Patrimonio tumba la rehabilitación del Palacio del Pumarejo de Sevilla por la ubicación de un ascensor

¿Por qué ha esperado casi ocho meses el organismo autonómico en responder al Ayuntamiento en torno a algo que se podría haber resuelto mucho antes? ¿Por qué ha cometido ese error técnico la Gerencia? Los motivos de la demora en esta decisión no han trascendido, como es lógico, pero la misma ha generado un importante malestar en el seno de Urbanismo y, en general, en el gabinete del socialista Juan Espadas , donde no se explican por qué Patrimonio ha dejado pasar ocho meses en dilucidar sobre un proyecto tan importante cuando el reparo final ha sido únicamente esa posición del ascensor para los vecinos de ese edificio histórico. En los despachos del ejecutivo regional, por su lado, tampoco ocultan que «hay errores claros» del proyecto presentado por Urbanismo y «cuestiones que no se han subsanado», de ahí que no se haya dado el beneplácito.

La Consejería de Cultura, de este modo, concretó este miércoles esa negativa a que se pueda ejecutar el proyecto para el palacio, algo que obliga al Ayuntamiento a elaborar una modificación del mismo en los próximos meses y a que no se vaya a tener un respaldo antes de la primavera del año que viene como muy pronto. Nada más lograrse se podría ejecutar la rehabilitación, ya que el Gobierno local tiene el dinero merced al Plan Municipal de Suelo. Pero antes deberá cambiarse esa disposición del ascensor que se pretende instalar para subir a la primera planta, que obligaría, según el proyecto, a aumentar el volumen del inmueble superando el resto de las cubiertas del mismo, aspecto que contraviene la norma a tenor del posicionamiento de Patrimonio. Así lo recoge la documentación a la que ha tenido acceso ABC, en la que se incide básicamente en ese detalle del elevador.

«Este volumen genera un impacto negativo en el entorno, ya que se apreciaría tanto desde la plaza como desde el propio patio interior», expone Patrimonio en su informe cuando alude a la afección a las cubiertas. Cultura apunta a que «si por motivos de accesibilidad es necesario que se acceda a la cubierta a través de un ascensor, éste debería situarse en las crujías traseras , donde un nuevo castillete tendría menos impacto visual en el entorno y desde el propio interior del edificio», pero no en la ubicación dispuesta en el bosquejo municipal.

Además del asunto del ascensor, Patrimonio pone reparos a la tranformación de la cubierta a dos aguas en una de una sola agua, cambio que no queda «suficientemente justificado». Se indica, en este sentido, que el refuerzo de las cerchas de la cubierta actual y la sustitución de la cubierta de chapa de acero galvanizado por teja cerámica, algo que ya se propuso en el proyecto anterior, «parece más adecuado». También se piden algunos trabajos complementarios a las excavaciones arqueológicas previstas en el patio trasero, pero se trata de objeciones de índole menor de las que se realizan informes «favorables condicionados». El problema fundamental está en el ascensor, cuya disposición obliga a modificar el diseño y a posponer unos meses la vía libre a la restauración. La Junta ya había dado el visto bueno a la reforma del Palacio del Pumajero en marzo de 2019 , aunque se trataba del proyecto básico. No ha sido hasta marzo de este año 2021 cuando Urbanismo ha trasladado a Cultura el proyecto de ejecución, el que contiene el detalle de las obras y el teórico resultado de las mismas, ante el que Patrimonio sí ha informado de manera desfavorable.

El Pumarejo es un Bien de Interés Cultural (BIC) de titularidad municipal desde 2011 , aunque hasta 2015 apenas hubo avances en su restauración. A finales de ese año se configuró una comisión de seguimiento para diseñar una planificación de actuaciones para la casa palacio. Se acordó entonces ir ejecutando distintas fases, que se han acometido en los últimos años. En 2018 Urbanismo instaló una plataforma salvaescaleras para que los residentes con graves problemas de movilidad pudieran acceder sin dificultades a la planta alta, obra en la que se invirtieron 13.300 euros. En 2019 se ejecutó también un proyecto para estanqueizar e impermeabilizar algunas cubiertas, una solución transitoria hasta que se acometa el proyecto de rehabilitación integral del edificio que ahora ha recibido el rechazo de la Junta. Para este 2021 estaba previsto el inicio de la reforma global con esa inversión de 7 millones en dos fases tras varios años de trabajo con los vecinos para consensuar el diseño.