El bloqueo del PSOE multiplica las licencias de pisos turísticos en el último mes

La propuesta de José Luis Sanz, basada en informes técnicos que sostienen la idoneidad de establecer un porcentaje máximo de un 10% de viviendas turísticas en cada barrio en relación a las residenciales, no convence ahora a la oposición, a pesar de que en marzo fue aprobada de forma inicial en el Pleno. En aquel momento, los concejales de Vox ya mostraron su rechazo a la medida y votaron en contra, posición que se mantiene en la actualidad. Los dos ediles de Con Podemos-IU, por su parte, optaron por abstenerse ante las dudas que les generaba el texto. Pero lo que más llama la atención es el cambio de criterio en las filas del PSOE, que en un primer momento dio su apoyo a la regulación y que luego decidió dar un paso a lado y oponerse a la misma. El bloqueo de los socialistas ha provocado un vacío en el control de este fenómeno, cuyas consecuencias negativas ya empiezan a notarse en la ciudad.

Desde que en el Pleno del pasado 20 de junio el PSOE rechazara limitar los apartamentos turísticos según la propuesta del gobierno municipal y hasta el día de ayer, se han concedido un total de 99 licencias nuevas en Sevilla. Así se desprende de la estadística del Registro de Turismo de la Junta de Andalucía, en el que queda constancia de las licencias que se autorizan. Fuentes municipales confirman que la cifra podría ser todavía mayor, ya que desde que se presenta la solicitud hasta que aparece en el listado suelen pasar varios días. De todas ellas, la mayoría corresponden a pisos del Casco Antiguo y Triana, las zonas más saturadas por la proliferación de los apartamentos. Se observa, además, un aumento de las licencias en otros barrios de Sevilla, en los que no existe un presión muy elevada pero que empiezan a mostrar una peligrosa tendencia al colapso.

A día de hoy, la limitación de los apartamentos turísticos en Sevilla está enquistada. Los intentos del gobierno municipal han caído en saco roto, a pesar de haber convocado tres reuniones de trabajo con la oposición y de haber planteado una nueva propuesta en la que ofrecía crear una mesa de trabajo para fijar el porcentaje exacto de pisos autorizados en cada zona, con una revisión que pasaba de ser anual a trimestral. Ninguna de estas opciones han convencido a los tres grupos, que ayer además se abstuvieron en bloque en el Consejo de Gobierno de Urbanismo para evitar que la norma se votara, impidiendo que sea elevada al Pleno de este mes salvo un acuerdo de última hora que parece lejano. Algunas voces hablan de convocar una comisión extraordinaria en los próximos días, pero antes habría que llegar a un acuerdo. De lo contrario, la siguiente oportunidad no llegaría hasta el mes de septiembre. Mientras, se seguirán dando licencias.

En algunos casos, como el de Vox, la tozudez de su postura no sorprende, pues han mantenido el criterio desde el primer minuto. Esta semana, su portavoz Cristina Peláez dijo que era preferible «perder tres meses más» antes que «aprobar una chapuza que luego haya que modificar». Ayer, su concejal Gonzalo García de Polavieja celebró la parálisis de la norma, pidiendo al alcalde que reduzca el porcentaje de pisos autorizados y que, además, reclame a la Junta que rehaga el actual Decreto. Su negativa, como la de Con Podemos-IU, parece a día de hoy inamovible. La coalición de izquierdas acusó a Sanz de plegarse a los intereses de los empresarios y desatender las peticiones de las asociaciones vecinales.

Más vaivenes ha dado el PSOE en estos meses de negociación. Tras su voto favorable en el Pleno del mes de marzo, y argumentado la necesidad de un diálogo con los vecinos afectados, decidieron pasarse al bando del no, tal y como se puso de manifiesto el mes pasado. Desde entonces han deslizado varias propuestas como la aplicación de una moratoria o la reducción del porcentaje al 2,5%, a la que el gobierno municipal respondió acusándoles de «arbitrariedad» y falta de argumentación técnica. Ayer, tras su abstención en Urbanismo, el concejal Francisco Javier Páez dijo que «queda una semana hasta el Pleno» y que, por tanto, «hay tiempo suficiente para llegar a una verdadera limitación». Lo hizo anunciando otra nueva propuesta que, según los socialistas, «limitaría la concesión de esas licencias a cero». Si habrá o no acuerdo, dependerá más de la voluntad política que de la guerra de porcentajes.