Las seis razones para la tala del ficus de la parroquia de San Jacinto

En el informe técnico, el arquitecto explicó que «todavía no se ha encontrado una forma de predicción de la caída de ramas en árboles de este tipo». Ha habido «inspecciones y no se puede asegurar si se van a caer ramas sanas o enfermas» desde el tronco.

También, otro punto que hay que destacar es el lugar donde está el ficus, una de las esquinas más concurridas del barrio de Triana, en un cruce entre dos calles que unen los puntos cardinales del arrabal. Se trata de un espacio en el que hay un tramo de la vía peatonalizado, varios pasos de peatones, bares, tiendas, un acceso a la iglesia en la que se producen varias eucaristías cada día y, durante el curso, muchos escolares pasan por este lugar para dirigirse al colegio que está al lado del templo.

Por ello, el informe del arquitecto explica que «las condiciones del contorno del árbol hacen que el crecimiento del sistema radicular y el ejemplar no pueda desarrollarse libremente», tal y como pudiera acontecer en un parque. Ante esto, «se compromete la estabilidad del árbol y se provoca la autopoda del mismo buscando inútilmente el balance perdido entre la copa y la raíz».

Además, otro aspecto es que la fachada de la iglesia «está adquiriendo un desplome en un desplazamiento horizontal de máximo a la altura de la bóveda principal» de casi 13 centímetros y el mismo «ya ha ocasionado una rotura de la bóveda principal manifestándose en la apertura de unas grietas sobre el coro», las cuales se pueden observar perfectamente si cualquier persona se coloca delante del altar mayor de la parroquia.

Este hecho supondrá que, en un futuro, el templo tenga que afrontar la restauración de estas grietas, dentro de un complejo proceso de mantenimiento del patrimonio de esta iglesia.

Sobre este aspecto, hay que referirse sobre el estudio de los técnicos del servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla en el que se apunta que tiene una corteza abultada y seca en rama con más de 70 centímetros de diámetro y un tramo de tres metros y medio de longitud, con rajas en la madera que provocan pudriciones internas. Además, hay una aparición de raíces aéreas que descienden verticalmente y se han introducido en el interior del ficus provocando una 'autofagia', es decir, que el ejemplar se esté alimentando de sí mismo.

El informe explica que también, hay numerosos hongos xilófagos de diferentes especies, los cuales dejan patente la pudrición del ficus. Además, los técnicos comentaron que el riesgo es debido a las podas drásticas que ha ido sufriendo a lo largo de sus más de cien años de vida. Los continuos desmoches han dejado al descubierto en el árbol grandes zonas de la estructura principal y secundaria de ejes y ramas. También, hay quemaduras solares, agravadas por el acusado estrés hídrico con problemas de absorción por falta de agua y necesidad contante de buscarla.

Antes de plantar este árbol, a su lado, estaba erigida la parroquia de San Jacinto, un edificio del siglo XVIII, inaugurado en 1775 y donde trabajó Matías José de Figueroa, miembro de una saga que diseño la parroquia de la Magdalena, la iglesia de San Luis de los Franceses o la capilla sacramental del templo de Santa Catalina. Se trata de un Bien de Interés Cultural y existe un informe de la comisión provincial de Patrimonio Histórico, enviado al Consistorio insistiendo en la afectación de las raíces del árbol en el templo de los dominicos.

Asimismo, tras el accidente ocurrido en marzo de 2021, se celebró al mes siguiente una junta municipal del distrito Triana donde, a iniciativa de la asociación de Vecinos Triana Norte, se abordó este problema con la presencia además de las asociaciones vecinales del Tardón, Carmen de Triana, Santa Ana y Triana Viva, las AMPA La Dársena, Altozano y San José de Calasanz, la asociación de Comerciantes de Triana, la Asociación de Jubilados CASA, la asociación de Personas Afectadas por Fibromialgia y la Peña Cultural Los Ángeles, así como todos los grupos políticos municipales. El Ayuntamiento, a través del delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara, explicó a los presentes la situación del ficus en cuanto al riesgo que entrañaba para la seguridad de las personas, tanto de los viandantes como de la comunidad educativa del colegio anexo.

Ante estas razones y tras el estudio de los informes, la licencia concedida a los dominicos tuvo el respaldo de todos los grupos políticos, a excepción de Podemos, formación que se abstuvo. Por su parte, el pasado jueves, una treintena de entidades del barrio hicieron público un manifiesto en el que señalan que «comparten» la «sensibilidad» hacia el ficus como la «decisión» adoptada por el párroco por los «riesgos que entraña» el ejemplar sobre las personas y el edificio. A partir de ahora, se tendrá que esperar la decisión del juez a partir de la documentación enviada.