Reloj de arena
Alfonso Arteseros, la memoria acosada
Con su música, conoció bien aquella España en la que empezaba a amanecer un nuevo día
Se apasionó tanto con la imagen y el sonido que buena parte de la memoria del siglo pasado la tiene archivada en su casa
Félix Machuca
Durmió en casa de Alberti; Camarón se le echó a llorar cuando vio uno de sus documentales; Juanito Valderrama le confesó en Ponferrada que un toque del Niño Ricardo le inspiró su «Emigrante»; Rocío Jurado le preparó un arroz caldoso y ... le cantó «Norit el borreguito»; conoció a Marlon Brando vestido de orondo cardenal mientras rodaba la película «Cristóbal Colón» y a Frank Sinatra, en el Bernabéu, le oyó cantar en aquel concierto el legendario tema «Me haces sentir tan joven» que lo dejó traspuesto. Y eso que Alfonso Arteseros irrumpió en el mundo de la imagen, el sonido y la música como miembro de uno de los grupos pioneros del pop español, Los Marines, que dieron su guerra tocando por Los Pekeniques, Los Bravos y cía. Por aquellos años los chavales soñaban con tener una guitarra eléctrica. Y las madres de los chavales una lavadora alimentada por el sueño desarrollista de la electricidad. Cuando dejó de desembarcar con Los Marines en los escenarios juveniles, Arteseros se fue con Karina como bajista. Y conoció aquella España donde empezaba a amanecer un nuevo día de un tiempo muy distinto. Se hizo representante de músicos como Ramoncín, Mike Kennedy, Pop Tops y el Dúo Dinámico , al que logró reunir tras el pelotazo que José Luis Garci dio con «Asignatura Pendiente» y que llevaba como banda sonora las canciones más reconocibles de aquel dúo de los 60.
Hijo de su tiempo y padre de incontables aventuras, Alfonso Arteseros , descubrió el vídeo gracias a Johny, uno de Los Tres Sudamericanos, grupo que también representó. Se apasionó de tal forma con la imagen y el sonido que buena parte de la memoria del siglo pasado la tiene archivada en su casa: 8.214 personajes entrevistados procedentes del mundo del arte, la música, el cine, la radio, el flamenco y la política forman el tejido neuronal de esa memoria acosada por la incertidumbre. Precisamente, tras entrevistar a Felipe González, el líder socialista le dijo que por su culpa la pasma lo detuvo una noche junto al compañero Luis Yáñez. Ambos socialistas compartían planta en el mismo edificio madrileño donde Arteseros y Los Pop Tops tenían sus oficinas. En una de aquellas madrugadas endiabladamente juveniles de ruido y copas, la policía capitalina, alertada por los vecinos, se llevó al por entonces un desconocido y prometedor político sevillano que utilizaba el sobrenombre de Isidoro. La noche nunca lo confundió. Por el contrario lo despertó tanto como una buena juerga flamenca. Al Beatle George Harrison, de pasó por Madrid, se le antojó ver de cerca el compás y el guitarreo de los cabales. Y Alfonso se lo llevó al tablao de Torres Bermejas, junto con dos miembros más de Pop Tops. Aquella noche descubrió la talla moral y personal del inglés, todo un lord. Harrison se extrañó de que el público que accedía al local no fuera a saludarlo y pedirle autógrafos. La gente se arremolinaba en aluvión de admiraciones en una mesa de al lado donde estaba…Valentín Tornos, el Don Cicuta original de «Un, dos, tres». Esa misma noche lo descubrió en la misma sala Pino Donaggio, que pasando de los presentes le preguntó a Harrison: ¿Tú eres George? Y el Beatle le respondió: yo soy músico como estos amigos a los que acompaño… A Dinaggio, por entonces, le versionaban su tema «Yo que no vivo sin ti», artistas como Elvis y el mismo Sinatra.
Arteseros no podía ni sabía vivir sin entrevistar a personajes de primer nivel: desde el nazi Rudolf Witcig, cerebro de la Operación Félix para tomar Gibraltar, al almirante italiano Notari... Igualmente realizó documentales inolvidables dedicados a Blas Infante, Pepe Díaz, Manuel Jiménez Fernández, Salvador Távora. .. No se detuvo ante ningún contratiempo. En los últimos años de la vida de Serrano Suñer, Arteseros trabó amistad con el «cuñadísimo», por serlo de Carmen Polo. En cierta ocasión lo llamó para que estuviera presente en una entrevista para la BBC que le iba a realizar un «inglesito» sobre la segunda gran guerra. Arteseros fue a casa de Serrano Suñer y se quedó de piedra cuando descubrió quién era el «inglesito»: el príncipe Eduardo de Inglaterra. La duquesa de Alba era una apasionada de su programa «Sevilla en la memoria» en Giralda Televisión, cadena que lo fichó al principio de este siglo gracias a las gestiones de Isamay Briones, su directora. Cuando le dieron el premio Atea en Canal Sur, la propia duquesa hizo saber que ese galardón lo quería entregar ella a uno de sus más admirados profesionales. Un hombre que hoy archiva en su casa la memoria del tiempo que se ve acosada por las sombras iletradas del olvido...
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