Jesús Díaz: «La política también salpica las obras del Centenario»

Según el Ministerio de Transportes, el incremento presupuestario de las obras de sustitución de los tirantes del puente, que supondrán la creación de un carril más en este tramo de la ronda de circunvalación SE-30, está causada por necesidades no previstas como nuevas reposiciones de servicios afectados, la modificación del tipo de acero empleado o más requerimientos de la Autoridad Portuaria.

El Puerto de Sevilla aseguró que es rotundamente falso que haya hecho requerimiento alguno a la obra del Puente del Centenario. En cambio, desde el departamento de Óscar Puente se insiste en que fueron hasta cuatro las medidas propuestas por la Autoridad Portuaria, como estudios de afectación del canal de navegación por las operaciones de dragado y ejecución de las obras, actuaciones para garantizar la seguridad durante las obras o parar los trabajos durante el paso de buques.

El rifirrafe entre el Gobierno central y el Puerto sólo evidencia que la política lo embarra todo, incluso proyectos tan trascendentales para Sevilla como la ampliación del Puente del Centenario para que deje de ser el extraño puente de cinco carriles, lo que provocaba y provoca atascos diariamente.

Al final, el retraso acumulado en el proyecto, que debió inaugurarse a finales de 2023, lo sufren los sevillanos. La conclusión de las obras se antoja aún lejana. Las mejores previsiones del Gobierno ya señalan 2027. Es decir, seis años de obras para ganar un carril. Habría que investigar seriamente por qué cualquier infraestructura de relevancia en esta ciudad se eterniza en el tiempo hasta aburrir al ciudadano.

Las obras fueron contratadas en 2021 por importe de 86,4 millones de euros y el presupuesto ya supera los cien millones de euros. Estaría bien que las administraciones y organismos públicos, en lugar de dedicarse a tirarse las flechas de las culpas entre unas y otras, buscaran la fórmula de acortar los plazos y liberar a la ciudad de perder el tiempo todos los días en atascos sin fin. Y esto sin entrar en el puente de la SE-40, el tercer carril de la autovía a Cádiz o la conexión ferroviaria entre Santa Justa y el aeropuerto.