bebés congelados
La acusada de parricidio de Pilas: «Mañana os vais a enterar del monstruo que soy»
En la segunda sesión del juicio, la supervisora de la residencia donde trabajaba Sara López ha recordado cómo se despidió la mujer el día en el que se hallaron los cuerpos de los pequeños
e. barba
La segunda sesión del juicio contra Sara López, acusada de la muerte de sus dos bebés hallados en el congelador de su casa de Pilas, ha incluido en su primer tramo la declaración de los testigos, tanto familiares de ella y de su exmarido y ... padre de los bebés como de varias personas cercanas a la familia. Entre estas últimas, ha destacado la participación de la supervisora de la residencia de ancianos donde trabajaba Sara, Adoración, quien ha narrado el momento en que la acusada recibió la llamada telefónica de su entonces esposo desde casa para que acudiera tras haber encontrado los cuerpos de los pequeños.
La representante de la residencia ha indicado que Sara no le explicaba qué ocurría sino que simplemente le insistía en que «tenía que irse» mientras recogía apresuradamente sus cosas. Adoración estuvo acompañándola durante esos minutos, en los que le preguntó de forma insistente qué estaba ocurriendo y si había pasado algo con sus hijos (los dos que ya tenía), pero Sara rechazaba explicar nada. Eso sí, se limitó a pronunciar una frase que ha sido repetida varias veces en la sesión a preguntas de las partes. «Mañana os vais a enterar del monstruo que soy», le indicó la madre de los bebés antes de marcharse en alusión al previsible impacto en los medios que tendría el asunto.
Además, han respondido a las preguntas dos hermanas y un hermano de Sara, que han incidido en que ella tenía «miedo a que su marido se enterase de los embarazos y la obligase a abortar» y en que él es alcohólico, conflictivo y discutía mucho con ella y la insultaba. Además, han subrayado que Sara siempre les ha dicho que el bebé que parió en la bañera «nació muerto».
Los familiares de Francisco Huertas, por su lado, han defendido que el exmarido de Sara «nunca» tuvo intención alguna de divorciarse y que su trato con ella era correcto. «Tenían una relación normal, como la de cualquier matrimonio», ha dicho uno de sus hermanos. Tanto éste como un tío de Francisco han incidido en que la familia de Sara no se hizo cargo de nada relacionado con el enterramiento de los dos bebés que aparecieron congelados, ni tampoco fueron al cementerio.
Todos los testigos han coincidido en que nunca notaron los embarazos de Sara, usando como ejemplo el de la última niña que ha tenido ya en la cárcel. Cuando sucedieron los hechos, estaba embarazada de ella y nadie lo había notado. Ya con un embarazo avanzado, ni siquiera en bañador se había percatado nadie.
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