«Como digas algo a la prensa te rajo si te veo por aquí»
Una familia denuncia que La Corrala manipula y que lo echaron del piso poniéndole silicona a la cerradura con sus pertenencias dentro
«Como digas algo a la prensa te rajo si te veo por aquí»
Aún no ha recuperado las pertenencias de su familia Francisco Rodríguez García que por no verse en la calle viviendo se unió al movimiento 15-M para ocupar una de las viviendas que La Corrala Utopía controla en los bloques que Ibercaja tiene en la ... avenida de las Juventudes Musicales.
Es el cabeza de otra familia que ha denunciado manipulación e intereses políticos en ese colectivo y lo que es más, amenazas.
«Como digas algo a la prensa te rajo si te veo por aquí». Esas palabras las tuvo que oír Francisco Rodríguez García, de 56 años de edad, que desde el mes de julio sigue sin poder recuperar la ropa suya, la de su mujer y la de su hijo de 18 porque se quedó en la vivienda a la que La Corrala le impidió entrar sellándo las dos cerraduras de la puerta.
«Nos ausentamos unos seis o siete días días para ir a casa de una hija mía que vive cerca y estaba embarazada, para echarle una mano pero íbamos a La Corrala a coger ropa, no desaparecimos del todo, y un día llegamos y no pudimos ni meter la llave», relata Francisco que trabaja aparcando coches y gana, «el día que gano algo entre 8 ó 12 euros».
Con su mujer y dos de sus hijos, fue desalojado de una casa de alquiler de Villegas porque no podía pagarla y lo acogieron en el albergue municipal en donde estuvo cerca de un mes. Durante ese tiempo conoció a través «de uno y otro a los del 15-M y quedaba con ellos en la calle nunca en una oficina ni en un sitio fijo». Tras entrar en contacto con el movimiento ocupó con varias familias de La Corrala La Alegría un bloque de la calle Feria de donde fueron desalojadas todas al poco tiempo con una orden judicial porque era de una empresa privada que estaba reformando el inmueble.
De allí se fue a La Corrala Utopía a los pisos de Juventudes Musicales ya que «no tenía donde vivir, ni ayuda ni paro y una mujer con osteoporosis, artrosis, la tensión alta y padecimientos de columna». La hija se alojó en casa de un familiar y Francisco con la esposa y el hijo se metió en los pisos de Ibercaja «porque creíamos que los de La Corrala nos iban a ayudar a encontrar una vivienda digna con una renta que se pueda pagar». Pero nunca más lejos de lo que le habían dicho. Todo lo contrario. «A nosotros no nos daban nada, ni dinero, que yo sé que llegó una partida de 5.000 euros de un partidos político, ni comida de las que cogían en las acampadas ni nada de las bebidas y bocadillos que vendían después de las manifestaciones a las iban quienes ellos, los de la cúpula decidían. Son María, Inma, Elena, Montse y Enrique «que tiene su piso en Sevilla Este y ocupa uno para la hija con sus muebles y todo pero ahora nadie vive allí», asevera. Y sigue: «Dejaban de mirarte bien cuando no les hacías caso como yo, que me tenía que ir a la calle a buscarme la vida aparcando coches ¿o iba a dejar de buscar dinero para aparecer por las manifestaciones y asambleas?».
Francisco también valora que La Corrala es un «engaño, una manipulación política, pues la Administración se ha ofrecido a dar pisos a algunas familias y se han negado porque no entraban todos en el saco sino las más necesitadas». Describe a La Corrala como como un grupo de personas que «no son claras, que te dicen cuándo y qué casas se ocupan horas antes para que no nos vayamos de la lengua y que si no haces lo que ellos quieren te hacen la vida imposible».
Juan José García, portavoz del 15-M en la Macarena responde que respeta la opinión de «cualquiera de los antiguos vecinos porque la convivencia no es fácil sin agua ni luz» si bien demiente «que nos hayamos llevado efectos personales de ellos» y explica que Rodríguez García estuvo «tres meses sin aparecer por la casa ni dar señales y por eso tuvimos que disponer de ella para otras personas que la necesitan».
Todavía quedan allí más de veinte familias después de que algunas hayan encontrado, gracias a la mediación de la delegada del distrito Macarena, Evelia Rincón, una vivienda digna con un alquiler social.
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