Sevilla
El Real Alcázar abrirá las cubiertas a los sevillanos a finales de año
La visita será junto a un guía y ofrecerá una visión insólita de los jardines sin turistas, que más adelante se ampliará hacia el paso de ronda de la muralla antigua y el palacio de Al-Mutamid
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Iniciar sesiónDesde lo más alto de la muralla del Alcázar se recrean los jardines de las 'Mil y una noches'. Paseando por el último tramo de la galería del Grutesco se escucha «el agua de los saltadores, el aire de ... Sevilla o las voces lejanas de la ciudad», que escribió Romero Murube. La experiencia del recinto vacío , con los pavos reales como únicos pobladores del espacio y el mirador del Chorrón , es idílica. Un oasis desconocido para el sevillano que a partir de final de año tendrá posibilidad de descubrir. El Patronato del Alcázar abrirá las cubiertas al público local con visitas guiadas que, en una primera fase, abarcarán la 'L' que forma el cuerpo adosado que circunda el Palacio Gótico y el paseo de ronda del Grutesco. Desde allí se aprecia todo el bosque verde que forman los jardines hacia la calle San Fernando, la Ronda Histórica y las huertas hacia el barrio de Santa Cruz, además de una vista privilegiada de la Giralda desde la torre del Agua. Una perspectiva insólita de las nueve hectáreas que tiene el recinto fortificado y de los monumentos más próximos.
La intención del alcaide, Román Fernández-Baca , y de la directora del Alcázar, Isabel Rodríguez , es que en futuras fases se amplíe esta visita por las zonas altas del palacio sevillano para que se pueda contemplar la Judería a través de la muralla antigua almohade de color almagra junto al Callejón del Agua y, en última instancia, por las cubiertas de las casas 7 y 8 del Patio de Banderas , donde apareció el primitivo palacio de Al-Mutamid , y desde donde se obtiene la mejor vista posible de la propia plaza y la Catedral .
ABC ha hecho el recorrido de la mano de sus responsables, que señalan que esta visita guiada «no se incluirá en el circuito general» y que será «muy específica para sevillanos» . Porque, ante todo, lo que se pretende es que el público local conozca un palacio que tienen asumido como propio pero que es muy desconocido para una gran parte al considerarse un atractivo turístico más que un lugar para el disfrute autóctono.
Para poder habilitar esta zona elevada del palacio se va a acometer unas obras de conservación para arreglar algunos desperfectos ocasionados por el paso del tiempo en esta zona hasta ahora no visitable: las grietas en la solería, los azulejos, el aseguramiento de las barandillas... Estos trabajos serán más costosos en las futuras fases que ampliarán la visita.
El alcaide y la directora quieren que esta nueva experiencia pueda brindarse con el Alcázar vacío, sin turistas , sin descartarse que pueda hacerse incluso a la luz de la luna. La idea es que el sevillano pueda revivir lo que escribieron los poetas sobre las vistas y los sonidos en soledad. «El lujo de la casa sin nadie» .
El recorrido por estos dos brazos, a los que se accede desde una escalera situada junto a la fuente del Mercurio, permitirá situarse arriba del chorro de este estanque, en la logia de Carlos V -con sus columnas arabescas y su desconocido artesonado-, contemplar y escuchar desde un pequeño ventanal del paseo de ronda de la muralla revestida del Grutesco la Fama , aquella figura con la trompeta del órgano de agua, una maravilla técnica del siglo XVII que es actualmente la única fuente órgano de época barroca que se conserva en España y una de las tres que se conservan en Europa.
Ese itinerario por el edén del Alcázar permite vislumbrar a lo lejos todos los estilos constructivos del palacio: el islámico de las defensas, el mudéjar del palacio situado en la parte occidental, el gótico de Alfonso X, el renacimiento de Vermondo Resta del Grutesco o del pabellón de Carlos V, el barroco del cenador del León y de las portadas que separan los distintos parques o el laberinto del jardín inglés, cuidado con mimo por el capataz del monumento, José María Moreno. En definitiva, el paisaje completo de este paraíso que sólo puede apreciarse en toda su magnitud desde arriba, desde el magnolio florecido y los arriates de naranjos al óculo de la vidriera de la capilla real del palacio y los arcos ojivales dentro del muro que desaparecieron cuando Felipe II introdujo un nuevo cuerpo para incorporar los grandes ventanales que conectaban visualmente las salas de fiesta del Gótico con los jardines. Renacimiento puro.
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