La mayoría de empleados de oficinas de Sevilla no volverá hasta el otoño

La declaración del estado de alarma por la crisis del coronavirus puso a prueba la estructura de las empresas sevillanas para adaptarse al teletrabajo. El Parque Tecnológico Cartuja fue quizá el primer centro productivo que se despobló, con el traslado de buena parte de los 18.400 empleados a sus casas , quedando sólo pequeños retenes en las instalaciones para labores de mantenimiento y coordinación.

Esta situación se mantiene todavía hoy, cuando los grandes edificios como Torre Sevilla empiezan a incorporar medidas de seguridad para prevenir el contagio a la espera del regreso de sus inquilinos. Pero la vuelta tardará todavía algunos semanas y no será completa hasta el otoño, como confirma a ABC el gerente del Círculo de Empresarios del recinto, Jorge Diz Morón , que ha realizado personalmente un sondeo entre más de treinta corporaciones desde que comenzó la emergencia sanitaria .

Destaca que «el sector predominante es el tecnológico, que tiene más facilidad para adaptarse al teletrabajo». Algunas compañías ya tenían alguna experiencia previa, pero la situación las ha obligado a poner a prueba las plataformas, «que han aguantado bastante bien», destaca Diz. « Esa ha sido una opción real para el 90 por ciento de las plantillas de las empresas con las que hemos tenido contacto», señala, que no son sólo las ingenierías, también los hoteles, las industrias y hasta las sanitarias.

« Un pequeño porcentaje de los trabajadores están afectados por un ERTE , pero la mayoría ha seguido trabajando desde sus casas. Me consta que muchas corporaciones preparan ya la vuelta, pero nos dicen que será muy progresiva, porque se va a aprovechar el verano para comprobar que no haya riesgo, con lo que ese regreso no será efectivo al menos hasta finales de septiembre o principios de octubre », calcula el gerente de la sociedad empresarial.

Los grandes centros de trabajo como Torre Sevilla , al que acudían a diario 1.800 profesionales, siguen prácticamente vacíos, aunque ya han empezado a incorporar estrictos protocolos de prevención. E n el rascacielos se han creado itinerarios de entrada y salida, nueva señalización, accesos escalonadas en los tornos y dispensadores de mascarillas y geles en distintos puntos, así como una limpieza más exhaustiva, como explican desde la empresa promotora de este equipamiento.

También han tomado ya medidas de higiene en el edificio Sevilla 2, en Nervión, donde hay instaladas unas 300 empresas que dan empleo a 1.700 personas . Todas son pymes que de un día para otro se vieron forzadas a implantar el teletrabajo o simplemente cerrar cuando se decretó el estado de alarma, explica Juan Manuel Navarro , fundador de Afisur, que administra este inmueble. Él mismo tiene allí la oficina y comenta que en estos dos meses no ha habido ningún movimiento. Ha sido esta semana cuando ha empezado a percibir más actividad. «No sabría decir el nivel de ocupación actual, pero es muy bajo todavía», admite.

En vista de que la desescalada apenas ha avanzado, considera que «la vuelta será poco a poco y se retrasará con el parón del verano». «Todos los inquilinos son pequeños y medianos, el que más estructura tiene no llega ni a setenta trabajadores, pero se han adaptado bien a la actividad telemática o han cerrado, como los tres negocios hosteleros –indica– que volverán a abrir muy pronto» a la espera de clientes.

Y, tal vez, una parte de esos clientes ya no vuelven nunca y no sólo porque se pierdan empleos en esta nueva crisis, sino por el cambio en las dinámicas de trabajo. Grandes multinacionales como Fujitsu todavía no tienen clara una fecha para reinstaurar el trabajo presencial. La compañía japonesa inauguró hace menos de un año unas modernas instalaciones en el edificio Catalana Occidente, con capacidad para 600 profesionales, que siguen vacías . Fuentes de esta empresa aseguran a ABC que «fueron los primeros en facilitar el teletrabajo y la experiencia ha sido muy satisfactoria». En vista de la situación, señalan que «todavía no hay planes para volver porque la seguridad es lo primero» y no descartan incorporar esta alternativa a la estructura de trabajo.

En proyecto lo tiene también la ingeniería Ayesa , de la que dependen 5.000 empleos. José Luis Manzanares , consejero delegado de la firma, está convencido de que « el teletrabajo ha venido para quedarse . Lógicamente las oficinas deben ir recuperando cierta presencia acorde a la situación de la pandemia, pero las empresas tecnológicas tenemos un reto por delante para adaptarnos a la nueva normalidad». El empresario destaca que sus equipos seguirán combinando el trabajo en casa y el presencial con «un modelo más digital e inteligente denominado “Ayesa smart job” , que estará basado en un entorno multiubicación». La implementación dependerá de las fases de desescalada y de la evolución de la situación, pero considera que « supondrá un cambio radical en la arquitectura del modelo de trabajo existente ».