El equipo sevillano ARUS: «Somos la cantera de la que se nutren las principales escuderías de la Fórmula 1»

-¿Qué es ARUS?

-Somos un equipo formado por más de 100 alumnos de la Universidad de Sevilla de distintas disciplinas y facultades que compite en la Fórmula Student. Diseñamos y fabricamos un monoplaza de competición, que vamos validando a lo largo del año mediante exhaustivas pruebas para optimizar su rendimiento. Al final de cada temporada, competimos en los mejores circuitos de Europa contra universidades de todo el mundo.

-¿Cómo se financia la escudería?

-Nuestra principal fuente de financiación son los patrocinadores, entre los que se encuentran empresas como Endesa, Banco Santander y EKS Energy. Estos colaboradores nos apoyan de diversas formas: algunos proporcionan financiamiento directo, mientras que otros contribuyen con material, instalaciones u otros servicios esenciales para el funcionamiento del equipo. Además, contamos con el respaldo de instituciones como la Universidad de Sevilla y sus respectivas facultades. Por otro lado, desde el equipo estamos constantemente buscando financiación a través de charlas de formación en colegios y campañas de crowdfunding.

-¿Cuál es la clave del éxito de ARUS Andalucía Racing Team?

-La clave del éxito de ARUS reside en lo que nos ha hecho conocidos dentro de la competición. Somos el equipo que nunca se rinde. Sé que puede sonar a cliché, pero es la pura verdad. Si un circuito abre a las 8:00, nosotros estamos en la puerta a las 6:30, por si acaso deciden abrir antes. Si cierra a las 21:00, nosotros nos quedamos hasta las 22:00, conseguimos que nos dejen estar más tiempo. Si una prueba está perdida, nos esforzamos para que nos den la oportunidad de competir, y si surgen problemas, nunca descansamos hasta encontrar una solución. Esta mentalidad es la que nos impulsa a lo largo de todo el año y nos distingue del resto. Todo esto, junto con la gran calidad técnica que hay en la Universidad de Sevilla y la filosofía de trabajo que prevalece en la escudería, conforman el núcleo de nuestro éxito.

-¿Cómo se pone en práctica la teoría?

-Las carreras universitarias continúan siendo excesivamente teóricas, y las prácticas no siempre nos brindan una preparación completa para enfrentar el mundo laboral. En ARUS, nos encontramos con problemas que, en muchos casos, no tienen una solución concreta. Hay que tener en cuenta que estamos desarrollando un coche que tiene similitudes con otros, pero que es único en su clase. Eso, ya de partida, hace que el equipo se enfrente a retos que nadie ha experimentado, similar a lo que ocurre en el ámbito profesional. Los estudiantes aplicamos el conocimiento que adquirimos en clase, más todo lo que investigamos por nuestra cuenta, para abordar problemas del mundo real. Ya no se trata simplemente de resolver problemas en un papel, sino de llevar soluciones a la práctica y demostrar que funcionan.

-¿Cuántas horas dedican los estudiantes diariamente a sus responsabilidades dentro de ARUS?

-Esto es algo que a veces resulta llamativo. La realidad es que depende mucho del momento de la temporada, pero lo habitual es dedicar tres o cuatro horas diarias. Aunque la distribución del tiempo depende de la organización individual de los estudiantes, algunos prefieren destinar un día completo y descansar al siguiente. En promedio, la carga semanal suele situarse entre las 20 y 30 horas.

-El desarrollo de un vehículo de carreras conlleva el dominio de muchas ramas de la ciencia, siendo aún estudiantes, ¿contáis con alguna ayuda externa?

-Siempre procuramos encontrar soluciones por nuestra cuenta. En ARUS, valoramos mucho la oportunidad de formarnos y resolver problemas de manera autónoma. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a desafíos técnicos complejos y hemos agotado todas nuestras opciones, recurrimos a nuestras empresas colaboradoras y a los profesores universitarios. Su orientación resulta muy valiosa, ya que nos permite continuar aprendiendo y avanzando en el proyecto.

-¿Qué es la Fórmula Student?

-Se trata de una categoría automovilística en la que compiten más de 800 equipos de universidades de todo el mundo. La Fórmula Student es conocida popularmente por ser la cantera de la que se nutren los equipos de Fórmula 1. Las escuderías deben desarrollar un coche que cumpla las especificaciones establecidas en la normativa de cada modalidad. Para clasificarse, hay que pasar antes por una especie de 'selectividad', unos exámenes online, que determinan los circuitos en los que corres y la posición. Cada evento ronda las 30 plazas y está conformado por ocho pruebas.

-¿Cuáles son las pruebas?

-La Fórmula Student no sigue el formato tradicional de competición en el que 20 coches corren a la vez, rueda a rueda. Se asemeja más bien a un decatlón, donde se reparten mil puntos entre ocho pruebas distintas. Por un lado, las pruebas dinámicas incluyen la «Endurance», un test de resistencia de 22 kilómetros; «Efficiency», que mide el consume energético del vehículo, «Skid Pad», un circuito forma de ocho que evalúa la aceleración lateral; «Acceleration», una recta de 75 metros; y «Autocross», donde se busca marcar el mejor tiempo en una sola vuelta, muy parecido a la «qualy» de F1. Por otro lado, se encuentran las pruebas estáticas, donde no se evalúa directamente el rendimiento del coche. Estas incluyen el «Business Plan», la elaboración de un plan empresarial presentado ante jueces que actúan como potenciales inversores; «Cost and Manufacturing», que verifica la gestión completa del proyecto; y «Engineering Design» que revisa el desarrollo técnico del vehículo. Por tanto, es crucial no solo enfocarse en hacer el coche más rápido, sino también elaborar un proyecto lo más completo posible.

