Reclaman casi una década de prisión para ocho acusados de robar gasoil de un oleoducto en Sevilla

La investigación se inicia el 26 de junio de 2013 . Una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico paró un camión de la A-8058, en el término municipal de la capital. El conductor, el acusado R.J.G., conducía al tiempo que hablaba por teléfono , según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso este periódico.

La sorpresa llegó cuando los agentes descubrieron que el camión, que había sido alquilado, transportaba seis mil litros de gasoil , sustraído de las tuberías por las que discurre antes de llegar a la refinería, ya que una vez analizado se comprobó que carecía de los aditivos de calidad que le son incorporados en la refinería.

Además, el camionero llevaba un transpalet adquirido por un segundo acusado, H.U., de nacionalidad lituana. Días más tarde, el seis de julio, se localizó en el punto kilométrico 81,071 del oleoducto Hucosa, en el tramo comprendido entre Huelva-Coria del Río-Palomares del Río , una perforación mediante taladro de la tubería que conduce el hidrocarburo . Fue realizado de tal forma que debido al exceso de presión no fue posible acoplar la válvula de cierre y se provocó una salida incontrolada del gasoil .

Se perdió más de 20.000 litros . Si bien, esto no produjo afección al terreno gracias a las labores de reparación de la empresa CLH, propietaria del oleoducto. Hubo un vertido al arroyo Porzuma , pero la Fiscalía señala que no está acreditado el daño al dominio público hidráulico.

Tres días después, en un punto de la tubería próximo al anterior, se detectó una nueva perforación, conectada con una goma que a unos quinientos metros aparecía cortada y cuyo rastro conducía a una nave industrial situada en Palomares del Río , en concreto en la carretera que une Sevilla con La Puebla del Río . Dicha nave estaba alquilada a uno de los acusado s, F.J.R.L., por periodo de un año y al precio de 1.700 euros mensuales.

Los investigadores de estos hechos solicitaron al juzgado intervenciones telefónicas de los móviles de los sospechosos. Se pudo constatar que en el plan del robo de gasoil también aparecía M.R., otro de los acusados y de nacionalidad extranjera.

A los anteriores y a otros acusados como J.M.C.I. los estuvieron siguiendo durante un tiempo, comprobando como eran frecuentes sus idas y venidas al campo, siempre al entorno por donde transcurre el oleoducto.

En una de estas ocasiones, los agentes descubrieron a F.J.R.L y su padre M.A.R.P., que fueron detenidos en la zona conocida como Vereda El Gallego . Se localizó una llave de paso del picaje, que estaba oculto para no ser visible. Dicha llave estaba unida a una manguera que a su vez se hallaba en el interior de un contenedor de plástico de mil litros. Un contenedor que estaba en una furgoneta metido y recibía el gasoil . Otro de los acusados, A.M.S.R., fue el que realizó el picaje en la tubería.

Según la Fiscalía, los acusados tenían claro su propósito, ganar dinero con el gasoil robado del oleoducto, propiedad de CLH, sin su conocimiento ni consentimiento, evidentemente. Los ochos acusados, que serán juzgados en la Audiencia de Sevilla a partir del próximo día 23, actuaron de forma coordinada y planificada, y durante un tiempo prolongado.

La sustracción del gasoil lo realizaban mediante el picaje de las tuberías, a sabiendas de que se trataba de una sustancia inflamable, con riesgo de explosión , dado que manipulaban de forma deficiente la conducción, corriéndose el riesgo de que se pudiera activar con una simple chispa, lo que hubiera provocado una atmósfera explosiva con gran poder de destrucción y alto riesgo para la integridad física y las propiedades en su radio de acción.

Los perjuicios ocasionado a Compañía Logística de Hidrocarburos, CLH, por el robo del gasoil y los daños en las tuberías ascienden a más de 200.000 euros y el combustible sustraído tiene un valor de doce mil euros.

La Fiscalía pide para los ocho acusados nueve años y medio de cárcel como presuntos autores de un delito continuado de robo con fuerza, un delito de riesgo provocado por la manipulación de sustancias inflamables y un delito de pertenencia a grupo criminal.