El rincón de josé luis cabeza hernández
«Desde que me nombraron rey Baltasar no hay noche que pegue un ojo del tirón»
El hostelero sevillano quiere regalar, además de caramelos e ilusión, alguna sorpresa el próximo 5 de enero
«El Moro, Olaya y Stanley Moss convirtieron a Sevilla en el epicentro del arte falso»
José Luis Cabeza será el próximo rey Baltasar en la cabalgata de los Reyes Magos
En enero del próximo año encarnará la figura del rey Baltasar de la cabalgata del Ateneo. No duerme desde que le dieron la noticia y espera sorprender a los niños de Sevilla con alguna de sus originales ocurrencias.
–¿Se le pasó alguna vez ... por la cabeza que pudiera ser rey mago en Sevilla?
–Un amigo mío, Paco Salas, conocido empresario de ultracongelados, fue rey mago y vi en su casa el traje con el que vistió el cargo en noche tan mágica. Me impresionó. Y pensé que ser rey mago en Sevilla es una alegría inmensa. También una responsabilidad muy grande.
–El caso es que el Ateneo se acuerda de usted precisamente en el cumpleaños de su marca hostelera.
–Si, Mesón El Serranito cumple cuarenta años, y le confieso que no hay mejor regalo que el que me acaban de hacer los ateneístas sevillanos.
–¿Duerme bien desde que lo sabe?
–Me cuesta trabajo conciliar el sueño. Me despierto a medianoche y no duermo del tirón. Y eso que sé lo que es la responsabilidad: he hecho el paseíllo en la Maestranza cuatro veces, cuando soñaba con ser torero, pero le confieso que esta responsabilidad es muy especial, ser rey Baltasar en Sevilla no es ninguna ganga.
–Usted es un hombre que nos tiene acostumbrado a sus originales sorpresas para promocionar sus actividades. Seguro que ya estará pensando en algo especial para su monarquía mágica.
–No me voy a salir de la raya. El Ateneo tiene sus reglas y a ellas me remito. Pero en los encuentros con los responsables de la Cabalgata iremos viendo qué grado de autonomía tengo para ir pensando en alguna sorpresa. Me encantaría sorprender a los sevillanos con algo relacionado con mi actividad.
–No me puedo creer que vaya a tirar serranitos por caramelos…
–(Risas) No, no, eso claro que no. No nos hemos vuelto locos, hombre.
–Pero lo mismo es capaz de gastarse un dinero para sacar caramelos que sepan a jamón, mejor dicho, a Serranitos.
–(Risas) Pues me está dando usted una idea y se la voy a comprar.
–Con mucho gusto se la regalo. Por cierto, ¿el traje de Baltasar ya ha entrado en sastrería?
–Aún no. No estamos en tiempo. Pero tengo la suerte que el modisto que me lo va a confeccionar es Rafael Díaz, expertísimo en estas lides.
–¿Y usted aportará ideas para su traje?
–El modisto es quien manda, pero estoy seguro que, si hay sugerencia válida, la hará suya.
–Su relación con el mundo del toro no hay que explicarla. ¿Invitará a acompañarlo en su carroza a alguien vinculado al mundillo?
–Me haría una gran ilusión invitar al maestro de periodistas taurinos, mi hermano Manolo Molés. Ya está invitado. Ahora falta que se tire al ruedo.
–¿Dónde veía de pequeño a los Reyes Magos?
–Mi familia era muy numerosa en una España muy austera y difícil. Éramos nueve hermanos y mis padres nos llevaban a verlos a la Puerta Osario. Nunca olvidaré aquel seis de enero que los Reyes me dejaron un caballo de cartón con ruedecitas de madera y un futbolín pequeñito, no más grande que una caja de herramientas, pero que a mi me hizo una ilusión grandísima.
–¿Y de mayor sigue viéndolos o los evita?
–Los veo siempre. No hay un sevillano que evite a los Reyes Magos, lo lleva grabado en sus recuerdos infantiles, que perduran. Me gusta verlos por la Plaza Nueva y, últimamente, los alcanzo en el puente de Triana.
–Este año lo verán a usted. ¿Qué le gustaría que vieran en su interpretación de Baltasar?
–El de un hombre que es amigo de sus amigos, donde aún mantengo los que conocí con trece o catorce años y soñábamos con ser toreros. Mis amigos son el mayor regalo que me ha dado la vida. Los tengo vinculados a la música y a la fiesta nacional.
–Pero no todos los han querido bien. Porque a usted le quemaron el Serranito de Varflora tres veces. ¿Por qué?
–Nunca lo supe. Quizás envidias, quizás rencores que nunca me pude explicar. El más devastador fue el tercero, en el año 1985, que lograron prender la puerta que da a Antonia Díaz, mezclando gasolina y aceite y haciendo prender la cortina que estaba tras la cristalera. Todos aquellos reveses me dieron más ganas de seguir adelante.
–Usted apoyó a toreros como Camarena y Mariscal con actos publicitarios muy mediáticos…
–Así fue. En un mundo donde todos hacíamos lo mismo, caí en la cuenta de que para destacar había que ser diferente. Ni mejor ni peor. Solo hacer cosas distintas.
–Como por ejemplo batir el récord Guinness del Serranito más largo que la lluvia le aguó…
–Efectivamente. Cosa que volveré a intentar el próximo doce de octubre con el objetivo de recaudar fondos para las ocho hermandades del Arenal.
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