De Mercasevilla a Fitonovo. Diez años de corrupción municipal

La alarma saltó de forma inesperada mientras la Guardia Civil investigaba, por orden de la juez Mercedes Alaya , el «enriquecimiento sospechoso» de Domingo Enrique Castaño , un antiguo cargo socialista al que se le rastrearon las cuentas con motivo del supuesto amaño del concurso de los suelos de Mercasevilla.

Castaño, viejo asesor del propio Alfredo Sánchez Monteseirín, había incrementado su patrimonio muy por encima de su salario en los últimos años, lo que condujo a la juez a investigar si este incremento patrimonial tenía algo que ver con sus supuestos «favores» a la empresa Sanma en Mercasevilla. Y entonces apareció un Audi A4 a nombre de la mujer de Castaño que había sido pagado por Fitonovo. ¿Qué tenía que ver esta empresa con lo que se estaba investigando? ¿Por qué le había regalado un coche de lujo a aquel político socialista?

Los investigadores cruzaron datos y se toparon con otra trama corrupta: Fitonovo había recibido numerosas adjudicaciones del Ayuntamiento que podían depender de la decisión de Castaño durante su etapa como director de área de Vía Pública en Urbanismo. El dispositivo acababa de originarse .

De momento, en el Ayuntamiento nadie quiere hablar de Fitonovo. Pero ahí están las informaciones sobre aquellos tiempos en los que coincidían en la caseta de feria los dueños de la empresa, el director de Mercasevilla, el citado Castaño, el funcionario Huertas o los políticos Alfonso Mir y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis . ¿Qué hacían los responsables públicos, algunos ya condenados, con un contratista en la misma caseta? Una simple casualidad descubrió el hilo de la madeja que custodia todas las respuestas.