La rebaja de penas a etarras marca la peor crisis política del exconcejal sevillano del PP Rafael Belmonte

Con la llegada de Juan Ignacio Zoido a la Alcaldía de Sevilla en 2011, Belmonte, que era presidente de la Asociación de Abogados Jóvenes de Sevilla e iba en el número 21 de la lista del PP a las municipales, fue nombrado director general de Participación Ciudadana, el área que dirigía el concejal Beltrán Pérez. Antes de final de año tomó su acta como concejal. Llegó a ser delegado del distrito Palmera-Bellavista.

Ahí comenzaba su andadura en la política municipal. Su nombre siempre ha estado ligado al de Beltrán Pérez, no en vano, junto a Evelia Rincón, era uno de los que conformaban el núcleo duro y más cercano del que fuera posteriormente candidato a la Alcaldía frente a Juan Espadas.

Pero fue después de 2015, cuando Zoido ganó las elecciones pero perdió el sillón de alcalde, cuando la pareja Pérez-Belmonte fue tomando fuerza. Con Zoido ya de ministro del Interior, Pérez se erigió en el líder la oposición y portavoz del grupo municipal del PP, con el respaldo de la entonces presidenta provincial, Virginia Pérez.

El ascenso de Beltrán Pérez fue el impulso definitivo para que Belmonte asumiera más peso político dentro del organigrama municipal de Partido Popular en el Ayuntamiento. Llegó a ser portavoz adjunto del grupo en la nueva corporación que emergió de las elecciones de 2019, en la que Pérez perdió ante Espadas.

Pero antes de eso las aguas del PP en Sevilla comenzaron a crear marejadas que terminaron en tsunami. Beltrán Pérez fue candidato con el apoyo de Javier Arenas y Virginia Pérez, que luego le retiraría su respaldo, frente al aparato regional y nacional. La caída de Beltrán Pérez dentro del propio grupo municipal, dejando la portavocía en 2021, arrastró a Belmonte.

En 2023, Juanma Moreno rescató a Beltrán Pérez para presidir Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA). Y su mejor aliado, Rafael Belmonte, tendría su hueco como número cuatro en la lista del PP de Sevilla para el Congreso de los Diputados.

Desde entonces sigue pendiente de la actualidad de Sevilla pero ha ampliado el alcance de su gestión fiscalizadora del Gobierno a asuntos de ámbito nacional como demuestra las intervenciones que envía con mucha frecuencia a sus contactos mediante WhatsApp.

Belmonte, hasta hace unos días, no era el diputado más reconocido entre los 137 del grupo popular, pero la polémica de la reforma legislativa del Gobierno en la que, de tapadillo, ha colado una enmienda que beneficiará a los etarras encarcelados ha llevado a este diputado sevillano a vivir su peor crisis política.

Esta iniciativa del Ejecutivo de Sánchez fue aprobada, entre otros, por los grupos de PP y Vox porque nadie advirtió de engaño que pretendían los socialistas. Entre los tres diputados del PP que figuraban en dicha ponencia estaba Belmonte, abogado de profesión, junto a dos doctores en Derecho, José Manuel Velasco y María Jesús Moro.

Belmonte está adscrito de la Comisión Constitucional, es vocal de la Comisión de Justicia, portavoz adjunto del PP en la Comisión de Trabajo, Economía Social, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; y vocal de la Comisión para la auditoría de la calidad democrática, la lucha contra la corrupción y las reformas institucionales y legales, entre otros cargos en el Congreso. Precisamente, por formar parte de esta última comisión era ponente de la polémica reforma legislativa que ha usado el Gobierno para colar la rebaja a los presos de ETA.

El diputado sevillano, muy tocado por este error, ha puesto su acta a disposición de la dirección del partido, aunque ésta, de momento, ha decidido arropar a sus compañeros salpicados directamente por este error y mantenerlos en el grupo. Este periódico ha querido ponerse en contacto con Belmonte para conocer de primera mano sus explicaciones sobre lo sucedido, que se ha convertido en el momento más difícil de la carrera política de este abogado tras poco más de un año en la esfera política nacional, pero no ha obtenido respuesta.