La operación Madeja apunta hacia Monteseirín por su conexión con Castaño

Y todo ello después del caso de las facturas falsas de la Macarena, un distrito en el que Castaño era un hombre fuerte tanto a nivel orgánico como institucional. Allí, por cierto, conoció a Fernando Mellet, el exdirector de Mercasevilla que hizo estallar el escándalo de la grabación que ha degenerado en este nuevo caso de dádivas y comisiones a políticos. Juntos trabajaron en la Asociación Vecinal Unidad, el primer lugar en el que el asesor de Monteseirín fue señalado por presunta corrupción. El 26 de abril de 2002 se envió un fax desde el número del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento a la citada Unidad con la indicación «para Pepi» en el que se daban indicaciones para inflar una factura y, al pie, decía literalmente: «Preparar un sobre con 1.218,80 euros y mandar a Ayuntamiento con Susana. Resto a caja fuerte».

Cuando en plena investigación judicial de este caso el hoy alcalde, Juan Ignacio Zoido, aprovechó un debate electoral en 2007 para mostrar el fax, muchos en el PSOE pensaron que sería el final de Castaño, que era la persona a la que se atribuía su autoría desde las filas del PP. Pero eso no ocurrió. De Vía Pública, donde según la instrucción de Alaya cobró dádivas y dinero en efectivo a la empresa Fitonovo tras adjudicarle numerosos contratos municipales, pasó a Mercasevilla, foco del gran escándalo de esta ciudad apenas dos años después.

La investigación del caso Unidad no pudo demostrar que Castaño era el autor del fax y archivó la causa contra él. Sin embargo, la tranquilidad le duraría poco. Mercedes Alaya comenzó a hurgar en el concurso para la adjudicación de los suelos de Mercasevilla y pronto sentenció que se había amañado, señalando entre los principales responsables al famoso «Quique». Fue en el marco de estas diligencias cuando la juez detectó que Castaño había podido tener un incremento patrimonial desmesurado con respecto a sus ingresos declarados, por lo que ordenó a la Guardia Civil que hiciera un informe detallado al respecto.

«Quique» pasó a ser un apestado en el PSOE. Nadie lo conocía. Todo el mundo renegaba de él o directamente aseguraba que no era de fiar desde un principio. Y aún así, Monteseirín dio otro paso más en su apoyo al asesor. Castaño había solicitado su reingreso en la Fundación DeSevilla, en manos de IU y con otro escándalo de un millón de euros desaparecido a sus espaldas, el 30 de noviembre de 2010 pretextando que se hallaba en situación de excedencia voluntaria desde el 12 de julio de 2007. Unos días después, el 9 de diciembre, el gerente de la Fundación, Miguel López Adán —actualmente también imputado—, le denegó la petición argumentando que «su solicitud carece de fundamente y no puede tener acogida alguna».

Sorprendentemente, cinco meses después, el 26 de mayo de 2011, con el PSOE ya vapuleado por el PP en las elecciones municipales pero con Monteseirín aún ejerciendo en funciones, el todavía alcalde remitió un escrito a López Adán con el siguiente texto: «En relación a la solicitud de reingreso de Domingo Enrique Castaño Gallego le solicito tramite su incorporación a esta Fundación a partir del próximo 1 de junio, adscrito a la asesoría jurídica y con la categoría del grupo III del Convenio Colectivo aplicable». Además, Monteseirín remató la carta indicando al gerente de DeSevilla cuánto tenía que cobrar Castaño: «Salario base anual: 30.000; mensual, 2.500. Pagas extraordinarias julio y diciembre, 5.000».