El piloto muerto en Chile era sevillano y su padre también había fallecido en un accidente aéreo

Fernando Solans estaba casado y tenía dos hijos. Aunque estaba trabajando al otro lado del océano, su familia sigue viviendo en Sevilla. El fallecido se crio educativamente en el colegio Alminar en la Motilla. Sus hijos, en cambio lo han hecho en el Portacoeli, según detallan fuentes de su entorno familiar, era muy aficionado al Sevilla F. C.. En varias ocasiones pilotó el avión que trasladó a la escuadra de Nervión a partidos en el extranjero. Algunos de sus conocidos recuerdan cómo saludaba desde cabina a los integrantes del equipo.

La víctima trabajaba en estos momentos para la empresa española Plysa que opera con una compañía local en la campaña de extinción de fuegos en el país andino. Solans tenía una amplia trayectoria profesional y había pilotado para varias líneas comerciales como Vueling o Air Nostrum.

La noticia del accidente aéreo se ha conocido este martes por la mañana en España a través de un teletipo lanzado por la agencia EFE. Ayer, la familia era informada vía telefónica del fatal desenlace. Según las primeras averiguaciones, Fernando perdió el control de la aeronave tras chocar contra unos cables del tendido eléctrico cuando volaba a baja altura. Un vídeo de una testigo, que captó el momento del accidente, muestra cómo la avioneta acabó precipitándose contra la autopista cerca de la ciudad chilena de Talca, a unos 250 kilómetros al sur de Santiago de Chile.

Fernando Solans se acaba de unir a la lista de pilotos sevillanos que se han dejado la vida trabajando en Chile. Nada menos que tres fallecidos en los últimos siete años. Hace un año moría Luis Sevillano, de 34 años, en un accidente aéreo cuando también trabajaba en labores de extinción de un fuego que se había declarado en el sur del país; concretamente en Galvarino, en la región de La Araucanía, a 750 kilómetros de la capital chilena. La familia de la víctima solicitó una investigación de la Audiencia Nacional porque algunos medios chilenos dieron voz a algunos testigos que afirmaban que la avioneta de Luis había sido tiroteada por tribus locales.

En diciembre de 2016, otro accidente aéreo se llevaba por delante la vida de Ricardo García-Verde Osuna, otro piloto sevillano, natural de Écija, que estaba trabajando también en la misma campaña contra los incendios forestales. Su avioneta se estrelló cuando se dirigía a apoyar desde el aire a los bomberos en la región chilena de Bío Bío.