entrevista
«Los jóvenes de hoy quieren ser millonarios y no les importa cómo aunque, si es sin trabajar, mejor»
Gabriela Delord, elegida como una de las las tres mejores profesoras universitarias de España por Educa Abanca, opina que uno de los males de la sociedad actual es «la comparación»: «No hay que tener prejuicios con los alumnos porque se trata de una relación espejo»
«Si un médico te diera una pastillas de los años 80 en lugar de otra más actual y mejor, nadie lo entendería. Pues eso es lo que está pasando con la educación»
Gabriela Delord: «Hoy en educación lo innovador es lo manual, no lo digital»

Gabriela Delord, profesora de Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales de la Universidad de Sevilla, se ha situado entre los tres mejores docentes universitarios de de España de los Premios Educa Abanca, considerados los 'Goya de la Educación'. Delord, originaria de ... Porto Alegre (Brasil), vino a la Universidad de Sevilla en 2014 a cursar el doctorado en Educación. Tiene una cuenta de Instagram (@gabrieladelord) con más de 17.000 seguidores y ayuda a través de sus publicaciones a poner en marcha su método de innovación educativa, especialmente en la enseñanza de las ciencias.
-Ha dicho antes que la educación está enferma. ¿Es un reflejo de la sociedad?
-Los ricos crearon la escuela actual con la idea de tener un currículo de cultura general para las personas que no iban a ser conductores de autobuses, obreros o trabajadores del campo. Antiguamente la escuela no era para todos y entonces se agradecía mucho y la gente se esforzaba... hasta qu pasó por ser obligatoria. Ahora, con Internet, se ha desvanecido la ilusión de que en las escuelas está el conocimiento y muchos chicos y chicas han llegado a la conclusión de que lo que se aprende en la escuela no se utiliza en el día a día. Y que todo lo que te enseñan en la escuela está en internet. ¿Y qué sentido tiene entonces hoy la escuela? Ninguno. Se ha perdido la vocación de ser médico y muchas veces los alumnos están realizando el sueño de su padre o de su madre y no están allí porque quieren. Y el contenido que está dando el profesor ya está en internet, de modo que el alumno siente que está perdiendo el tiempo, que no está aprendiendo. La educación perdió su valor en la sociedad, porque la sociedad ha cambiado y la metodología no.
-¿Qué es, en su opinión, lo que tiene que enseñarse en las escuelas y en la universidad?
La escuela y la universidad tienen que enseñar a los estudiantes a trabajar con los problemas reales de nuestra sociedad. Tenemos que enseñar nuestra comida, la inteligencia artificial, economía, el amor propio, enseñar a vender un producto, enseñar a hablar todo, cómo manejar la internet, la ética, todo eso y una ciencia que sea útil.
-Póngame un ejemplo.
-Nosotros enseñamos la fotosíntesis y cosas de las plantas que son para expertos. Yo he salido de la universidad como bióloga sin saber plantar una planta ni hacer una huerta, cosas que serían realmente útiles en mi vida.
-Dice que enseña a hablar a los alumnos en público. ¿Cómo los ve de oratoria?
-Están bien y saben trabajar en equipo, vender un proyecto, vender un producto. Hemos trabajado también con propuestas de reciclaje de Sevilla para los problemas de la ciudad como el botellón, o los festivales o los caramelos de las cabalgatas. Y les pido a mis alumnos soluciones.
-¿Cuál fue la mejor solución para los caramelos de las cabalgatas?
-Poner una red en las alcantarillas para que no acabaran allí, una red que luego recogería el Ayuntamiento. Han ideado cosas fantásticas para reciclar los envases de las botellonas. Ganar un sello por cada botella y completando una serie tendrían un descuento en tiendas de Sevilla. Los jóvenes son muy creativos, el problema es que no les damos la oportunidad de expresar esa creatividad. Desde infantil se les corta la creatividad y son súper creativos, son geniales. Eso lo podemos ver en TikTok donde hacen vídeos muy divertidos. Ellos tienen potencial.
-¿Ha visto la serie «Adolescencia»?
-Sí.
-Un profesor comenta que el colegio es un almacén en el que no se puede enseñar nada. Y Reino Unido es uno de los países más avanzados del mundo.
-Antes dije que esto no era una cuestión de países pobres y ricos, sino algo mundial. Lo que los profesores intentan hacer ahora es tener el control del alumnado y se conforman con que no se maten entre ellos o maten al profesor. Porque no consiguen enseñar y muchos saben que lo que tratan de enseñar no es útil.
-¿Qué cree que quieren los jóvenes de hoy?
-Quieren ser millonarios. Y no les importa cómo, pero si es sin trabajar, mejor. Piensan que el dinero les va a venir como «influencers», casándose con alguien o dehacer algún vídeo viral y todo eso. Y el conocimiento no está allí. La fotosíntesis no les ve a hacer ricos.
-¿Qué les dice usted cuándo les comentan que quieren ser ricos?
-No les puedo decir mucho porque no son mis estudiantes los que dicen eso sino los de Primaria.
-¿Y qué les diría, si fueran sus alumnos?
