El Gobierno tiene ya la evaluación ambiental del puente de la SE-40 pero mantiene silencio

El contenido de esta declaración de impacto ambiental es determinante para saber si la decisión del Ministerio de Transportes y Movilidad de cambiar los túneles aprobados hace una década por un viaducto es viable. Se da la circunstancia de que en 2001, cuando este mismo tramo se sometió por primera vez a estudio ambiental hubo que descartar esta opción por el tremendo impacto visual que supondría una infraestructura de este tamaño sobre la llanura de Coria, además de las afecciones que provocaría a la navegación por el río y a la base militar del Copero.

Pasado ese tiempo y tras once años de parálisis de las obras, el Gobierno central ha optado por cancelar el proyecto original y, tal como reconoció en una resolución ministerial, cambiarlo por una alternativa más barata, lo que ha supuesto la rescisión de los contratos con las empresas constructoras, la indemnización a las mismas, la venta de la tuneladora que se adquirió para perforar los pasos subterráneos bajo el río y la tremenda pérdida de tiempo para cerrar la SE-40, que es una vía fundamental para terminar con los atascos en Sevilla y su área metropolitana.

Las conclusiones de esta resolución se conocerán cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado. Esa es la única documentación que acompaña al expediente del proyecto, consultado por este medio en la sede electrónica del Ministerio de Transición Ecológica. Llama poderosamente la atención que no figure ninguna otra documentación, ni el propio estudio ambiental que se somete a evaluación ni el informe de alegaciones que elaboró el departamento que ahora dirige Óscar Puente sin contestarlas previamente. De hecho, los interesados siguen todavía a la espera de esa respuesta por parte del Ministerio de Transportes. Entre ellos están el Puerto de Sevilla, que verá afectadas sus condiciones de navegabilidad, pues se pone otro obstáculo en el cauce; el Ayuntamiento de Coria, contrario a un puente por el impacto visual, de ruido y emisiones de gases sobre la ciudad; la patronal de constructores Gaesco; el Colegio de Ingenieros de Caminos y el de Arquitectos, que mostraron sus reservas sobre esta alternativa considerando mucho más adecuada la opción de los túneles.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene que publicar en el BOE esta resolución de evaluación ambiental. Así lo indica la ley que regula este tipo de procedimientos y que da para ello un plazo máximo de diez días hábiles que expira el próximo 3 de enero. ABC se ha puesto en contacto tanto con el Ministerio de Transición Ecológica como el de Transportes para conocer las conclusiones de este documento sin obtener respuesta alguna. Tampoco la ha recibido de la Delegación del Gobierno en Andalucía que remite a ambos departamentos. Ni siquiera se ha informado a los que tienen intereses en este proyecto como los ayuntamientos de Dos Hermanas y Coria, la propia Autoridad Portuaria o las instituciones de representación empresarial y colegios profesionales.

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El proyecto que se ha sometido a consulta es el de un puente de trazado esviado, es decir, con un cierto grado de curvatura con las pilas en el cauce del río y de dintel recto, con lo que no tendrá grandes pilones ni tirantes como el del Centenario. Esta alternativa tiene un presupuesto estimado de 412,9 millones de euros (IVA incluido), aunque podría ir a más si hay que hacer cambios en base a lo que diga la resolución de evaluación ambiental. En todo caso, el presupuesto máximo que tiene previsto gastar el Ministerio es 513,5 millones (IVA incluido). La cifra queda muy lejos de los más de 2.000 millones en los que cuantificó el departamento de Óscar Puente una nueva alternativa de túneles ante los problemas que se encontraron las empresas constructoras a la hora de afrontar la obra en 2011.

Si la declaración de impacto ambiental resulta favorable, se tendrá que licitar la redacción del proyecto definitivo y una vez aprobado, se podrá sacar a concurso la construcción de este tramo con el que se cerraría el arco sur de la circunvalación tras veinte años perdidos.