Un puente entre generaciones

El recién nombrado consiliario diocesano, Manuel Martínez Alaminos, párroco de Nuestra Señora de la Salud, cerca de la barriada de las Golondrinas en Sevilla, incide en la labor de acompañamiento que llevan a cabo con jubilados y pensionistas para «vivir y profundizar en la fe y compartir mucho». La fe y, por supuesto, la vida para personas que quizá experimenten en su día a día una soledad no deseada.

«Se acepta a todo el que quiera venir», dice el padre Manuel, aunque el único requisito que se plantea a quien quiera integrarse es que esté jubilado o tenga edad de estarlo. Cada grupo elige la frecuencia (semanal o quincenal) y el horario de las reuniones que lleva un animador del propio equipo de personas para dirigir la reunión con un esquema fijo: oración inicial, lectura orante del Evangelio y catequesis comentada en torno a un cuaderno de trabajo que propone el movimiento para todos los grupos españoles.

El de 2024 se denomina 'Alianza entre generaciones' y quiere abordar precisamente la necesidad de superar las brechas de edad: «Es muy sencillo de comprender, pero teológicamente está muy bien hecho sobre las cosas de la vida», afirma el sacerdote encargado de Vida Ascendente en la archidiócesis, quien recuerda otros textos que hacía hincapié en cómo vivir la eucaristía.

«El papel de estas personas integradas en Vida Ascendente (VA) es muy importante en la sociedad actual debido a que muchas veces son ellos los que están educando a los nietos y son los transmisores de la fe a los pequeños», sostiene con conocimiento de causa. La pertenencia al movimiento VA no les impide participar de otras pastorales de la parroquia (muchos tienen conexión con la de la Salud para acompañamiento de enfermos y ancianos a los que llevar la comunión) o movimientos laicales.

«La idea fundamental es acompañarse y acompañar, vivir y profundizar la fe y también compartir; y se comparte mucho, desde la cosa más profunda hasta la más elemental como una receta de cocina o cosas así», explica Martínez Alaminos. Además de las reuniones semanales, el movimiento Vida Ascendente ofrece peregrinaciones, encuentros y retiros en los tiempos fuertes litúrgicos u otros momentos de encuentro al inicio del curso, por ejemplo, con la finalidad de estrechar lazos entre sus miembros.

El día del anciano se celebra con especial relevancia en la memoria de los santos Simeón y Ana el 3 de febrero, al día siguiente de la Presentación en el Templo cuando profetizaron ante la presencia de Jesús con la oración del 'Nunc dimittis': «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz».

La pandemia del Covid-19 se convirtió en un punto de inflexión, como para tantas cosas: «Primero, porque hay gente que ha fallecido, luego, porque hay quien ha tenido que ingresar en residencias; y tercero, porque hay gente que aún tiene miedo a salir o los familiares no los dejan y hasta que todo eso se vaya superando hace falta tiempo», reflexiona el consiliario, que desarrolla también una labor de animación para que se creen nuevos grupos parroquiales.

El propio movimiento laical establece algunos de estos fines secundarios en su página de internet de ámbito nacional: «Abre cauces para su integración en la misión de la Iglesia, impulsando a sus miembros a una activa participación y les estimula y orienta para que, como ciudadanos responsables, participen en la animación cristiana de la sociedad, adoptando un nuevo estilo de solidaridad con los demás».