-Que llevan razón en querer ser ricos y tener ambición, pero que antes de ser ricos debemos tener salud, felicidad interna y conocimientos. Porque sin conocimientos el dinero se nos va y la felicidad tampoco lo vamos a conseguir. Si no estamos sanos, nos vamos a aburrir. Yo trataría de enseñarles sobre salud, ahorro, sobre cómo invertir, sobre cómo crear un proyecto, cómo diseñar una casa. Y utilizaría la matemática para eso. ¿Quieres ser rico? ¿Quieres tener una piscina? ¿Cómo vas a diseñar la piscina de tu casa? Entonces vamos a las cuestiones de la matemáticas. Utilizaría su ambición para enseñar los contenidos de matemáticas..
-¿Los alumnos actuales tienen los mismos valores que los de sus padres?
-Sus padres no tenían Internet, no podian ver qué hacía el mundo cuando cuando estaban en el cole. Yo no sabía ni que existían marcas. Hoy en día ellos saben la marca del bolso. ¿Cuánto cuesta? Saben todos los viajes del mundo que hay. Yo no sabía que existía Dubái, yo nunca había visto una foto de París. Cuanto más ven, más quieren tener. Porque todo lo que nosotros miramos es lo que nosotros deseamos: los coches, los bolsos de marca, los viajes, ser famoso, y se comparan. Y aquí viene el problema de la serie «Adolescencia», la comparación de belleza, porque todos nosotros cuando vamos a exponer en la Internet, nosotros ponemos la mejor parte de nuestro día, que es el 5 por ciento. Ponemos un filtro, un maquillaje, y entonces tenemos la falsa sensación que la vida de todo el mundo es perfecta y la mía no. Y aquí empieza el mal de la sociedad de hoy, que es la comparación. Todo el mundo parece feliz en las redes sociales, pero eso es mentira. Nunca ha habido tantos jóvenes con ansiedad, depresión, o tanta gente que abusa del alcohol y las drogas, porque muchos quieren salir de la realidad, que es una realidad vacía. Cuanto más buscamos las cosas en lo físico, en los productos, en las cosas materiales, más vacíos estamos. Sin salud espiritual.
-O sea, que se han perdido muchos valores por culpa de redes sociales e internet, entre otras cosas.
-¿Qué es lo más popular hoy en día en el cole? ¿Quién es la más guapa? Esos son los valores. Y ese fue el problema del protagonista de «Adolescencia», estaba preocupado porque él no iba a poder ligar con las mujeres que quería. Es evidente que eso lo aprendió en Internet y con la cuestión de los «me gusta». Eso marca hoy en día que tú eres la sociedad. Cuantos más «me gusta», más valor tienes. Ahora bien, si tú ayudas a una persona, si eres bueno con tu familia, eso no importa, porque no se ve y lo que se valora es lo que se ve públicamente.
-Lo peor es querer ser rico sin descubir nada o ser muy buenos en algo. Sólo pensar en «monetizar», una palabra muy de influencer.
-Sí, exacto, ése es el problema. monetizar sin valor. Antes querían ser médicos para salvar vidas, ahora quieren ser médicos para ganar dinero. Primero, el dinero, y después ayudar a alguien, si se puede. Pero la realidad es que el dinero es la consecuencia y todas las personas que van en busca del dinero lo van a perder, porque en la sociedad actual gana dinero quien soluciona un problema. La solución viene antes del dinero. El dinero es consecuencia.
-¿Usted no quiere ser millonaria?
-Si lo quisiera, no habría elegido la profesión de profesora. Quiero ayudar a muchas personas y a partir del momento que yo encuentro un problema y los alumnos que están interesados encuentran una solución que se puede aplicar en cualquier contexto, es cuando yo automáticamente empiezo a ganar dinero. Pero el dinero nunca fue mi objetivo. Mi objetivo fue solucionar un problema y ayudar a las personas. Me encanta ayudar a los otros profesores y ver personas y profesores felices, no profesores amargados que se ponen malos. Tengo una vecina maestra que sufría ataques de pánicoantes de entrar en clase porque sabía que los adolescentes lo iban a cachondearse de ella, que no le iban a respetar y la iban a humillar.
-¿Nunca le pasó eso a usted, ni siquiera el primer día que dio clases?
-No, porque yo siempre he confiado en los alumnos, sin prejuicios. Si yo llego y te pregunto, sin conocerte de nada, si estás bien; o te digo «¿te he dado un abrazo?» y te he tratado superbien, el buen rollo se retroalimenta. Eso se llama «relación espejo». Yo te trato en la misma forma que tú me vas a tratar. Si tratas a tus alumnos con prejuicios, recibirás lo mismo.
.¿Es optimista, a pesar de todo, respecto al futuro de la educación?
Sí. Soy optimista porque creo en mi método. Pero hay que tener la valentía de aplicarlo. Porque para hacer innovación hay que ser valientes y profesionales, independientemente del sueldo. Si tú te has comprometido con la sociedad y has recibido un diploma o un certificado para eso, tienes que ser el mejor profesional y no importa el sueldo. Si no te gusta el sueldo de profesor, búscate otra carrera para ganar el sueldo que tú crees. Nosotros somos servidores y tenemos que cumplir con la ética y con la profesionalidad. Esto no solo pasa con los profesores, sino en todas las carreras y profesiones. Falta saber ser profesional. Y para mí es la clave. Nadamos contracorriente cuando intentamos hacer algo diferente, una idea nueva, pero hay que sostenerla. Y no es fácil porque recibes muchas críticas y te conviertes en el diferente. Somos la minoría, como en todo.
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