y la emoción al poder reencontrarse con sus seres queridos. Además, ha confesado que Juan necesitaba despedirse, disfrutar con los suyos y «cerrar su ciclo».

Al llegar a la ciudad hispalense lo primero que hizo fue visitar la Basílica de Jesús del Gran Poder. Allí le estaban esperando sus familiares y amigos para pasar el día con él. Después dieron un paseo por las calles del barrio de San Lorenzo hasta llegar al Convento de Santa Clara.

Otro de los planes que tenía muchas ganas de hacer era sentarse en un bar y tomar una tapa de gambas, como solía hacer cuando estaba en la ciudad. Para finalizar el día, cenaron en un restaurante a las orillas del Guadalquivir.

Esta historia tuvo un final feliz, Juan pudo cumplir su sueño, gracias al esfuerzo del equipo de cuidados paliativos que estuvo desde el inicio del deseo hasta el final, viajando con él a Sevilla para que pudiese cerrar su ciclo vital de forma digna.