-¿En qué países compite ARUS?

-Nuestra escudería ha logrado sacar plaza en todos los circuitos. Sin embargo, al ser en verano, por presupuesto y logística, nos centraremos en participar en tres: España, Alemania y Croacia. Nuestro mejor resultado en los exámenes de clasificación ha sido para el circuito de Hockenheimring, Alemania, donde obtuvimos un destacado segundo puesto. Estamos muy orgullosos, ya que este campeonato es considerado el más importante del mundo de Fórmula Student. Además, este hito es muy significativo para los integrantes del equipo ARUS, ya que en estos exámenes da igual el presupuesto que tengas, lo que importa es el conocimiento.

-¿Qué ventajas tiene obtener la segunda plaza?

-Esto no solo determina que obtengamos una plaza para participar, sino también nuestra posición en cada prueba. Además, antes de competir, los coches deben someterse a rigurosas inspecciones técnicas, donde los jueces de la competición revisan cada tornillo, cable y componente del vehículo para garantizar que cumplen la normativa. Al haber tantos equipos, no pueden hacerlo todos a la vez, por lo que se sigue el orden de estos exámenes de clasificación.

-¿Cuáles son vuestros objetivos de cara al campeonato de Fórmula Student de este verano?

-El año pasado dimos un salto tecnológico muy importante al desarrollar un coche eléctrico, aunque esto nos costó mucha fiabilidad en pista. De ahí que esta temporada nuestro principal objetivo sea recuperar la fiabilidad y terminar todas las pruebas. Teniendo en cuenta que es nuestra primera vez participando con un vehículo autónomo, es crucial para el equipo realizar pruebas. Por ello, aprovecharemos el campeonato de España, que se celebra en el Circuito de Montmeló, donde compite la Fórmula 1, para ajustar y perfeccionar el monoplaza antes de competir en Alemania.

-¿Cómo de complejo está siendo desarrollar el primer vehículo autónomo de Andalucía?

-Está resultando un desafío gigantesco, pero al mismo tiempo muy apasionante. Desde la temporada pasada, se estableció un nuevo departamento en la escudería: el Departamento de Percepción y Control, dedicado exclusivamente al desarrollo del software del monoplaza. Gracias a la inteligencia artificial, podemos controlar el vehículo para que perciba e interprete el circuito y emita señales que dirijan la dirección de las ruedas. Con el coche autónomo, nos adentramos en un sector completamente nuevo. Por eso, cuando hablamos de innovación en ARUS, nos referimos a que estamos en una etapa a la que aún no han llegado muchas empresas.

-¿Cómo ha sido pasar de fabricar un coche de combustión a uno eléctrico y autónomo?

-En 2014, competimos por primera vez con un coche de combustión. Para el año 2018, tomamos la decisión de dar el salto hacia el coche eléctrico, convirtiéndonos así en uno de los pocos equipos en el mundo que competían simultáneamente en dos categorías. Después de seis temporadas, hemos optado por abandonar la categoría de combustión para enfocarnos exclusivamente en la eléctrica. Tanto la dinámica de la competición como las estrategias de los mejores equipos nos motivaron a tomar esta dirección. Además, el reto a nivel tecnológico y competitivo se encuentra en este rango. Por ello, hemos decidido concentrar todos nuestros esfuerzos en perfeccionar el coche eléctrico y, simultáneamente, desarrollar el autónomo. Hay que destacar que se trata del mismo coche, aunque participen en distintas categorías, ya que puede ser conducido tanto manualmente como de forma autónoma. Hasta ahora, jugábamos con una desventaja de 200 puntos menos, ya que hay una prueba solo destinada para coches autónomos. Ahora ya sí vamos a poder competir en igualdad de condiciones con los equipos más grandes.

-¿Cuál es la velocidad máxima que alcanza esta temporada el monoplaza?

-Es siempre una pregunta un poco complicada, porque los circuitos en los que competimos tienen curvas muy reviradas y rectas muy cortas por normativa. La realidad es que la velocidad máxima no nos preocupa, hasta el punto que no solemos medirla. Sin embargo, sí sabemos que la velocidad punta por potencia y peso se sitúa alrededor de unos 120 kilómetros por hora. Pero lo que realmente importa es la aceleración. En nuestro caso, estimamos que el monoplaza acelera de 0 a 100 en unos tres segundos. El récord mundial de aceleración de cualquier vehículo eléctrico lo tiene un coche de nuestra categoría, perteneciente al equipo suizo AMZ, que logró realizar de 0 a 100 en tan solo 0.9 segundos.

-¿Qué mejoras habéis incorporado en el coche esta temporada?

-El cambio más importante, por supuesto, se centra en todos los sistemas del nuevo coche autónomo. También estrenamos un nuevo paquete aerodinámico y una batería de alto voltaje para mejorar la fiabilidad del monoplaza. Los cambios más destacados se implementarán en el coche de 2025, que representará el mayor avance tecnológico de nuestra historia. Vamos a pasar de tener un chasis tubular a un chasis de fibra de carbono de tipo monocasco, soldado por nosotros. También cambiaremos la transmisión trasera convencional a la tecnología All-Wheel Drive, que implica un motor en cada rueda con un algoritmo que permite controlar la velocidad de las distintas ruedas para optimizar el rendimiento en cada momento del circuito. Por último, tenemos previsto incorporar la aerodinámica electrónica, más conocida como 'efecto suelo forzado'. Estas mejoras son las que definitivamente nos van a poner a la par a nivel tecnológico, con los equipos más potentes del mundo.