Los clanes de los Mariano y los Madrileños, tras la última reyerta mortal en las Tres Mil Viviendas de Sevilla

Como viene informando este periódico, una pelea entre dos clanes acababa de la peor manera posible con dos muertos y varios heridos. Inicialmente se informaba de al menos dos personas en estado grave y el delegado del Gobierno, Pedro Fernández, confirmaba horas después que la cifra de heridos, incluidos los leves, se elevaba a seis. Todos ellos fueron trasladados al hospital Virgen del Rocío donde acabaría falleciendo uno de ellos. La víctima era un hombre de mediana edad, que se llamaba Israel y a quien todos señalan como la persona que esgrimió en primer lugar un arma de fuego en mitad de la reyerta.

Entre los heridos hay varias mujeres y preocupa el estado de dos de los ingresados hasta el punto de que a uno de ellos se le ha dado por muerto al filo de la dos de la tarde. Una información inicialmente confirmada por Policía Nacional pero rápidamente desmentida por las mismas fuentes oficiales.

Detrás de este enfrentamiento en el que se usaron armas de fuego y blancas están las familias de los Mariano y los Madrileños, según confirman fuentes policiales. Si bien varias personas se han puesto en contacto con ABC identificándose como miembros de los Madrileños negando que su clan estuviera implicado en esa reyerta.

Ambas familias son muy conocidas en el Polígono Sur. La primera de ellas tiene un largo historial a sus espaldas, con varios de sus miembros condenados por tráfico de droga y otros delitos violentos. En los últimos años se le ha relacionado con la producción de marihuana en el interior de viviendas; todo un negocio floreciente que ha atraído el interés de las mafias.

Pero la pelea que se desató la pasada medianoche no tiene nada que ver con el negocio de la droga o con otras actividades ilícitas, sino con rencillas personales entre ambas familias. Algo que puede ser suficiente para que estalle la violencia en este punto de la ciudad. Hay precedentes de sobra.

A las 00.10 de la noche, el 091 recibía el aviso de un vecino que alertaba de una auténtica batalla campal en la avenida Victoria Domínguez Cerrato. Varias personas se enfrentaban con armas de fuego y a navajazos. La primera información que recibieron los agentes es que una mujer acababa de echar de su casa a la pareja y que esto había dinamitado los ánimos de las familias de ambos.

Cuando llegaron los agentes, se encontraron con varias personas tiradas en el suelo que presentaban heridas por arma blanca y munición. Al parecer, el fallecido sacó en mitad de la calle una escopeta para amedrentar a los miembros de la otra familia. Realizó varios disparos y acabó siendo agredido con un cuchillo. Él fue uno de los heridos evacuados al hospital pero acabó falleciendo.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se desplazó al lugar de los hechos y gracias al testimonio de varios testigos ha cerrado la primera detención a las pocas horas. Según confirmaba el propio delegado del Gobierno se trata de un menor de edad. Es previsible que se produzcan más arrestos porque en la pelea participaron más de una decena de personas.

Los restos de la batalla son aún visibles en el asfalto. Grandes manchas de sangre salpican la calle Victoria Domínguez Cerrato, una de las vías principales del Polígono Sur. ABC se ha desplazado esta mañana a la zona para constatar que se respira una aparente normalidad. Los familiares del fallecido, de los heridos y del detenido se reparten entre las afueras del hospital Virgen del Rocío, donde aguardan noticias de los suyos y el Instituto de Medicina Legal donde fue trasladado el cuerpo para la práctica de la autopsia. En el vecindario hay calma tensa y nadie quiere hablar de lo sucedido a pesar de que ocurrió en plena calle.

A media mañana, un equipo de la Policía Científica acudía al escenario de la pelea donde no sólo son visibles manchas grandes de sangre sino también los restos de una frenada, un pivote destrozado y hasta el escudo de un vehículo Mercedes que presuntamente también fue empleado durante la reyerta.

La Policía Nacional ha desplegado a efectivos de la UPR en las Tres Mil Viviendas como puntos de verificación para evitar que se reproduzcan altercados. Este tipo de enfrentamientos entre clanes que acaban con víctimas son cuentas pendientes que siempre se intentan cobrar antes o después. Uno de los castigos más frecuentes es obligar a una de las familias a abandonar por un tiempo el barrio. Unan suerte de condena de destierro en pleno siglo XXI.