Un «desliz» de Alaya precipita la segunda parte de la Operación Madeja

El último auto de la juez Mercedes Alaya -en el que se prorrogaba el secreto de sumario por quinta vez- se filtró hace varios días y en él se hacía ver que la instructora había ordenado «la intervención, grabación y escucha» de una decena de líneas telefónicas usadas por funcionarios del Ayuntamiento de Sevilla . Se informaba a las partes, supuestamente por error, de esas medidas para espiar. Afirmaciones extrañas las del auto que, como era previsible, desencadenaron los hechos, ya que resulta imposible mantener el estado de cosas una vez se ha conocido que han habido escuchas.

En el ámbito judicial se refería ayer el «malestar» de Alaya -que podría haber culpado de ello a algún funcionario- por la colocación por presunta equivocación de esos datos en el auto, pero otras fuentes recordaban que la instructora había visto y dado el visto bueno al documento, como es preceptivo, y que conocía perfectamente el calado de las afirmaciones sobre las escuchas. De esas escuchas proceden las cinco detenciones de este lunes y las dos imputaciones, entre ellas la del director de Parques y Jardines, Joaquín Peña .