Descubren que el mosaico de la Casa de Neptuno en Itálica es el doble de grande

Para acometer la conservación de estos mosaicos, la Consejería de Cultura y Deporte ha abordado la redacción de un proyecto que defina las obras necesarias para su restauración integral según los estándares establecidos por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) dentro de los trabajos de redacción de Plan Director del Conjunto Arqueológico de Itálica, ubicado en el municipio sevillano de Santiponce.

Durante la fase de estudios previos, se encargó la evaluación del estado de conservación de varios mosaicos excavados entre 1925 y 1932 al equipo del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, liderado por los profesores Fernando Amores y Sebastián Vargas, que actualmente desarrolla en esta parcela arqueológica el Proyecto General de Investigación denominado 'ItalicUS-2. Análisis arqueológico y patrimonial de la Ínsula de Neptuno de Itálica'.

Estos trabajos para la restauración integral de los mosaicos de la Casa de Neptuno, impulsados por la Consejería de Cultura y Deporte, han confirmado que la superficie de mosaicos conservada es mayor de la que se tenía constancia, pudiendo duplicar la extensión que se conocía. Destaca, entre ellos, el denominado mosaico número 7, que se localizaba en una galería de 28 metros de longitud por 3 metros de anchura en tres paños distintos decorados con motivos geométricos de teselas blancas, negras y rojas, pasando su extensión de apenas 2 a unos 50 metros cuadrados.

«Las investigaciones arqueológicas en el Conjunto Arqueológico de Itálica siguen desvelando excelentes resultados», ha asegurado la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, quien ha anunciado que «vamos a seguir trabajando coordinadamente tanto en la investigación como en la conservación de este espacio cultural, permitiendo avanzar tanto en el conocimiento del carácter y formalización de estos lujosos espacios domésticos como en su preservación para el disfrute de la ciudadanía».

En este sentido, Del Pozo ha recordado que la Consejería de Cultura y Deporte, en colaboración con investigadores de las universidades de Sevilla y Pablo de Olavide, lleva años trabajando para reformular la candidatura de este enclave arqueológico para su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de Unesco bajo la nueva conceptualización de 'Ciudad Ceremonial', así como para obtener el Sello de Patrimonio Europeo, en una candidatura conjunta con Italia y Grecia.

En concreto, las investigaciones que se vienen desarrollando en esta edificación tienen como objetivo despejar las incógnitas en cuanto a los posibles usos, tanto domésticos como comunitarios de sus distintos espacios. No en vano, la extraordinaria majestuosidad, diversidad tipológica y el lujo de estas viviendas italicenses han impresionado tradicionalmente a los estudiosos dedicados al análisis de los espacios domésticos de época romana, dada la singularidad de las soluciones arquitectónicas adoptadas.

Los primeros trabajos y hallazgos conocidos en este lugar corresponden a los realizados por Andrés Parladé, conde de Aguiar, en los años 1929-1930, quien realizó excavaciones sin metodología científica a la búsqueda de mosaicos. Entonces, se descubrieron seis que pavimentaban parte de la mitad sureste de la parcela. En esta zona se han localizado los restos de una de las galerías de un gran patio, peristilo, y un gran salón central rectangular. A ambos lados de esta estancia se abren simétricamente dos núcleos con habitaciones, comunicadas entre ellas. En su conjunto, esta parte de la edificación se acerca más a una estructuración doméstica, aunque los estudios no permiten aún definirla por completo. En estas estancias se localizan algunos ejemplares de mosaico mejor conservados de Itálica. Destacan el mosaico de Teseo y el laberinto, en cuyo emblema hoy perdido se representaba al héroe ateniense rodeado por el trazado del laberinto del Minotauro; y el mosaico de Baco, compuesto por un emblema central donde aparecería el dios Baco, actualmente desaparecido, rodeado por una serie de cuadros en los que aparecen figuras de ménades danzantes, sátiros, centauros y tigres, personajes característicos del cortejo báquico.

Posteriormente, en el año 1970 el profesor José María Luzón realizó zanjas de exploración a partir de las cuales descubrió el mosaico de Neptuno y vestigios de unas termas, así como restos fragmentarios de otros mosaicos, en el extremo suroeste de la parcela. El área termal conserva los restos de un sistema de calefacción, hipocaustum, de dos salas calefactadas, además de una parte del frigidarium, o sala fría, que correspondería con el mosaico que da nombre al edificio: el mosaico de Neptuno. Este se encuentra presidido por la figura del dios del mar que aparece sobre un carro tirado por caballos marinos y rodeado por seres mitológicos marinos de gran dinamismo, iconografía habitual en edificios termales. Otros elementos más realistas son la representación de especies como una caracola, un besugo, crustáceos o una dorada. La orla que rodea la escena central está decorada con escenas de pesca y lucha entre pigmeos y grullas, además de un interesante repertorio de fauna como un hipopótamo o un cocodrilo, motivos de clara inspiración egipcia.

Los estudios arqueológicos en curso están ofreciendo novedosas informaciones respecto a la ordenación espacial y funcional de esta edificación, especialmente en lo concerniente a la conexión entre las diversas zonas conocidas hasta el momento. Sin embargo, aún son muchas las incógnitas que plantea esta edificación.

De esta manera, las recientes interpretaciones de la ampliación adrianea de Itálica como ciudad ceremonial añaden también interesantes posibilidades de relectura tanto en lo que se refiere a la configuración arquitectónica de estas edificaciones como de las posibles funcionalidades que pudieron acoger.