Arqueología
Los secretos que esconde el desaparecido convento del Valle de Sevilla
Nuevas excavaciones en fincas donde estaba el cenobio franciscano han hecho aparecer restos de estancias del siglo XVI y hasta una posible bodega del XIV
Investigan unos restos arqueológicos en un solar en el entorno del santuario de los Gitanos de Sevilla
Sevilla
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Iniciar sesiónDel desaparecido convento de Nuestra Señora del Valle situado cerca de la Puerta Osario apenas quedan muros en pie. El que fuera el segundo cenobio franciscano más grande de Sevilla tras la Casa Grande que se encontraba donde hoy está la plaza Nueva ... esconde secretos que hay a varios metros bajo tierra como algunas estancias del siglo XVI o hasta una posible bodega del XIV, tal y como sospechan los arqueólogos que trabajan en la zona.
Hay que hacer un ejercicio de imaginación para recrear en la mente este convento que abarcaba desde donde está en la actualidad el santuario de la hermandad de los Gitanos hasta la calle Sol. Luego, los otros límites eran la propia muralla que aún linda con los terrenos de los Jardines del Valle, así como otras dos vías como son Butrón y Verónica.
El director de la excavación, Miguel Ángel de Dios Pérez, junto con los arqueólogos Pina López Torres y Antonio López Núñez, lideran un equipo humano que actúa sólo en una finca que se derrumbó hace un año y sobre la que están apareciendo pavimentos y solerías de una zona que delimitan como «el posible claustro de los legos y las cocinas».
El responsable del yacimiento nombra al famoso plano de Olavide para referirse al tamaño del convento en su momento de apogeo, así como a los orígenes del mismo que «se sitúan en unas casas que estarían según las crónicas donde hoy se halla el santuario de los Gitanos y que pertenecían a una dama de Écija».
En estas propiedades, hubo un milagro ya que un niño se cayó a un pozo que aún se puede ver dentro de la casa hermandad de los Gitanos y tras haberse encomendado la dama mencionada a la Virgen del Valle, patrona de Écija, prometió donar sus casas para convertirlas en un convento.
Orígenes del convento
En esas construcciones que estarían aproximadamente donde está la sede canónica de la corporación de la Madrugada del Viernes Santo, se instalaron las dominicas. De todo ello y según Miguel Ángel de Dios, «no queda prácticamente nada porque el templo que vemos ahora es más reciente».
El arqueólogo explica que «en las crónicas de Morgado u Ortiz de Zúñiga, aparecen narraciones señalando que había gente que se subía al adarve y molestaba a las dominicas por lo que decidieron marcharse». Tras esto, llegaron los franciscanos y en concreto, los hermanos menores recoletos.
A partir de ese momento, se expande el convento y llega su máximo esplendor con la «parte noble con el claustro mayor en la parte más cercana a la actual iglesia y la muralla». Después, en los lugares donde se está excavando actualmente, estarían los espacios dedicados a los legos y cocinas y en el resto del solar estarían las huertas del cenobio.
Hace unos años y antes de que se proyectara el aparcamiento, ya se realizaron unas catas en las que aparecieron restos del antiguo convento en cuya iglesia residieron durante un tiempo las hermandades del Valle y del Gran Poder. Precisamente, el primer templo en el que se le rindió culto a la imagen de Juan de Mesa fue el que se encontraba en esta parte de la ciudad y por eso lo visitó en 2021 de camino a la misión en Tres Barrios.
Cota de afección
Volviendo a las excavaciones, los arqueólogos están trabajando hasta la cota de afección, la cual va a ser hasta donde lleguen las dependencias de la futura residencia de estudiantes proyectada.
En uno de los edificios derruidos el pasado año, los técnicos han encontrado pavimentos y solerías del siglo XVI correspondientes al espacio de los legos y a las cocinas. Se conservan olambrillas hechas con distintas técnicas que corresponderían al claustro de los legos. Miguel Ángel de Dios apunta a que «solamente tenemos una parte porque la otra estaría enterrada bajo el aparcamiento pero se vislumbra un patio y dos grandes estancias».
Asimismo, se observa otro patio con otro pavimento que acabaría en una especie de sumidero y unas cocinas en el lado más cercano a la actual calle Verónica. Paseando por el yacimiento, se diferencian claramente los tipos de solerías. Por otro lado y en otra finca adyacente, los arqueólogos están trabajando en una cota más baja porque la del siglo XVI está destruida. Allí han encontrado restos de una bodega del XIV donde se contempla la rampa de entrada.
Miguel Ángel de Dios asegura que «están trabajando sobre una bodega que era bastante grande y aún no sabemos si pertenecía al convento o era de una persona con alto nivel adquisitivo ya que los metros cuadrados del terreno son más grandes y podría ser de un mercader que comerciaba con productos como la cal de Morón u otros que entraran por la Puerta Osario».
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