El desafío pendiente de conectar Sevilla con el mundo y consigo misma

Abrió el interesante coloquio Juanjo Domínguez, de Turismo, enfatizando que «uno de los objetivos es consolidar la Mesa de Conectividad en la que se sientan Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía, Aena y Turespaña», que ha conseguido para el año que viene los congresos de APG (red global de representantes de aerolíneas) y Routes Europe (con participación de cien aerolíneas y 330 aeropuertos europeos). «Otro de los retos, por supuesto, es el vuelo Miami-Sevilla, entrada a la puerta de América», recordó.

Isaac Flores, de City Sightseeing, valoró el «crecimiento abismal» en número y frecuencia de vuelos, pero quiso empezar recordando la conexión de Santa Justa con el aeropuerto, «la más importante a día de hoy y que llevo escuchando desde hace 25 años». Sin olvidar «otra importantísima que sería Sevilla-Málaga por tren de alta velocidad para que en menos de una hora nos conectara con un aeropuerto que tiene tres veces más de viajeros».

Pedro Parrilla, de Setas de Sevilla, incidió en las conexiones ferroviarias con el área metropolitana «en el que queda un trabajo muy importante, no sólo pensando en el turismo sino a lo que le viene bien al ciudadano». Flores apostilló que «pasar de 2 a 3 pernoctaciones por viajero, la conexión con la provincia es fundamental: cómo llegamos a Itálica, a Carmona, a Osuna, a Doñana...»

Adela Algarín, de Icónica Santalucía Sevilla Fest, corroboró con los datos de espectadores (214.000 en 2024) del festival musical de verano esta idea: «El vuelo a Miami nos vendría muy bien porque nos abre la puerta de América Latina, pero si no tenemos conectividad interna, saturamos los entornos monumentales con vehículos». También insistió en conexiones ferroviarias de alta velocidad con Málaga o Lisboa.

Andrés González, del hotel Barceló, subrayó que «todo pasa por traer a los clientes», resaltando las «dificultades que encuentran los turistas del mercado estadounidense o asiático para llegar». En ese sentido, demandó una «modernización del aeropuerto, que está escaso y desmerece de la ciudad, le faltan 'fingers', le falta amplitud...». Y puso sobre la mesa «el drama del taxi» con un tráfico que «Sevilla se está colapsando».

Domínguez insistió en la «importancia del AVE» para clientes de larga distancia y abogó por recuperar el vuelo «fundamental» de las 6.30 de la mañana con Madrid, que conecta con los destinos que despegan de Barajas. A este respecto, Flores aplaudió el «buen trabajo» que se ha hecho con Pegasus, para conectar Sevilla con el 'hub' de Turquía, «que nos abre la puerta de Asia», pero aportó que, en el momento actual, «no hay aviones» y hay que elegir destinos «que necesitemos».

Algarín recordó que Icónica es un «minimarcador» en Sevilla del turismo extranjero: europeos y resto del mundo «desestacionalizando el destino» en verano.

Parrilla, de Sacyr, insistió en el taxi y puso de ejemplo cómo la liberalización del transporte ferroviario ha repercutido en beneficio de los viajeros con bajada de precios y aumento de servicios. «La competencia nos hace mejores», remachó González después de lamentar «la imagen que damos cuando hay problemas con el taxi».

«Si el visitante se siente frustrado cuando llega al aeropuerto, su experiencia del viaje en la ciudad empieza a ser mala», recalcó Parrilla. «No sé qué es más difícil: meter más conexiones aéreas en el aeropuerto o arreglar lo del taxi», sentenció González.

En cuanto a prioridades, Flores valoró que la «mejora de la conectividad interna es clave». «Cuando se empieza a hablar de masificación que es un error, porque no estamos en esa fase, pero hay que empezar a trabajar para no llegar a eso; tenemos un problema localizado en el triángulo Catedral-Alcázar-barrio de Santa Cruz, y eso se mejora con mejor movilidad en la ciudad. Insisto: la gente no da crédito lo difícil que es llegar a Itálica estando a diez minutos de la Torre del Oro», se lamentó antes de explicar, ante la incredulidad de varios participantes, que la normativa les impide líneas de autobús turístico interurbanas.

Algarín trajo la experiencia del festival: «Cuando hemos desestacionalizado, ha mejorado muchísimo porque ha relajado las infraestructuras pero me parece prioritario arreglar la situación entre taxis, VTC y transporte público». «No es fácil, si no se ha conseguido en tanto tiempo... pero hay que sentarse en una mesa», sostuvo González.

«Cuando hay agenda interesante, la gente viene aunque sea verano», recalca Flores. «El calor no es un problema ni para el sevillano ni para el foráneo, pero Sevilla debe mostrarse como un destino sólido donde el viajero se sienta bien acogido, tenemos una media de dos pernoctaciones por concierto, pero hay que conseguir que se queden», apuntó Algarín.

Y González aportó la experiencia de su establecimiento en la Cartuja, que hemos conseguido convertir un «hotel del segmento de eventos a resort urbano en verano y hemos batido récords este año».

A propósito del verano, Parrilla, de Sacyr, saca a colación el celo excesivo –«voy a lanzar una pullita al Ayuntamiento»– con que la Administración aplica la normativa en cuanto al hilo musical en las terrazas de hoteles.

A la hora de calcular el impacto negativo de la falta de infraestructuras, Andrés González echó números: «Con un gasto medio de 150 euros por persona, un incremento de sólo un 10% en el número de pernoctaciones nos daría 700.000 nuevas que supondrían casi 100 millones de euros de ingresos para la ciudad». «La conectividad interna es clave, pero el gran volumen debe venir por mejorar las aerolíneas y no tener que depender tanto de 'hub' externos».

Adela Algarín incidió en la necesidad de «dotar de contenidos, porque el turista quiere ser un actor más de lo que ocurre en la ciudad, no podemos quedarnos en la identidad patrimonial: si el visitante que viene no tiene nada que hacer...» «Y si tiene que hacer pero no puede llegar...», remató Flores el argumento.

Domínguez, a este respecto, explicó que se trabaja en diversificar la oferta turística en Nervión, Macarena y Triana al objeto de «mover los flujos turísticos para tener más oferta y aumentar las pernoctaciones». Parrilla corrobora con la experiencia de las Setas que regenta: «Doscientos negocios nuevos en trescientos metros a la redonda, el impacto es altísimo». «Sevilla tiene mucho que crecer en turismo de experiencia», dijo, y ahí es «fundamental» la colaboración público-privada para aprovechar los espacios.

«La gran madre, como yo le llamo, no puede protegernos a todos. Puede facilitar pero es la iniciativa privada la que tiene que correr con esto. No es sólo dinero lo que se reclama, sino facilidades para usar espacios patrimoniales o singulares, que sea más fácil el procedimiento», solicitó Algarín.

González apostó por un modelo «más híbrido de apuesta económica institucional y empresarial externa». «Es un momento dulce, no podemos conformarnos si queremos que Sevilla esté a la altura de las capitales europeas hay que invertir en infraestructuras terrestres, ferroviarias y aéreas».

Flores es optimista: «Tiene que haber una mentalidad turística en todas las concejalías. Lo mejor está por llegar, hay que ir juntos empresas turísticas y administraciones para hacer ver lo importante que es el turismo. Hay que seguir trabajando en conseguir el vuelo con Miami».

Y Parrilla insiste como resumen: «Hay que ponerse las pilas a corto plazo, alguien tiene que tomar las riendas y hacer cosas con el transporte, con el taxi o con los plazos de obras».